ENTRE DOS HOMBRES
TÍTULO ORIGINAL: Qui m'aime me suive !
DIRECCIÓN: José Alcala
FECHA Y LUGAR DE NACIMIENTO DEL DIRECTOR: 8 de Febrero de 1958, Francia
INTÉRPRETES: Daniel Auteuil, Catherine Frot, Bernard Le Coq, India Hair, Dioucounda Koma,Anne Benoît, Thomas Walch, Olivier Loustau
GUIONISTAS: José Alcala, Agnès Caffin, Antoine Lacomblezt
FOTOGRAFÍA: Philippe Guilbert
MÚSICA: Fred Avril
GÉNERO: Comedia
PRODUCCIÓN: Ex Nihilo, France Télévisions, France 3 Cinéma, Agat Films, SofiTVciné 6, Région Languedoc-Roussillon-Midi Pyrénées, Sofica Manon 9, Cinémage 12 Développement, Centre National de la Cinématographie, OCS
DISTRIBUIDORA EN ESPAÑA: Adso Films
DURACIÓN: 90 minutos
SINOPSIS:
Gilbert y Simone viven una conflictiva jubilación en un pueblo del sur de Francia. El enfado permanente de su marido, la falta de dinero y la partida de Étienne (vecino ¡y amante!), empujan a Simone a abandonar su hogar. Es entonces cuando Gilbert se da cuenta de que está dispuesto a todo con tal de recuperar a su mujer, su verdadero amor.
El director y guionista José Alcala cuenta que la idea de QUIEN ME QUIERA QUE ME SIGA surgió de la necesidad de hablar “sobre aquellas personas que no tienen una jubilación digna para realizar lo que desean, pero que no han perdido las ganas de vivir. Es una película actual que también evoca a una generación que en el 68 había inventado los ideales de libertad y fraternidad y que tenía algo maravilloso que transmitir”.
( Fuente sinopsis, cartel e imágenes: Adso Films )
( Fuentes información de la película: Filmaffinity, Adso Films, IMDb, Wikipedia )
CRÍTICA:
El francés José Alcalá dirige su tercer largometraje en una película que cuenta con dos interpretes de lujo como los protagonistas, ya que Daniel Auteuil y Catherine Frot casi siempre están bien, y en este caso es lo mejor de este proyecto que no funciona ni como comedia, ni en las escenas dramáticas o románticas, y que al igual que gran parte del cine francés actual el guion está lleno de tópicos, y me aburrió en las diferentes tramas personales con dos hombres que aparecen en la vida de Simone, uno de ellos su marido Gilbert y el otro un vecino que se pasa gran parte del día montando en bicicleta. La historia avanza con unos giros que no sorprenden y que funciona a impulsos gracias a las interpretaciones y a algunas escenas aisladas.
CRÍTICA:
El francés José Alcalá dirige su tercer largometraje en una película que cuenta con dos interpretes de lujo como los protagonistas, ya que Daniel Auteuil y Catherine Frot casi siempre están bien, y en este caso es lo mejor de este proyecto que no funciona ni como comedia, ni en las escenas dramáticas o románticas, y que al igual que gran parte del cine francés actual el guion está lleno de tópicos, y me aburrió en las diferentes tramas personales con dos hombres que aparecen en la vida de Simone, uno de ellos su marido Gilbert y el otro un vecino que se pasa gran parte del día montando en bicicleta. La historia avanza con unos giros que no sorprenden y que funciona a impulsos gracias a las interpretaciones y a algunas escenas aisladas.
Ese trío romántico hará las delicias del público medio que lo pasa tan bien con el cine francés, y es probable que se ría en varias situaciones.
Catherine Frot está magnífica en el papel de la mujer protagonista y me convence más que Autiel que, sin estar mal, está encasillado en un rol demasiado dramático. Como curiosidad Bernard Le Coq, al que no le conocía o al menos no lo recuerdo en otra película, se parece mucho al británico Bill Nighy. La música y algunas canciones ponen el toque alegre a la historia, y es otro de los aspectos destacados de la película.
Catherine Frot está magnífica en el papel de la mujer protagonista y me convence más que Autiel que, sin estar mal, está encasillado en un rol demasiado dramático. Como curiosidad Bernard Le Coq, al que no le conocía o al menos no lo recuerdo en otra película, se parece mucho al británico Bill Nighy. La música y algunas canciones ponen el toque alegre a la historia, y es otro de los aspectos destacados de la película.
Una película fácil de recomendar a los aficionados al cine francés convencional que llega cada semana a los cines españoles.
LO MEJOR: La actuación de Catherine Frot.
LO PEOR: Es bastante aburrida y no funciona como comedia ni en las situaciones más dramáticas.
CRÍTICAS EN BLOGS ESPECIALIZADOS:
Pedro de Frutos en El Ónfalos
Ricardo Pablo López en Destino Arrakis
PODCAST:
DÍAS DE CINE:
ENTREVISTA AL DIRECTOR:
¿ Cómo surgió la idea de Quien me quiera que me siga ?
Tengo una casa en un pequeño pueblo del sur de Francia. A sus alrededores, hay una estación de servicio que ha estado cerrada durante mucho tiempo y justo detrás, hay una casa que ha estado a la venta desde que tengo memoria. Pertenece a unos jubilados, personas sencillas que han luchado para mejorar su jubilación. Incluso abrieron una pizzería que finalmente no funcionó. La idea de la película empezó ahí: hablar sobre aquellas personas que no tienen una jubilación digna para realizar lo que desean, pero que no han perdido las ganas de vivir. Quien me quiera que me siga es una película de actualidad. Pero también evoca a una generación que en el 68 había inventado los ideales de libertad y fraternidad, y que tenía algo maravilloso que transmitir. Sin embargo, esa transferencia no se realizó, en parte debido a otros. Hoy se ha echado la culpa de este fracaso a los excesos consumistas, mientras se lloran sus ilusiones no realizadas, y se intenta, a pesar de todo, volver a acercarse. Aunque no es el tema de mi película, el hundimiento de la sociedad se percibe todo el tiempo en forma de filigrana.
Parece muy lejos de tu historia de triángulo amoroso.
No tanto. Cuando nos encontramos con personajes, a menudo tenemos los cimientos de un guion. Me acuerdo de ¿Por qué no? de Coline Serreau que cuenta la vida cotidiana de un triángulo amoroso con una audacia tranquila y poética. Tras unos años, los personajes de esta película tendrían ahora la edad de mis tres jubilados. Tuve ganas de reescribir una historia de triángulo amoroso. Tierno, fuerte, fraternal. En Quien me quiera que me siga los dos hombres son eslabones débiles. Es la mujer quien es su soberana. Ella ama sus miradas. Ella es la que continúa llevando ilusiones y sueños perdidos.
El taciturno Gilbert anima su vida cotidiana haciendo esculturas de colores a lo Tinguely. El hippie Étienne huye de su rutina con escapadas en bicicleta elevadas a la categoría de puro arte. Simone ha colocado a Epicure en el centro de su vida. ¿ Por qué les diste personalidad de artistas ?
En los años 70, la cultura estaba presente en todos los estratos de la sociedad. Tanto obreros como burgueses tenían una cultura innata y visceral. Esta última en el sentido figurado de la palabra, esa que da sensibilidad, humanidad, fantasía y una mirada real a la vida. Nutrí a mis tres personajes de esta cultura. Y luego, más allá de eso, todos llevamos en nosotros una parte de soñadores, expresada en Gilbert a través de sus monstruosas estatuas de chatarra de sonrisa jovial. Cuando Gilbert ve partir su camioneta, es como si una parte entera de su vida se desmoronara. Se puede ver en su terraza decorada con sus estatuas. Sin su presencia, la escena probablemente no tendría la misma poesía.
Personajes muy encarnados, reales, vivos, una atmósfera solar, provenzal... Mirando tu película, no podemos dejar de pensar en Pagnol.
Pagnol sacudió mi infancia. Así que, inevitablemente, ¡se invitó a sí mismo en mis diálogos! Algunos incluso son referencias directas a El pan y el perdón. Excepto que en mi película no es un panadero quien corre tras su esposa, ¡es un mecánico!
¿ Escribes pensando en actores ?
En general nunca, pero para esta película, fue un poco diferente, ya que desde Coup d’éclat tenía muchas ganas de volver a trabajar con Catherine Frot. Así que escribí a Simone, no para ella, porque me lo prohibí, pero soñando con ella. En cuanto al personaje de Gilbert, cuando hice que mis productores Nicolas Blanc y Robert Guédiguian leyeran el primer boceto del guion, inmediatamente pensaron en Daniel Auteuil, y a la vez era mi sueño secreto. Para Étienne, fue Catherine quien me sugirió el nombre de Bernard Le Coq. No lo conocía. Nuestro entendimiento fue inmediato. Como lo fue entre ellos tres en la primera lectura de guion.
¿ Qué te atrajo de Bernard Le Coq ?
Aparte de la hermosa persona que es a nivel humano, me sedujo inmediatamente su fantasía. Me lo imaginé como nunca lo habíamos visto: con coleta y sin gafas. Como me gusta mucho el ciclismo le pedí que lo practicara. Bernard se transformó con una increíble facilidad en el Étienne que había imaginado, un ciclista hippie, amigable, luchador y vivaz.
¿ Conocías a Daniel Auteuil ?
No, pero soñaba con trabajar con él. No le añadiré más elogios, todo el mundo sabe el inmenso actor que es. Cuando lo conocí por primera vez, fuimos a caminar por la isla de Saint-Louis. Le dije que me gustaría hablar sobre el enfoque de Gilbert. Luego se paró frente a mí y dijo: “¡Gilbert camina así!” Y esbozó unos pasos. Increíble, eso era, ¡exactamente eso! Él me sonrió, “Eso es lo que escribiste, confía en tu guion”. El día de las pruebas de vestuario, llegó como le había pedido, con una barba de tres días, el pelo y el bigote despeinados. Se puso unos vaqueros usados, una vieja camisa a cuadros. Ya era Gilbert.
¿ Y Catherine Frot ?
Catherine es cerebral, mental, constructora. A ella le gusta acumular cosas dentro de sí y liberarlas en el momento de la filmación. Para esta película, trabajamos juntos alrededor de un año. Nos veíamos aproximadamente cada dos semanas. Hablábamos de Simone. La estábamos buscando. Catherine me nutría, yo le daba pistas. Debatíamos. Es una delicia de mujer, un gozo de actriz. Incluso si pensamos que es compleja, ella es de una simplicidad muy grande. A Catherine le gusta probar todos los tonos de un papel. Ella es una trabajadora infatigable.
La espontaneidad de los actores se transmite en la forma en que tienen que vivir su personaje.
Son simples, espontáneos, directos. El psicologismo me molesta. El manierismo también. En esta película, quería permanecer al nivel del suelo, con personajes que afrontan el mundo día a día, sin esconderse, sin decir mentiras. Son personas persistentes que se desenvuelven con lo que tienen y lo que son, y que nunca se dan por vencidos. Se caen y siempre se levantan. Esto es especialmente válido para Gilbert, quien constantemente se cae de bruces. Incluso mal herido, continua. Mientras estemos en pie, ¡estamos vivos!
Has elegido tres actores que tienen tres formas de trabajar distintas ¿ Por qué crees que funcionaron tan bien ?
Por su sinceridad. La sinceridad con la que encarnaron a su personaje. En el set, siempre tenían la mirada puesta los unos con los otros, jugando entre ellos. La disposición para trabajar y la capacidad de escuchar que ofrecieron a la película nos la trasladaron al resto. Este rodaje fue muy agradecido. Con ellos, y con todos los demás actores.
¿ Cómo calificarías a Quien me quiera que me siga ?
La película habla de amor, de ternura, de amistad inquebrantable. Hay sacudidas, porque estos sentimientos son fuertes y para que persistan, se necesita fuerza de voluntad y tolerancia. Mis personajes tienen mucho de todo ello porque a pesar de sus gritos, sus diferencias y sus desventuras, siguen siendo inseparables. Podríamos comparar Quien me quiera que me siga a un romance sentimental con inflexiones de comedia italiana.
LO MEJOR: La actuación de Catherine Frot.
LO PEOR: Es bastante aburrida y no funciona como comedia ni en las situaciones más dramáticas.
CRÍTICAS EN BLOGS ESPECIALIZADOS:
Pedro de Frutos en El Ónfalos
Ricardo Pablo López en Destino Arrakis
PODCAST:
DÍAS DE CINE:
ENTREVISTA AL DIRECTOR:
¿ Cómo surgió la idea de Quien me quiera que me siga ?
Tengo una casa en un pequeño pueblo del sur de Francia. A sus alrededores, hay una estación de servicio que ha estado cerrada durante mucho tiempo y justo detrás, hay una casa que ha estado a la venta desde que tengo memoria. Pertenece a unos jubilados, personas sencillas que han luchado para mejorar su jubilación. Incluso abrieron una pizzería que finalmente no funcionó. La idea de la película empezó ahí: hablar sobre aquellas personas que no tienen una jubilación digna para realizar lo que desean, pero que no han perdido las ganas de vivir. Quien me quiera que me siga es una película de actualidad. Pero también evoca a una generación que en el 68 había inventado los ideales de libertad y fraternidad, y que tenía algo maravilloso que transmitir. Sin embargo, esa transferencia no se realizó, en parte debido a otros. Hoy se ha echado la culpa de este fracaso a los excesos consumistas, mientras se lloran sus ilusiones no realizadas, y se intenta, a pesar de todo, volver a acercarse. Aunque no es el tema de mi película, el hundimiento de la sociedad se percibe todo el tiempo en forma de filigrana.
Parece muy lejos de tu historia de triángulo amoroso.
No tanto. Cuando nos encontramos con personajes, a menudo tenemos los cimientos de un guion. Me acuerdo de ¿Por qué no? de Coline Serreau que cuenta la vida cotidiana de un triángulo amoroso con una audacia tranquila y poética. Tras unos años, los personajes de esta película tendrían ahora la edad de mis tres jubilados. Tuve ganas de reescribir una historia de triángulo amoroso. Tierno, fuerte, fraternal. En Quien me quiera que me siga los dos hombres son eslabones débiles. Es la mujer quien es su soberana. Ella ama sus miradas. Ella es la que continúa llevando ilusiones y sueños perdidos.
El taciturno Gilbert anima su vida cotidiana haciendo esculturas de colores a lo Tinguely. El hippie Étienne huye de su rutina con escapadas en bicicleta elevadas a la categoría de puro arte. Simone ha colocado a Epicure en el centro de su vida. ¿ Por qué les diste personalidad de artistas ?
En los años 70, la cultura estaba presente en todos los estratos de la sociedad. Tanto obreros como burgueses tenían una cultura innata y visceral. Esta última en el sentido figurado de la palabra, esa que da sensibilidad, humanidad, fantasía y una mirada real a la vida. Nutrí a mis tres personajes de esta cultura. Y luego, más allá de eso, todos llevamos en nosotros una parte de soñadores, expresada en Gilbert a través de sus monstruosas estatuas de chatarra de sonrisa jovial. Cuando Gilbert ve partir su camioneta, es como si una parte entera de su vida se desmoronara. Se puede ver en su terraza decorada con sus estatuas. Sin su presencia, la escena probablemente no tendría la misma poesía.
Personajes muy encarnados, reales, vivos, una atmósfera solar, provenzal... Mirando tu película, no podemos dejar de pensar en Pagnol.
Pagnol sacudió mi infancia. Así que, inevitablemente, ¡se invitó a sí mismo en mis diálogos! Algunos incluso son referencias directas a El pan y el perdón. Excepto que en mi película no es un panadero quien corre tras su esposa, ¡es un mecánico!
¿ Escribes pensando en actores ?
En general nunca, pero para esta película, fue un poco diferente, ya que desde Coup d’éclat tenía muchas ganas de volver a trabajar con Catherine Frot. Así que escribí a Simone, no para ella, porque me lo prohibí, pero soñando con ella. En cuanto al personaje de Gilbert, cuando hice que mis productores Nicolas Blanc y Robert Guédiguian leyeran el primer boceto del guion, inmediatamente pensaron en Daniel Auteuil, y a la vez era mi sueño secreto. Para Étienne, fue Catherine quien me sugirió el nombre de Bernard Le Coq. No lo conocía. Nuestro entendimiento fue inmediato. Como lo fue entre ellos tres en la primera lectura de guion.
¿ Qué te atrajo de Bernard Le Coq ?
Aparte de la hermosa persona que es a nivel humano, me sedujo inmediatamente su fantasía. Me lo imaginé como nunca lo habíamos visto: con coleta y sin gafas. Como me gusta mucho el ciclismo le pedí que lo practicara. Bernard se transformó con una increíble facilidad en el Étienne que había imaginado, un ciclista hippie, amigable, luchador y vivaz.
¿ Conocías a Daniel Auteuil ?
No, pero soñaba con trabajar con él. No le añadiré más elogios, todo el mundo sabe el inmenso actor que es. Cuando lo conocí por primera vez, fuimos a caminar por la isla de Saint-Louis. Le dije que me gustaría hablar sobre el enfoque de Gilbert. Luego se paró frente a mí y dijo: “¡Gilbert camina así!” Y esbozó unos pasos. Increíble, eso era, ¡exactamente eso! Él me sonrió, “Eso es lo que escribiste, confía en tu guion”. El día de las pruebas de vestuario, llegó como le había pedido, con una barba de tres días, el pelo y el bigote despeinados. Se puso unos vaqueros usados, una vieja camisa a cuadros. Ya era Gilbert.
¿ Y Catherine Frot ?
Catherine es cerebral, mental, constructora. A ella le gusta acumular cosas dentro de sí y liberarlas en el momento de la filmación. Para esta película, trabajamos juntos alrededor de un año. Nos veíamos aproximadamente cada dos semanas. Hablábamos de Simone. La estábamos buscando. Catherine me nutría, yo le daba pistas. Debatíamos. Es una delicia de mujer, un gozo de actriz. Incluso si pensamos que es compleja, ella es de una simplicidad muy grande. A Catherine le gusta probar todos los tonos de un papel. Ella es una trabajadora infatigable.
La espontaneidad de los actores se transmite en la forma en que tienen que vivir su personaje.
Son simples, espontáneos, directos. El psicologismo me molesta. El manierismo también. En esta película, quería permanecer al nivel del suelo, con personajes que afrontan el mundo día a día, sin esconderse, sin decir mentiras. Son personas persistentes que se desenvuelven con lo que tienen y lo que son, y que nunca se dan por vencidos. Se caen y siempre se levantan. Esto es especialmente válido para Gilbert, quien constantemente se cae de bruces. Incluso mal herido, continua. Mientras estemos en pie, ¡estamos vivos!
Has elegido tres actores que tienen tres formas de trabajar distintas ¿ Por qué crees que funcionaron tan bien ?
Por su sinceridad. La sinceridad con la que encarnaron a su personaje. En el set, siempre tenían la mirada puesta los unos con los otros, jugando entre ellos. La disposición para trabajar y la capacidad de escuchar que ofrecieron a la película nos la trasladaron al resto. Este rodaje fue muy agradecido. Con ellos, y con todos los demás actores.
¿ Cómo calificarías a Quien me quiera que me siga ?
La película habla de amor, de ternura, de amistad inquebrantable. Hay sacudidas, porque estos sentimientos son fuertes y para que persistan, se necesita fuerza de voluntad y tolerancia. Mis personajes tienen mucho de todo ello porque a pesar de sus gritos, sus diferencias y sus desventuras, siguen siendo inseparables. Podríamos comparar Quien me quiera que me siga a un romance sentimental con inflexiones de comedia italiana.