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EL ÁRBOL DE LA SANGRE ( 2018 )

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LA FAMILIA


PAÍS: España ( 2018 )
DIRECCIÓN: Julio Médem
FECHA Y LUGAR DE NACIMIENTO DEL DIRECTOR: 21 de Octubre de 1958, San Sebastián ( España )
INTÉRPRETES:Úrsula Corberó, Álvaro Cervantes, Najwa Nimri, Patricia López Arnaiz, Daniel Grao, Joaquín Furriel, Maria Molins, Emilio Gutiérrez Caba, Luisa Gavasa, Josep Maria Pou, Ángela Molina, Lucía Delgado, Susana Garrote, Mariano Venancio, Luka Peros, Sergio Castellanos
GUIONISTA: Julio Médem
FOTOGRAFÍA: Kiko de la Rica
MÚSICA: Lucas Vidal
GÉNERO: Drama
PRODUCCIÓN: Arcadia Motion Pictures
DISTRIBUIDORA EN ESPAÑA: Diamond Films
DURACIÓN: 130 minutos



SINOPSIS:
Rebeca ( Úrsula Corberó ) y Marc ( Álvaro Cervantes ) son una joven pareja que viaja hasta un antiguo caserío que perteneció a la familia de Marc para escribir su historia en común.
Durante esos días recompondrán un gran árbol genealógico con 25 años de relaciones de amor, desamor, sexo, locura, celos e infidelidades, que oculta un profundo misterio que marcó sus vidas y cuyo descubrimiento pondrá en peligro su propia historia de amor.

 ( Fuente sinopsis: Diamond Films )
 ( Fuente cartel e imágenes: Image.net-Diamond Films )
 ( Fuentes información de la película: Filmafifnity, Diamond Films, IMDb )


CRÍTICA:
Cuando el veterano director Julio Medem estrena película, suele ser, por lo menos en mi caso un motivo para ir a verla al cine. En esta ocasión vuelve a sus orígenes y a su cine más personal. En una película más ligada a otras como “Vacas”, “La ardilla Roja” y “Lucía y el sexo”. Sus dos últimas cintas fueron más encargos y nos mostró otras facetas del director, hablamos de “Habitación en Roma” y “Ma ma”. En esta ocasión la familia es el tema principal de la historia,
Nos presenta a una joven pareja de enamorados que viaja hasta un antiguo caserío que perteneció a la familia del joven, que su objetivo principal es escribir una novela con la historia común de sus raíces familiares, creando un árbol genealógico que reconstruya los últimos 25 años de amor, sexo, celos y venganzas. Cada uno de los personajes desvelará al otros sus secretos más ocultos y todo esto pondrá a prueba su relación de amor.



La cinta se narra en todo momento en dos tiempos, el presente y el pasado, las vidas de cuatro familias muy diferentes entre sí y procedentes de varias provincias de España se verán reflejadas en la historia y veremos que todas están vinculadas entre sí. El director nos ha querido mostrar temas que son muy habituales en sus cintas, como son las relaciones cruzadas, las fugas espacio-temporales y sobre todo su relación con la naturaleza y los animales.
Todos sabemos que Medem es un especialista en en convertir la realidad en un territorio entre la fantasía y la poesía visual y aquí lo vuelve a hacer, las escenas de sexo, pero menos explícitas que en otras ocasiones, también están muy presentes. La narración y la puesta en escena de toda la trama son estupendas.



La verdad es que la película engancha desde la escena inicial, todo lo que te va contado es muy interesante y no te permite despistarte ni un solo momento porque sino te pierdes con tanto personaje. Yo la disfrute al máximo porque trato muchos temas, aparecen hasta miembros de la mafia rusa, cantantes punks, traficantes de órganos y escritoras atormentadas.
Puntuación: 7/10


LO MEJOR: Engancha desde el principio hasta el final.
LO PEOR: O la amas o la detestas, no tiene término medio.
( Crítica escrita por Christopher Laso )


PODCASTS:







MEMORIAS DEL DIRECTOR:
EL ÁRBOL
Comienzo del verano de 2017. Ante la fachada de un caserío abandonado en la Sierra de Urkiola, en Bizkaia, crece un viejo y hermoso árbol que será el símbolo viviente de la historia que quieren contar juntos Marc Bellmunt y Rebeca Santolaya.
Nada más llegar, uno por cada lado, sin verse, se abrazan al grueso tronco y conectan sus dedos. Están decididos a abrir completamente sus pechos para vaciar sus 25 años de vida y mezclarlos, junto a los de sus respectivas familias, tejiendo y entretejiendo, injertando sus hechos porque intuyen que del gran árbol genealógico resultante va a aflorar otra historia, más profunda, aún invisible para los dos. Finalmente resultará mucho más trágica de lo que habían imaginado.
Pero la razón por la que pueden juntar sus vidas en un solo árbol es la existencia de una tercera familia, los Mendoza, y más concretamente sus hijos Víctor y Olmo, que desde las raíces crecen por el interior del tronco. Olmo primero y luego Víctor aparecen súbitamente en las vidas de las madres de Marc y Rebeca. Olmo abandona enseguida a Nuria Bellmunt y Víctor se queda para siempre con Macarena Santolaya.
Desde la planta baja del caserío, en el estudio que fue de la escritora vasca Amaia Zugaza, la pareja escribe su historia común mientras van sacando personajes que distribuyen por el árbol, incluso a ellos mismos, de niños.
Las ramas de Marc y Rebeca crecen separadas durante 14 años, y se juntan definitivamente a sus 18. Llevan así 7 años juntos, creen conocerse bien, pero cada uno sabe que tiene una verdad oculta y ambos sospechan que lo mismo le puede pasar al otro. Es decir, tienen dos secretos que van a desvelar produciendo un gran dolor en ambos. Así, el motivo fundamental, no declarado, de mezclar su sangre en un solo árbol es apostar por la verdad en su relación de pareja, despejar el futuro común de sus propias sombras. Están dispuestos a confesar y a escuchar, lo que tenga que ser.


LOS DOS TIEMPOS
El árbol de la sangre es una historia narrada en gran parte desde dentro, narrada así misma. Contiene dos tiempos narrativos, uno presente, que se puede llamar “realidad”, y otro pasado, “una realidad ficcionada”.
El tiempo presente es lineal, breve y claro, en el que todo queda a la vista, tiene a Marc y Rebeca y a cuatro personajes más, pocas localizaciones, un caserío abandonado de Bizkaia y dos playas mediterráneas, la de Barcelona y la de Denia, y una fecha, los primeros días del verano de 2017.
El tiempo pasado está muy fragmentado, se suceden las elipsis, se ve lleno de huecos y pliegues que rezuman suspense, tiene 14 personajes, se desarrolla en varias localizaciones de Cataluña, Madrid, País Vasco y Alicante, y dura 25 años.
Cada tiempo tiene su propio tratamiento cinematográfico, puesta en escena, atmósfera visual... El tiempo presente es objetivo, frío, de tempo calmado, movimientos bien trazados, encuadres que juegan con los aires, amplios, creando a veces vacíos alrededor de los dos narradores que parecen esperar la aparición de sus recuerdos. En algunas ocasiones estos huecos visuales están ocupados verdaderamente por personajes del pasado, y en otros simplemente se escapa algo de vida, la de abajo se asoma a la de arriba, y crea su misterio, con su emoción.
El tiempo pasado es completamente subjetivo. En su fondo tiene dos inconscientes, el de él y el de ella, y la primera expresión de su lenguaje simbólico unido es el propio árbol, y la sangre que lo recorre. Al estar narrado por Marc primero, luego por Rebeca, después se alternan, se animan... este tiempo tiene el ímpetu de cada uno y de los dos, que además son jóvenes, y se desean, se ponen a cien, y se aman. Así, cinematográficamente el pasado es temperamental, nervioso, ardiente, inquieto, libre... Pero además, cada uno elige los momentos de su vida y la de sus familiares, deciden qué contar y cómo. Es decir, todos los personajes son lo que Marc y Rebeca quieren que sean, recuerdan, imaginan, inventan, nunca sabremos cuánto, ni ellos mismos. Pero eso no es lo que importa. Tienen claro que manda su historia en forma de árbol con la misión de que cada uno pueda sacar su verdad oculta. Sólo en su clímax se mezclan literalmente sus dos relatos, cuando los amantes sienten finalmente que la sangre del uno se vierte en la del otro.

PERSONAJES PROTAGONISTAS
Marc y Rebeca son protagonistas en cuanto que la historia parte de ellos, de su decisión de ir a contarla juntos a un lugar tranquilo, un caserío abandonado en la Sierra de Urkiola, al sur de Bizkaia, rodeado de prados y bosques. Pero en el relato de cada uno, tanto Marc como Rebeca no se consideran los únicos protagonistas, en ocasiones incluso no lo son ya que dejan más sitio y tiempo, crean más destino a otros personajes y sus subtramas, que en muchos casos no conocen, no las vieron; como la inicial de Olmo con Nuria, la de los niños de Rusia, o el comienzo de la relación entre Víctor y Macarena, con su familia Santolaya, la relación entre Olmo y Amaia, incluso la atracción largamente soterrada de su madre Nuria hacia Amaia.
Es decir, al mismo o parecido nivel de protagonismo de Marc y Rebeca hay 5 personajes; Olmo y Víctor Mendoza, Macarena Santolaya, Nuria Bellmunt y Amaia Zugaza. Así, son 7, de un total de 14, los personajes que se hacen grandes y tienen un largo recorrido en el complejo mapa de la historia.



IMPREVISIBLE
El árbol de la sangre no sólo contiene secretos para cada uno de sus narradores, sino para la gran historia resultante, difícilmente visible al principio, imprevisible así en su trayectoria ya que cada uno va desvelando hechos que el otro no sabía, sucesos que en muchos casos responden a un tipo de narración distinto.
Según crece el árbol da la sensación de que la narración va pasando por tonos, registros y hasta géneros diferentes. Por ejemplo, en un momento crucial un mismo tema pasa del “amor oscuro”, como subgénero, al thriller, cuando se somete a la influencia de la mafia rusa. Entonces ni a Marc ni a Rebeca les apetece mirar su historia con los ojos del otro, ya que resulta demasiado perturbadora.


LAS ESPAÑAS
El árbol de la historia, por la extensión de sus ramas, no sólo crea un mapa humano de personajes familiares interconectados, traza además un amplio mapa social y cultural de España, de algunas de las Españas, como la de la vaca, la del toro (faltan otras), en las que viven vascos, catalanes, madrileño- andaluces... y niños exiliados de la Guerra Civil que regresan de mayores. Pero es un mapa en el que no hay ni juicio ni política. Y es deliberado, un acuerdo al que han llegado Marc y Rebeca antes de iniciar su historia común; no juzgar a nadie, no hacer política con ningún suceso. ¡En 25 años de vida en España!
Sin embargo, al principio de la historia puede parecer que se establecen dos bandos políticos a partir del hecho de que los personajes más mayores, los abuelos de las ramas Santolaya y Mendoza, de niños pertenecieron al bando vencedor y al vencido respectivamente de la Guerra Civil Española. Pero Marc y Rebeca no se posicionan, simplemente lo muestran.
Es fácil imaginar la ideología, el pensamiento político de casi todos los personajes, pero aquí no cuenta, no interesa. Y no es porque los personajes sean apolíticos, seguramente todo lo contrario, sino porque sus narradores han preferido elegir aquellas escenas en las que no se expresaban políticamente.

LA CONCIENCIA
Es cierto que los narradores han dibujado un mapa de España sin juicio ni política, pero son conscientes de que en el aire, en la atmósfera dramática se percibe una intención moral, un conflicto que los personajes tienen primero consigo mismos, con su conciencia; palabra clave que sí contiene un juicio ético, pero es hacia cada uno de ellos. Algunos de los personajes, los que están más enraizados en la historia, han cometido actos que han sacudido su noción del bien y del mal, y su consecuencia directa es la culpa. Hay por tanto personajes culpables desde hace tiempo, desde el inicio de la historia, pero también hay culpables recientes, de diversos calibres. Casi nadie se libra de su responsabilidad y, aunque la culpa es ya una forma de castigo, algunos parece que son severamente castigados por su destino. Sólo en pocos casos, personas concretas, se deciden a hacer actos de redención de su culpa, y se entregan en vida, o hacen un sacrificio al amor.
La intención moral de la historia, el conflicto con su conciencia, además de ser personal también se extiende hacia fuera, hacia los personajes que les rodean. Marc y Rebeca no pueden evitar, ni seguramente quieren, que su mapa blanco de España palpite de tensión por las diferencias geográficas, culturales, e internamente se agite el cainismo, ese sentimiento atávico entre hermanos españoles, hermanos mamíferos que respiran agitadamente, se apuntan con sus astas y resoplan al sentir al otro en frente.
Parece que es el inconsciente de la gran historia resultante, el árbol que ya conoce todas sus ramas, el que saca a correr a un prado vacas y toros, por separado, hasta que se rozan, se alarman, se enfrentan... y allá cada cual.


LA SANGRE
El árbol de de la sangre, al tener mucha vida dentro, 25 años y 14 personajes, pasa por una gran variedad de estados de ánimo; es emotiva, cálida, cercana, sensual... y está llena de intimidad. A excepción de las bodas, las escenas transcurren entre pocos personajes a los que les unen relaciones muy intensas. Desde este lado se puede decir que es una suma de intimidades.
Pero también es recia, dura, vigorosa, violenta, potente... y posee la fuerza dramática necesaria para conectar entre sí personajes de distintas ramas, sujetarlos bien. Así, es también una red, una estructura ramificada; el árbol.
Hay algo que emana del interior de los jóvenes cuerpos de sus narradores, y que inevitablemente tiñe lo que narran, es la atracción sexual que siente el uno por el otro, su excitación, sus ganas de contar la historia también como forma de seducirse, el erotismo que está de principio a fin. Esta es la dimensión privada que la pareja da a la idea de la “sangre” del árbol.
 ( Fuente del texto: Pressbook-Image.net de Diamond Films )


TRAILER:


( CRÍTICA DE CHRISTOPHER LASO )


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