LA DESPEDIDA EN BENARÉS
TÍTULO ORIGINAL: Hotel salvation
DIRECCIÓN: Shubhashish Bhutiani
INTÉRPRETES: Adil Hussain, Lalit Behl, Geetanjali Kulkarni, Palomi Ghosh, Navnindra Behl,Anil K. Rastogi
GUIONISTA: Shubhashish Bhutiani
FOTOGRAFÍA: David Huwiler, Michael McSweeney
MÚSICA: Tajdar Junaid
GÉNERO: Comedia
PRODUCCIÓN: Red Carpet Moving Pictures
DISTRIBUIDORA EN ESPAÑA: Karma Films
DURACIÓN: 102 minutos
PREMIOS:2 Premios incluyendo una en los National Film awards India en 2017
SINOPSIS:
Daya, un anciano, siente que ha llegado su momento y desea viajar a Varanasi ( Benarés ), a orillas del Ganges, con la esperanza de morir allí y alcanzar la salvación. A regañadientes, su hijo Rajiv lo acompaña, dejando atrás su trabajo, a su esposa y a su hija. Llegados a la ciudad santa, los dos hombres alquilan una habitación en el Hotel Salvación, un lugar reservado para personas en el final de su vida. Pero el tiempo pasa y Daya no muestra signos de que su momento haya llegado y el hotel tiene unas normas: después de dos semanas, tendrán que ceder el paso a los recién llegados. Esta inesperada situación se convierte finalmente en la oportunidad para que padre e hijo se conozcan y entiendan mutuamente.
( Fuente sinopsis, cartel e imágenes: Karma Films )
( Fuentes información de la película: Filmaffinity, Karma Films, IMDb )
CRÍTICA:
El cine hindú es algo más que la industria de Bollywood, que por supuesto mueve mucho dinero y llena las salas de su país, pero ese cine no llega a los cines españoles, y sin embargo de vez en cuando se estrenan algunas películas, que en algunos casos han pasado por el circuito de festivales, con títulos recientes de gran calidad como " The lunchbox ( 2013 ) " o " La estación de las mujeres ( 2015 ) ". En esta ocasión se presenta en las salas de nuestro país otra de esas películas pequeñas en cuanto a producción, pero que tiene todos los elementos necesarios para atraer y hacer que salgan satisfechos a gran parte del público español. La película es la ópera prima en la dirección de largometrajes de Shubhashish Bhutiani y nos presenta los momentos finales en la vida de una persona que ha decidido que su vida ha llegado a su fin y que toma la decisión de acudir a Benarés para alojarse en el hotel que da título a la propuesta, en donde preparan a las personas para morir a orillas del río Ganjes. Esa tradición tan habitual en ese país asiático será el elemento central, pero la película no es un drama triste sino una historia en donde se muestra el lado más alegre del protagonista.
Daya, es la persona mayor que ha tomado esa difícil decisión, al igual que el de esas otras personas que habitan en ese lugar, y que contrasta con la preocupación de la familia y la extraña situación de ese hijo que acompaña a su padre y al mismo tiempo no desconecta de su rutina diaria, sobre todo de su vida laboral manteniendo constantes conversaciones telefónicas con su empresa, y resulta curioso esa comparación entre el aislamiento de la sociedad moderna que está continuamente conectada al teléfono móvil en medio de ese lugar que está preparado para ser un alojamiento en donde haya paz y tranquilidad.
La película tarda en arrancar, con un inicio en la casa familiar en donde nos ponen en situación de la situación actual de la familia y la decisión del protagonista, y a partir de la llegada de padre e hijo a Benarés la película mantiene el nivel, con unos diálogos interesantes entre los habitantes del hotel y las diferentes personas que va conociendo Daya, y al mismo tiempo nos ofrece unas bellas imágenes de esa localidad con el río Ganjes, lugar sagrado del hinduismo, de fondo.
Me gusta la fotografía y las localizaciones de la película con unas escenas muy bien filmadas, y aunque el guion es bastante irregular y en algunos momentos esquemático, sirve para entender al personaje protagonista en esos días finales y hacernos una idea de los momentos más importantes de su vida.
Daya, es la persona mayor que ha tomado esa difícil decisión, al igual que el de esas otras personas que habitan en ese lugar, y que contrasta con la preocupación de la familia y la extraña situación de ese hijo que acompaña a su padre y al mismo tiempo no desconecta de su rutina diaria, sobre todo de su vida laboral manteniendo constantes conversaciones telefónicas con su empresa, y resulta curioso esa comparación entre el aislamiento de la sociedad moderna que está continuamente conectada al teléfono móvil en medio de ese lugar que está preparado para ser un alojamiento en donde haya paz y tranquilidad.
La película tarda en arrancar, con un inicio en la casa familiar en donde nos ponen en situación de la situación actual de la familia y la decisión del protagonista, y a partir de la llegada de padre e hijo a Benarés la película mantiene el nivel, con unos diálogos interesantes entre los habitantes del hotel y las diferentes personas que va conociendo Daya, y al mismo tiempo nos ofrece unas bellas imágenes de esa localidad con el río Ganjes, lugar sagrado del hinduismo, de fondo.
Me gusta la fotografía y las localizaciones de la película con unas escenas muy bien filmadas, y aunque el guion es bastante irregular y en algunos momentos esquemático, sirve para entender al personaje protagonista en esos días finales y hacernos una idea de los momentos más importantes de su vida.
Adil Hussain interpreta a Rajiv, el hijo de Daya, y es el intérprete más conocido de la película, y actualmente tiene ora película en donde es protagonista, la excelente coproducción europea " El viaje de Nisha ( 2017 ) ", por la que ha ganado el premio Amanda ( el Goya noruego ) hace una semana. El actor hindú está creíble como ese hombre que tiene que mantener el tipo acompañando a su padre y que es demasiado serio en comparación con su progenitor.
El desconocido Lalit Behl interpreta a Daya, el anciano protagonista, y está magnífico logrando hacer creíbles las reacciones de su personaje en los momentos más alegres y en los más dramáticos.
Una película entrañable, que puede tener su público y que recomiendo al público medio mayor de 50 años y los más cinéfilos que buscan historias familiares sencillas, y que muestran la realidad diaria de una sociedad diferente a la Occidental.
El desconocido Lalit Behl interpreta a Daya, el anciano protagonista, y está magnífico logrando hacer creíbles las reacciones de su personaje en los momentos más alegres y en los más dramáticos.
Una película entrañable, que puede tener su público y que recomiendo al público medio mayor de 50 años y los más cinéfilos que buscan historias familiares sencillas, y que muestran la realidad diaria de una sociedad diferente a la Occidental.
LO MEJOR: El sentido del humor de Daya y las imágenes en Benarés.
LO PEOR: Los minutos iniciales y finales.
DÍAS DE CINE:
NOTAS DEL DIRECTOR:
Cuando supe de la existencia de estos hoteles en Vârânasî ( Benarés ), tuve que irme a visitarlos para creerlo. No sabía qué iba a encontrar en un lugar donde los clientes esperan morir.
Para mi sorpresa, estos hoteles eran todos muy modestos, integrados perfectamente en la ciudad, disimulados entre las calles y a veces difíciles de encontrar, cada uno con sus propias normas pero entre todos generaban un microcosmos.
Sin embargo la verdadera sorpresa vino de las conversaciones que tuve con los clientes cuando conocí sus respectivas historias. Una de ellas, la de un hijo que tuvo que acompañar a su padre en sus últimos días, cambió mi percepción de estos hoteles. Entendí que en el Hotel Salvación lo importante no era el lugar, sino las relaciones mantenidas por sus habitantes. En este sentido la película explora el impacto de este lugar en una familia y analiza la idea de la liberación del alma y su significado a través de tres generaciones diferentes, empezando por el patriarca.
Irónicamente, “ Hotel Salvación ” no es una historia sobre la muerte, sino sobre la vida y las relaciones que nos convierten en lo que somos, en una ciudad donde la muerte es vista como una parte integral de las cosas, y a veces incluso como una celebración.
DÍAS DE CINE:
NOTAS DEL DIRECTOR:
Cuando supe de la existencia de estos hoteles en Vârânasî ( Benarés ), tuve que irme a visitarlos para creerlo. No sabía qué iba a encontrar en un lugar donde los clientes esperan morir.
Para mi sorpresa, estos hoteles eran todos muy modestos, integrados perfectamente en la ciudad, disimulados entre las calles y a veces difíciles de encontrar, cada uno con sus propias normas pero entre todos generaban un microcosmos.
Sin embargo la verdadera sorpresa vino de las conversaciones que tuve con los clientes cuando conocí sus respectivas historias. Una de ellas, la de un hijo que tuvo que acompañar a su padre en sus últimos días, cambió mi percepción de estos hoteles. Entendí que en el Hotel Salvación lo importante no era el lugar, sino las relaciones mantenidas por sus habitantes. En este sentido la película explora el impacto de este lugar en una familia y analiza la idea de la liberación del alma y su significado a través de tres generaciones diferentes, empezando por el patriarca.
Irónicamente, “ Hotel Salvación ” no es una historia sobre la muerte, sino sobre la vida y las relaciones que nos convierten en lo que somos, en una ciudad donde la muerte es vista como una parte integral de las cosas, y a veces incluso como una celebración.
TRAILER: