TÚ A FRANCIA Y YO A ESPAÑA
TÍTULO ORIGINAL: L'échange des princesses
DIRECCIÓN: Marc Dugain
FECHA Y LUGAR DE NACIMIENTO DEL DIRECTOR: 3 de Mayo de 1957, Dakar ( Senegal )
INTÉRPRETES: Lambert Wilson, Gwendolyn Gourvenec, Andrea Ferréol, Kacey Mottet Klein, Olivier Gourmet, Maya Sansa, Anamaria Vartolomei, Catherine Mouchet, Patrick Descamps, Vincent Londez, Thomas Mustin, Igor van Dessel, Juliane Lepoureau, Alice D'Hauwe, Didier Sauvegrain, Jonas Wertz
GUIONISTAS: Marc Dugain, Chantal Thomas
BASADA EN: La novela homónima escrita por la francesa Chantal Thomas en 2013
FOTOGRAFÍA: Gilles Porte
MÚSICA: Eric Chevallier
GÉNERO: Drama
PRODUCCIÓN: High Sea Production, Featuristic Films, Scope Pictures
DISTRIBUIDORA EN ESPAÑA: Surtsey Films
DURACIÓN: 100 minutos
PREMIOS:2 Premios en el Bcn Film Fest de 2018
SINOPSIS:
Tras años de guerra entre Francia y España, que han dejado a los dos países debilitados, Felipe de Orleans, el regente de Francia, pone en marcha un plan para consolidar la paz entre ambas naciones. Casará a su hija de 12 años, señorita de Montpensier, con el heredero del trono español y a Luis XV, próximo Rey de Francia, con Mariana Victoria, de 4 años, Infanta de España. Una adolescente y una niña se verán atrapadas en una red de alianzas, traiciones y juegos de poder. ( Fuente sinopsis, cartel e imágenes: Surtsey Films )
( Fuentes información de la película: Filmaffinity, IMDb, Surtsey Films, Wikipedia )
LO MEJOR: La puesta en escena, la fotografía y el vestuario.
LO PEOR: Película vista ya muchas veces.
CRÍTICAS EN BLOGS ESPECIALIZADOS:
Pedro de Frutos en El Ónfalos
Pedro de Frutos en Coveralia
Laura Zurita en Cine de Patio
CRÍTICA:
Aunque no suele ser muy habitual, da la casualidad que en estos momentos coinciden en cartelera tres películas con intrigas palaciegas. En el caso que nos compete se trata de la segunda película del director francés Marc Dugain, hace unos años nos presentó su opera prima “An Ordinary Execution”.La historia se centra a principios del siglo XVIII, justo después de la guerra. Para que todo vuelva a la normalidad entre Francia y España, el duque de Orleans envió a su hija a la corte española para que se casara con Luis, hijo de Felipe V, mientras que éste envió a Versalles a su hija pequeña para que esta a su vez se casara con el ya nombrado rey Luis XV, de tan solo 12 años de edad.
La película es en sí un relato histórico, pero contado bajo la mirada del director, nos muestra situaciones de lo más rocambolescas, desde momentos de lujuria hasta escenas ridículas, pasando por otras de gran ternura. Y me llama mucho la atención las lecciones de sexo que nos imparte.
Sobre todo es una cinta con una gran fotografía, una más que notable puesta en escena y un estilo narrativo muy académico. En algunos tramos parece que estamos ante un documental de historia. La banda sonora también es muy eficaz y está muy bien entrelazada con las bellas imágenes.
Es una película agradable de ver, sin ser ninguna maravilla, el guion podría dar mucho más de sí, lo bueno que tiene y aporta al espectador es el conocer muchos datos que para el gran público son desconocidos. El reparto se puede catalogar como correcto, eso sí tanto el vestuario, el maquillaje y la peluquería están perfectos.
Puntuación: 6/10
La película es en sí un relato histórico, pero contado bajo la mirada del director, nos muestra situaciones de lo más rocambolescas, desde momentos de lujuria hasta escenas ridículas, pasando por otras de gran ternura. Y me llama mucho la atención las lecciones de sexo que nos imparte.
Sobre todo es una cinta con una gran fotografía, una más que notable puesta en escena y un estilo narrativo muy académico. En algunos tramos parece que estamos ante un documental de historia. La banda sonora también es muy eficaz y está muy bien entrelazada con las bellas imágenes.
Es una película agradable de ver, sin ser ninguna maravilla, el guion podría dar mucho más de sí, lo bueno que tiene y aporta al espectador es el conocer muchos datos que para el gran público son desconocidos. El reparto se puede catalogar como correcto, eso sí tanto el vestuario, el maquillaje y la peluquería están perfectos.
Puntuación: 6/10
LO PEOR: Película vista ya muchas veces.
( Crítica escrita por Christopher Laso )
CRÍTICAS EN BLOGS ESPECIALIZADOS:
Pedro de Frutos en El Ónfalos
Pedro de Frutos en Coveralia
Laura Zurita en Cine de Patio
PODCASTS:
DÍAS DE CINE:
ENTREVISTA AL DIRECTOR:
Es la primera vez que adaptas una novela de otro autor y la llevas al cine. ¿ Por qué elegiste adaptar L'échange des princesses de Chantal Thomas ?
Soy un entusiasta de la historia. Me atrajo especialmente cuando era pequeño, leí muchos libros sobre el siglo XVIII. Este episodio histórico relacionado con el intercambio de princesas es único, especialmente por la forma tan cruel en la que fueron tratados los niños. Nada de esto se aleja mucho de mis intereses, los cuales están dedicados principalmente a la manipulación política. Estos niños están literalmente manipulados por adultos que en realidad no son adultos. Los jóvenes príncipes, princesas y aristócratas fueron criados con ideas de grandeza, mientras se los infantilizaba y se les mantenía en un estado pueril: niños que jugaban a la guerra porque no tenían nada mejor que hacer. Esto es, en parte, lo que explica la decadencia de la monarquía. En el film podemos ver que la monarquía empieza a dirigirse hacia su desaparición.
En efecto, la película empieza con el fin de un mundo en particular, con la omnipresencia de la muerte, con un Versalles en ruinas. Ésta conexión con la precariedad era fundamental en mi deseo de hacer esta película. En el siglo XVIII, la omnipresencia de las epidemias como la peste y la viruela hizo que la gente tuviera una perspectiva muy particular de la vida. La probabilidad de vivir hasta los setenta años, como hoy, no existía; era más que probable morir antes de llegar si quiera a los treinta y cinco años. La omnipresencia de la muerte también explicaba la importancia de la religión en la vida de las personas, ya que ésta les ofrecía una conexión entre la vida eterna y la vida terrenal, la cual era fugaz. Cuando Felipe V le dice a la Infanta que la vida y la muerte son lo mismo, basa su concepto en la religión, con el fin de tranquilizar a los vivos con lo relacionado a la muerte. Quería mostrar este terror total de que uno es meramente mortal: un momento decisivo y definitorio en la infancia.
Eso se aplica esencialmente a Luis XV… Luis XV es un niño cuya familia entera muere debido a la viruela. Ha visto a todos a su alrededor morir: su bisabuelo, su abuelo, su padre, madre, herma, etc. Y a pesar de este vacío emocional se le solicita que sea rey. Se encuentra coronado con una función que al principio ejerce incómodamente, y que luego aprenderá a encarnar por completo.
Una frase pronunciada por el rey al regente expresa la complejidad de la relación que tiene con el papel de ser rey: "En la víspera de mi mayoría de edad, nos negamos a dormir solos". La película muestra el proceso de convertirse en rey: como un niño huérfano, a través de un sistema ridículo de sucesión, se encuentra de repente coronado en una función real – y descubriendo el mundo a través del prisma del poder absoluto. Al mismo tiempo entiende que “solo ha sido proclamado rey, así que obedecerá”. Este joven Luis XV carece de tacto y decisión. Cuando se le pide que tome una decisión se muestra cauteloso, escudriñando a las personas que le rodean, apenas contestando. Quería mostrar esta faceta del poder real, el peso que una responsabilidad así puede suponer para un niño. Luis XV está abrumado por su papel, pero no se asusta por él, y lo cumple, incluso en momentos difíciles. Cuando está en el barco con la infanta y dice “Madam, la gente dice que no estáis creciendo”, se mete en un papel reproductivo, en el sentido real de la palabra.
La fuerza y la profundidad de la Infanta son asombrosas. En el libro de Chantal Thomas, la infanta ya está muy presente y desarrollada. Admirablemente trasciende en su papel. Chantal Thomas da a los niños ciertas cualidades y una precocidad que probablemente no tuvieran. Aun así, me encanta la forma en la que ella describe a los niños. Conferí ciertas cualidades a Luis XV; Chantal Thomas se las confiere a la Infanta; la película es el resultado de las proyecciones de nuestras perspectivas. Chantal aceptó mi visión de Luis XV, y traté de respetar su visión de la Infanta lo mejor que pude. Todo el tiempo sabiendo que estaba igualmente interesado en los otros personajes de los niños y que encontrar el balance correcto era importante para mí. La idea era tener cuatro niños igual de importantes.
La ficción juega un papel más importante en el film que en la novela, notablemente en referencia a Luisa Isabel, que acaba creciendo cerca de Don Luis…Luisa Isabel era emancipada, descarada, y más bien una chica moderna. De cualquier manera, no quería llevarla a un extremo. Pensé que sería interesante tener un momento en el que ella se reafirmara en su papel de ser una esposa real, y se vuelve próxima a Don Luis, alentándole que se encare con sus padres: “Si permaneces como rey podría incluso llegar a amarte” le dice. Encuentro el hecho de que acepte su fe con resignación a la vez insoportable y hermoso.
Estos niños están envueltos en una conspiración cínica, pero navegan a través de estas aguas agitadas de una manera noble aceptando su destino… Nunca minimizo o degrado a mis personajes, no puedo, simplemente no está en mi naturaleza. Me gustan las películas donde los personajes tienen cierta dignidad y nobleza en su ser. No nos tenemos que centrar perder la esperanza en la humanidad; ya se está ahogando por sí sola. Aunque los niños se mantienen dignos y de pie, no son menos víctimas de su decadente herencia. Esto realza el asunto del determinismo: ¿Hasta qué punto se puede liberar a uno de su educación y extraerse del entorno en el que estuvo inmerso desde su nacimiento? Contraponerse dramáticamente a la propia infancia significa haberla integrado. Escaparse de este entorno es extremadamente complicado para estos niños, especialmente para Luis XV, ya que solo tiene una solución: convertirse en rey porque nació para ello. Él acepta esto y crece con ello.
A pesar de todo, te centras en la vida privada de los personajes jóvenes y grabas muy poco del esplendor de la corte.
Hay dos opciones cuando haces una película histórica. O filmas la historia oficial - la historia con mayúsculas, que incluye toda la pompa y circunstancia, que es una versión bastante anglosajona de la historia - o eliges una forma más íntima de contar tu historia. Opté por lo último, porque quería centrarme en los niños, sus reacciones y sus emociones. En mi opinión, ahí recala el interés de la película, no en hacer un panorama detallado del siglo XVIII.
Con lo que respecta al resto de la gente, están completamente fuera de pantalla, excepto por la pausa en el bosque cuando la princesa se cruza con una campesina… La princesa se baja del carruaje para hacer sus necesidades, mira hacia el cielo, y de repente ve a esta jovencita en el bosque. Está intrigada, sonríe ligeramente, pero automáticamente vuelve a su propio mundo. Pensé que sería interesante tener esta interacción única entre aristocracia y la gente común, mostrando a la princesa oprimida por su propio mundo. Para mostrar la decadencia de la aristocracia, no fue necesario añadir la representación del cliché “sans culottes” (trabajadores) en trapos; la forma en la que vivían era suficiente. Esta aristocracia se autodestruyó en las guerras tribales: la dinastía de los borbones contra la casa de Orleans. Y después de años de mezclarse entre parientes, acabaron degenerando, como es el ejemplo de Felipe V.
El Duque de Condé es un personaje un poco ridículo. Soy aficionado a la parte extravagante de este personaje; alguien que está lo suficientemente loco como para querer tener éxito en la política. En ese momento, Francia era la nación más importante del mundo y en su cabeza había un joven rey de once años que intentaba encontrarse a sí mismo y a un primer ministro degenerado de veintiún años.
DÍAS DE CINE:
ENTREVISTA AL DIRECTOR:
Es la primera vez que adaptas una novela de otro autor y la llevas al cine. ¿ Por qué elegiste adaptar L'échange des princesses de Chantal Thomas ?
Soy un entusiasta de la historia. Me atrajo especialmente cuando era pequeño, leí muchos libros sobre el siglo XVIII. Este episodio histórico relacionado con el intercambio de princesas es único, especialmente por la forma tan cruel en la que fueron tratados los niños. Nada de esto se aleja mucho de mis intereses, los cuales están dedicados principalmente a la manipulación política. Estos niños están literalmente manipulados por adultos que en realidad no son adultos. Los jóvenes príncipes, princesas y aristócratas fueron criados con ideas de grandeza, mientras se los infantilizaba y se les mantenía en un estado pueril: niños que jugaban a la guerra porque no tenían nada mejor que hacer. Esto es, en parte, lo que explica la decadencia de la monarquía. En el film podemos ver que la monarquía empieza a dirigirse hacia su desaparición.
En efecto, la película empieza con el fin de un mundo en particular, con la omnipresencia de la muerte, con un Versalles en ruinas. Ésta conexión con la precariedad era fundamental en mi deseo de hacer esta película. En el siglo XVIII, la omnipresencia de las epidemias como la peste y la viruela hizo que la gente tuviera una perspectiva muy particular de la vida. La probabilidad de vivir hasta los setenta años, como hoy, no existía; era más que probable morir antes de llegar si quiera a los treinta y cinco años. La omnipresencia de la muerte también explicaba la importancia de la religión en la vida de las personas, ya que ésta les ofrecía una conexión entre la vida eterna y la vida terrenal, la cual era fugaz. Cuando Felipe V le dice a la Infanta que la vida y la muerte son lo mismo, basa su concepto en la religión, con el fin de tranquilizar a los vivos con lo relacionado a la muerte. Quería mostrar este terror total de que uno es meramente mortal: un momento decisivo y definitorio en la infancia.
Eso se aplica esencialmente a Luis XV… Luis XV es un niño cuya familia entera muere debido a la viruela. Ha visto a todos a su alrededor morir: su bisabuelo, su abuelo, su padre, madre, herma, etc. Y a pesar de este vacío emocional se le solicita que sea rey. Se encuentra coronado con una función que al principio ejerce incómodamente, y que luego aprenderá a encarnar por completo.
Una frase pronunciada por el rey al regente expresa la complejidad de la relación que tiene con el papel de ser rey: "En la víspera de mi mayoría de edad, nos negamos a dormir solos". La película muestra el proceso de convertirse en rey: como un niño huérfano, a través de un sistema ridículo de sucesión, se encuentra de repente coronado en una función real – y descubriendo el mundo a través del prisma del poder absoluto. Al mismo tiempo entiende que “solo ha sido proclamado rey, así que obedecerá”. Este joven Luis XV carece de tacto y decisión. Cuando se le pide que tome una decisión se muestra cauteloso, escudriñando a las personas que le rodean, apenas contestando. Quería mostrar esta faceta del poder real, el peso que una responsabilidad así puede suponer para un niño. Luis XV está abrumado por su papel, pero no se asusta por él, y lo cumple, incluso en momentos difíciles. Cuando está en el barco con la infanta y dice “Madam, la gente dice que no estáis creciendo”, se mete en un papel reproductivo, en el sentido real de la palabra.
La fuerza y la profundidad de la Infanta son asombrosas. En el libro de Chantal Thomas, la infanta ya está muy presente y desarrollada. Admirablemente trasciende en su papel. Chantal Thomas da a los niños ciertas cualidades y una precocidad que probablemente no tuvieran. Aun así, me encanta la forma en la que ella describe a los niños. Conferí ciertas cualidades a Luis XV; Chantal Thomas se las confiere a la Infanta; la película es el resultado de las proyecciones de nuestras perspectivas. Chantal aceptó mi visión de Luis XV, y traté de respetar su visión de la Infanta lo mejor que pude. Todo el tiempo sabiendo que estaba igualmente interesado en los otros personajes de los niños y que encontrar el balance correcto era importante para mí. La idea era tener cuatro niños igual de importantes.
La ficción juega un papel más importante en el film que en la novela, notablemente en referencia a Luisa Isabel, que acaba creciendo cerca de Don Luis…Luisa Isabel era emancipada, descarada, y más bien una chica moderna. De cualquier manera, no quería llevarla a un extremo. Pensé que sería interesante tener un momento en el que ella se reafirmara en su papel de ser una esposa real, y se vuelve próxima a Don Luis, alentándole que se encare con sus padres: “Si permaneces como rey podría incluso llegar a amarte” le dice. Encuentro el hecho de que acepte su fe con resignación a la vez insoportable y hermoso.
Estos niños están envueltos en una conspiración cínica, pero navegan a través de estas aguas agitadas de una manera noble aceptando su destino… Nunca minimizo o degrado a mis personajes, no puedo, simplemente no está en mi naturaleza. Me gustan las películas donde los personajes tienen cierta dignidad y nobleza en su ser. No nos tenemos que centrar perder la esperanza en la humanidad; ya se está ahogando por sí sola. Aunque los niños se mantienen dignos y de pie, no son menos víctimas de su decadente herencia. Esto realza el asunto del determinismo: ¿Hasta qué punto se puede liberar a uno de su educación y extraerse del entorno en el que estuvo inmerso desde su nacimiento? Contraponerse dramáticamente a la propia infancia significa haberla integrado. Escaparse de este entorno es extremadamente complicado para estos niños, especialmente para Luis XV, ya que solo tiene una solución: convertirse en rey porque nació para ello. Él acepta esto y crece con ello.
A pesar de todo, te centras en la vida privada de los personajes jóvenes y grabas muy poco del esplendor de la corte.
Hay dos opciones cuando haces una película histórica. O filmas la historia oficial - la historia con mayúsculas, que incluye toda la pompa y circunstancia, que es una versión bastante anglosajona de la historia - o eliges una forma más íntima de contar tu historia. Opté por lo último, porque quería centrarme en los niños, sus reacciones y sus emociones. En mi opinión, ahí recala el interés de la película, no en hacer un panorama detallado del siglo XVIII.
Con lo que respecta al resto de la gente, están completamente fuera de pantalla, excepto por la pausa en el bosque cuando la princesa se cruza con una campesina… La princesa se baja del carruaje para hacer sus necesidades, mira hacia el cielo, y de repente ve a esta jovencita en el bosque. Está intrigada, sonríe ligeramente, pero automáticamente vuelve a su propio mundo. Pensé que sería interesante tener esta interacción única entre aristocracia y la gente común, mostrando a la princesa oprimida por su propio mundo. Para mostrar la decadencia de la aristocracia, no fue necesario añadir la representación del cliché “sans culottes” (trabajadores) en trapos; la forma en la que vivían era suficiente. Esta aristocracia se autodestruyó en las guerras tribales: la dinastía de los borbones contra la casa de Orleans. Y después de años de mezclarse entre parientes, acabaron degenerando, como es el ejemplo de Felipe V.
El Duque de Condé es un personaje un poco ridículo. Soy aficionado a la parte extravagante de este personaje; alguien que está lo suficientemente loco como para querer tener éxito en la política. En ese momento, Francia era la nación más importante del mundo y en su cabeza había un joven rey de once años que intentaba encontrarse a sí mismo y a un primer ministro degenerado de veintiún años.
La homosexualidad se aluda en gran parte a… Este período de ambigüedad que atraviesan muchos adolescentes, no necesariamente de una manera puramente sexual, es muy interesante. Sobre todo porque durante este período de tiempo, muchas amistades masculinas fueron alimentadas por la admiración y los sentimientos: los hombres se escribían entre sí casi como lo harían dos mujeres. Era una época en la que era más complicado acercarse a las mujeres. Quería describir todo este cuestionamiento que el rey estaba haciendo. En cuanto a la homosexualidad de Luisa Isabel, lo abordé de frente. Cuando sale de la cama con su dama de compañía, entendemos que algo ha pasado, que ha descubierto un nuevo territorio. En ese momento, la homosexualidad era una forma de evitar los tabúes sexuales, y también de evitar el riesgo, bastante elevado, de embarazo.
¿ Dónde grabasteis la película ?
Usamos varios castillos de Bélgica: Beloeil, cuyo interior es como una réplica de Versalles, y el Palacio de Egmont, donde se encuentra el Ministerio de Relaciones Exteriores de Bélgica. Y no muy lejos, en la región flamenca está el castillo Gasbeek, que es muy representativo del arte flamenco bajo la influencia española. Ahí es donde rodamos las escenas de la corte de Felipe V.
¿ Cómo encontraste a estos cuatro jóvenes actores ?
Alguien me había hablado de Igor Van Dessel, que le pega a Luis XV. Estaba trabajando en una película en Cap Ferret, y como vivo en Burdeos, fui a verle. Lo llevé a almorzar, hablamos, y luego a sus trece años, al final de la comida, sacó su billetera y me preguntó: "¿Te puedo invitar a almorzar?" Igor es extremadamente fotogénico. Tiene una manera de aprovechar la luz, con sus ojos increíbles y su comportamiento algo angelical. Y como con los grandes actores, es capaz de una gran concentración, pero cuando termina una toma, inmediatamente desconecta. Este joven es asombroso porque es capaz de rectificar un detalle en una fracción de segundo, y tenía la capacidad de hacer que su personaje evolucionara aunque no estuviéramos rodando cronológicamente. Igor tiene una comprensión profunda de este personaje que lo ha perdido todo y luego tuvo que reconstruirse a sí mismo.
¿ Y la elección de Juliane Lepoureau, quien interpreta a la infanta ?
Ella estaba ahí, entre varias niñas que habían venido al casting. En cuanto la vi supe que era ella. Era tan espontánea, y trajo mucha inteligencia a su papel. No sé cómo se puede tener esa habilidad para actuar a tan corta edad. En el set, estaba siempre feliz, nunca cansada, y nunca se quejaba aunque hubiera momentos en los que tenía que esperar, y esperar… Y para el papel de Luisa Isabel, Gilles Porte me había hablado sobre Anamaria Vartolomei. La había visto en L’Idéal de Beigbeder. Ella es magnífica y muy talentosa. En cuanto a Kacey Mottet-Klein, quien hace de Don Luis, fue un regalo divino. Es extremadamente talentoso.
¿ Y sobre el reparto adulto ?
Catherine Mouchet tiene un estilo de actuación único. Es sorprendente verla en el set, pero aún más cuando descubres su trabajo bajo presión. Catherine encarna perfectamente este vínculo con los dos niños perdidos. En cuanto a Lambert Wilson, es extremadamente generoso, con una fortaleza que a veces necesita canalizarse, pero que lo convierten en un actor excepcional. Lo encuentro magnífico en la escena de la abdicación, donde expresa a la perfección la locura mística de Felipe V. Lo imaginé en este papel desde el principio, porque él es a la vez extremadamente sensible e imponente. Tener a Olivier Gourmet como regente también fue una elección obvia para mí. De hecho, el regente era más afeminado, pero la brutalidad que desprende Gourmet se corresponde bastante bien con el lado del comerciante de ganado: le venderé a mi hija y compraré la suya. También estaba muy interesado en Maya Sansa para su papel. Todos los actores eran personas que había esperado, incluidos los papeles secundarios, como Vincent Londez, que interpreta a Saint-Simon. Vemos muy poco de él, pero él resalta con una sola mirada.
¿ Dónde grabasteis la película ?
Usamos varios castillos de Bélgica: Beloeil, cuyo interior es como una réplica de Versalles, y el Palacio de Egmont, donde se encuentra el Ministerio de Relaciones Exteriores de Bélgica. Y no muy lejos, en la región flamenca está el castillo Gasbeek, que es muy representativo del arte flamenco bajo la influencia española. Ahí es donde rodamos las escenas de la corte de Felipe V.
¿ Cómo encontraste a estos cuatro jóvenes actores ?
Alguien me había hablado de Igor Van Dessel, que le pega a Luis XV. Estaba trabajando en una película en Cap Ferret, y como vivo en Burdeos, fui a verle. Lo llevé a almorzar, hablamos, y luego a sus trece años, al final de la comida, sacó su billetera y me preguntó: "¿Te puedo invitar a almorzar?" Igor es extremadamente fotogénico. Tiene una manera de aprovechar la luz, con sus ojos increíbles y su comportamiento algo angelical. Y como con los grandes actores, es capaz de una gran concentración, pero cuando termina una toma, inmediatamente desconecta. Este joven es asombroso porque es capaz de rectificar un detalle en una fracción de segundo, y tenía la capacidad de hacer que su personaje evolucionara aunque no estuviéramos rodando cronológicamente. Igor tiene una comprensión profunda de este personaje que lo ha perdido todo y luego tuvo que reconstruirse a sí mismo.
¿ Y la elección de Juliane Lepoureau, quien interpreta a la infanta ?
Ella estaba ahí, entre varias niñas que habían venido al casting. En cuanto la vi supe que era ella. Era tan espontánea, y trajo mucha inteligencia a su papel. No sé cómo se puede tener esa habilidad para actuar a tan corta edad. En el set, estaba siempre feliz, nunca cansada, y nunca se quejaba aunque hubiera momentos en los que tenía que esperar, y esperar… Y para el papel de Luisa Isabel, Gilles Porte me había hablado sobre Anamaria Vartolomei. La había visto en L’Idéal de Beigbeder. Ella es magnífica y muy talentosa. En cuanto a Kacey Mottet-Klein, quien hace de Don Luis, fue un regalo divino. Es extremadamente talentoso.
¿ Y sobre el reparto adulto ?
Catherine Mouchet tiene un estilo de actuación único. Es sorprendente verla en el set, pero aún más cuando descubres su trabajo bajo presión. Catherine encarna perfectamente este vínculo con los dos niños perdidos. En cuanto a Lambert Wilson, es extremadamente generoso, con una fortaleza que a veces necesita canalizarse, pero que lo convierten en un actor excepcional. Lo encuentro magnífico en la escena de la abdicación, donde expresa a la perfección la locura mística de Felipe V. Lo imaginé en este papel desde el principio, porque él es a la vez extremadamente sensible e imponente. Tener a Olivier Gourmet como regente también fue una elección obvia para mí. De hecho, el regente era más afeminado, pero la brutalidad que desprende Gourmet se corresponde bastante bien con el lado del comerciante de ganado: le venderé a mi hija y compraré la suya. También estaba muy interesado en Maya Sansa para su papel. Todos los actores eran personas que había esperado, incluidos los papeles secundarios, como Vincent Londez, que interpreta a Saint-Simon. Vemos muy poco de él, pero él resalta con una sola mirada.
¿ Qué tal trabajaste con el director de fotografía Gilles Porte ?
Creo en el talento de los actores, en sus habilidades para la improvisación, pero no en el del director durante la filmación! Como resultado, preparo todo por adelantado, en particular mi guión de rodaje. Un mes antes de grabar, fui con Gilles a visitar los diferentes escenarios y sets, donde escena por escena interpretaba el bloqueo y la puesta en escena de los actores, para ver donde ponía la cámara. Al final, seguimos el guion de rodaje casi al pie de la letra. Con el fin de compartir mi visión de la iluminación con él, le enseñé pinturas, en concreto una que se correspondía perfectamente con lo que estaba buscando: una pintura de un niño de Gainsborough. Me encanta la luz que proyectaba sobre la cara del niño, y Gilles, brillantemente, lo uso como inspiración.
¿ Y cómo trabajaste con la música ?
Llame a Marc Tomasi, quien ya había compuesto la música para The curse of Edgar. Estaba buscando un estilo neo-barroco y Marc trabajó día y noche para componerla a tiempo. La ovación que los músicos de la Orquesta Sinfónica de Londres le dieron durante la grabación fue el último galardón para él.
¿ Porque estás tan interesado en los temas históricos ?
Siempre ha estado en mí. Cuando era niño, tenía ante mis ojos a un hombre cuya vida había chocado con la historia: mi abuelo fue desfigurado atrozmente en la Primera Guerra Mundial. Este choque entre la historia y la vida personal de alguien me hizo muy consciente del hecho de que las grandes causas a veces pueden tener un impacto muy dramático en las personas. A su manera, L'échange des princesses cuenta la historia de los poderes fácticos que nos manipulan y arrastran a los desastres colectivos. Es una historia que podría haber escrito.
Creo en el talento de los actores, en sus habilidades para la improvisación, pero no en el del director durante la filmación! Como resultado, preparo todo por adelantado, en particular mi guión de rodaje. Un mes antes de grabar, fui con Gilles a visitar los diferentes escenarios y sets, donde escena por escena interpretaba el bloqueo y la puesta en escena de los actores, para ver donde ponía la cámara. Al final, seguimos el guion de rodaje casi al pie de la letra. Con el fin de compartir mi visión de la iluminación con él, le enseñé pinturas, en concreto una que se correspondía perfectamente con lo que estaba buscando: una pintura de un niño de Gainsborough. Me encanta la luz que proyectaba sobre la cara del niño, y Gilles, brillantemente, lo uso como inspiración.
¿ Y cómo trabajaste con la música ?
Llame a Marc Tomasi, quien ya había compuesto la música para The curse of Edgar. Estaba buscando un estilo neo-barroco y Marc trabajó día y noche para componerla a tiempo. La ovación que los músicos de la Orquesta Sinfónica de Londres le dieron durante la grabación fue el último galardón para él.
¿ Porque estás tan interesado en los temas históricos ?
Siempre ha estado en mí. Cuando era niño, tenía ante mis ojos a un hombre cuya vida había chocado con la historia: mi abuelo fue desfigurado atrozmente en la Primera Guerra Mundial. Este choque entre la historia y la vida personal de alguien me hizo muy consciente del hecho de que las grandes causas a veces pueden tener un impacto muy dramático en las personas. A su manera, L'échange des princesses cuenta la historia de los poderes fácticos que nos manipulan y arrastran a los desastres colectivos. Es una historia que podría haber escrito.
( CRÍTICA DE CHRISTOPHER LASO )