NUEVA VIDA EN GROENLANDIA
TÍTULO ORIGINAL: Une année polaire
DIRECCIÓN: Samuel Collardey
FECHA Y LUGAR DE NACIMIENTO DEL DIRECTOR: 29 de Julio de 1975, Besanzón ( Francia )
INTÉRPRETES: Anders Hvidegaard, Asser Boassen, Thomasine Jonathansen, Gert Jonathansen,Julius Nielsen, Tobias Ignatiussen, Ina-Miriam Rosenbaum, Berge Hvidegaard,Hanne Hvidegaard, Flavia Kristiansen, Rosalia Korneliussen
GUIONISTAS: Samuel Collardey, Catherine Paillé, Grégoire Debailly
FOTOGRAFÍA: Samuel Collardey
MÚSICA: Erwann Chandon
GÉNERO: Drama
PRODUCCIÓN: Geko Films, France 3 Cinéma, La Banque Postale Image 10, Sofica Manon 7, Centre National de la Cinématographie
DISTRIBUIDORA EN ESPAÑA: Adso Films
DURACIÓN: 94 minutos
SINOPSIS:
Anders, un profesor recién licenciado, decide dejar su Dinamarca natal en busca de una aventura laboral en Groenlandia. Al llegar allí se siente extraño y alejado de sus habitantes al ser una comunidad muy cerrada. Gracias a una serie de curiosas circunstancias, Anders cuestionará sus convicciones centroeuropeas y aceptará su nuevo estilo de vida polar.
( Fuente sinopsis, cartel e imágenes: Adso Films )
( Fuentes información de la película: Filmaffinity, IMDb, Adso Films, Wikipedia )
CRÍTICA:
Samuel Collardey es un director y cineasta de televisión francés conocido por su trabajo en el género Docufiction. En general es uno de esos directores poco conocido para el gran público, pero que ha desarrollando películas muy interesantes y reconocidas por la crítica en los festivales más prestigiosos del mundo. Este es su cuarto largometraje y entre sus anteriores trabajos podemos destacar “Tempête” y “Como un León”.
En esta ocasión Collardey da un paso adelante en la construcción de pequeñas historias con grandes personajes y nos presenta un relato bastante intimista sobre la llegada de un profesor recién licenciado llamado Anders, que deja su Dinamarca natal en busca de una aventura laboral en Groelandia. Una vez que llega a un pueblo perdido entre la nieve, empezarán las dificultades para adaptarse a su nueva vida. Se irán dando una serie de curiosas circunstancias y Anders cuestionará sus costumbres centroeuropeas y aceptará su nuevo estilo de vida polar.
CRÍTICA:
Samuel Collardey es un director y cineasta de televisión francés conocido por su trabajo en el género Docufiction. En general es uno de esos directores poco conocido para el gran público, pero que ha desarrollando películas muy interesantes y reconocidas por la crítica en los festivales más prestigiosos del mundo. Este es su cuarto largometraje y entre sus anteriores trabajos podemos destacar “Tempête” y “Como un León”.
En esta ocasión Collardey da un paso adelante en la construcción de pequeñas historias con grandes personajes y nos presenta un relato bastante intimista sobre la llegada de un profesor recién licenciado llamado Anders, que deja su Dinamarca natal en busca de una aventura laboral en Groelandia. Una vez que llega a un pueblo perdido entre la nieve, empezarán las dificultades para adaptarse a su nueva vida. Se irán dando una serie de curiosas circunstancias y Anders cuestionará sus costumbres centroeuropeas y aceptará su nuevo estilo de vida polar.
La película mezcla ficción con pequeñas dosis de documental y nos muestra el día a día de la vida de estas personas en sus pueblos, destaca la fotografía y los espectaculares parajes naturales que sirven como escenario para todo el metraje. Todo lo que nos presenta esta narrado con una delicadeza y emotividad. Aunque tiene escenas muy interesantes, como las escenas de pesca, los paseos en trineo y las vivencias de los propios habitantes, la cinta peca de un argumento pobre y le falta esa chispa para enganchar al espectador, aún así es una película recomendable e interesante de ver.
Puntuación: 5.5/10
LO MEJOR: La fotografía y los espectaculares parajes.
LO PEOR: El argumento y el guion.
( Crítica escrita por Christopher Laso )
CRÍTICAS EN BLOGS ESPECIALIZADOS:
Pedro de Frutos en El Ónfalos
PODCASTS:
DÍAS DE CINE:
NOTAS DEL DIRECTOR:
Mi experiencia profesional empieza cuando estudiaba en La Fémis en Paris (la escuela nacional de cine en Francia). Los primeros fragmentos que empecé a rodar mostraban la casa de campo familiar en el nevado Macizo del Jura, situada en el este de Francia, región de los Alpes. En un principio, esas primeras imágenes se convirtieron en cortometrajes y luego se transformaron en mis primeras películas. Desde un inicio he tenido el deseo de filmar Groenlandia, así como las ganas de grabar aquellos remotos paisajes cubiertos de nieve en diferentes lugares del mundo.
En 2015, viajé por primera vez a Tasiilaq (la ciudad más grande de la región con 2.000 habitantes) en la Groenlandia Oriental. En el viaje conocí a Julius, un aldeano que aprendió inglés durante una experiencia laboral como electricista en Dinamarca. Julius me enseñó los cinco pueblos diminutos que rodean Tasiilaq y rápidamente yo decidí centrarme en su pueblo natal: Tiniteqilaaq. El año anterior al rodaje realicé tres viajes más y estuve allí durante varios meses (tardaba casi una semana en ir desde mi casa hasta Tinit). Viví al ritmo del pueblo y de sus habitantes. Fui a cazar y a pescar con aquellos hombres, participé en las comidas familiares y comí foca. También asistí a varios eventos sociales (bautizos y funerales). Poco a poco los amigos de Julius fueron aceptándome. Yo vivía en un pequeño pueblo en el Macizo del Jura de 250 habitantes. ¡No hay nada menos exótico que un pueblo de 100 habitantes, aunque esté en Groenlandia!
En esos viajes también conocí a Betina, que era la profesora danesa de primaria del pueblo. Betina tenía un papel clave en las vidas de aquella comunidad. De hecho, ella era la única profesora que interactuaba con casi todas las familias.
En la primavera de 2016, Betina me contó que se iba a retirar y que una profesora nueva vendría a sustituirla al inicio del nuevo curso académico. En ese momento yo estaba buscando aún el personaje principal de mi película. Había pensado en centrarlo en Tobias (el cazador) o Julius... Pero en el momento en que me enteré de la inminente llegada de Dane, fue cuando vi claro que la mejor manera de mostrar el día a día de aquella comunidad era a través de su historia de la profesora. Dane tendría que aprender muchísimas cosas con el objetivo de encontrar su sitio y hacer nuevos amigos, además de luchar contra la soledad y el aislamiento.
Unos meses después me dijeron que iría a Tinit. Tenía tan solo un nombre y una dirección. Me puse en contacto con Anders Hvidegaard y fui al Norte de Jutlandia, Dinamarca, donde el hombre estaba acabando sus estudios de enseñanza. Descubrí a un chico de 28 años con aspecto de vikingo, rubio y con barba de tres días. Anders era alegre aunque tímido y reservado.
Pasamos la tarde juntos y me habló sobre su padre: la octava generación de una familia de granjeros/agricultores. Poco a poco fui conociendo la delicada situación de Anders: su padre de 75 años esperaba que su hijo se encargase del negocio. Por un lado, Anders no deseaba que finalizase la tradición laboral familiar de los Hvidegaard. Pero por el otro lado, Anders no creía tener la vocación de granjero o agricultor.
Por lo tanto, entendí la motivación real de Anders por su nuevo trabajo en Groenlandia. Y de ahí a que viese a Anders como un buen personaje, con un dilema y una prometedora historia que contar.
El periodo de rodaje fue dividido en 6 sesiones. Cada una de ellas duró entre tres y seis semanas. Teníamos un equipo formado por cinco personas y la grabación superó el año. Entre sesión y sesión, junto con el guionista y el editor íbamos preparando el próximo viaje y la ruta de trabajo. Algunas tomas cinematográficas son estilo documental: comidas familiares, en la escuela, momentos cotidianos del día a día. Otras escenas necesitaban más o menos interpretación, con la complicidad de los residentes, como por ejemplo la expedición al final del film. De igual manera que la edición permite rodar generalmente en diferentes entornos.
La película surge del año que pasamos todos juntos y entre las líneas que escribimos. Y por supuesto, la vida en sí.
Pasamos la tarde juntos y me habló sobre su padre: la octava generación de una familia de granjeros/agricultores. Poco a poco fui conociendo la delicada situación de Anders: su padre de 75 años esperaba que su hijo se encargase del negocio. Por un lado, Anders no deseaba que finalizase la tradición laboral familiar de los Hvidegaard. Pero por el otro lado, Anders no creía tener la vocación de granjero o agricultor.
Por lo tanto, entendí la motivación real de Anders por su nuevo trabajo en Groenlandia. Y de ahí a que viese a Anders como un buen personaje, con un dilema y una prometedora historia que contar.
El periodo de rodaje fue dividido en 6 sesiones. Cada una de ellas duró entre tres y seis semanas. Teníamos un equipo formado por cinco personas y la grabación superó el año. Entre sesión y sesión, junto con el guionista y el editor íbamos preparando el próximo viaje y la ruta de trabajo. Algunas tomas cinematográficas son estilo documental: comidas familiares, en la escuela, momentos cotidianos del día a día. Otras escenas necesitaban más o menos interpretación, con la complicidad de los residentes, como por ejemplo la expedición al final del film. De igual manera que la edición permite rodar generalmente en diferentes entornos.
La película surge del año que pasamos todos juntos y entre las líneas que escribimos. Y por supuesto, la vida en sí.