POLANSKI NO CONMUEVE, PERO TE PROVOCA UNA SENSACIÓN DE SATISFACCIÓN
TÍTULO ORIGINAL: J'accuse
DIRECCIÓN: Roman Polanski
FECHA Y LUGAR DE NACIMIENTO DEL DIRECTOR: 18 de Agosto de 1933, París (Francia)
INTERPRETES: Jean Dujardin, Louis Garrel, Emmanuelle Seigner, Grégory Gadebois, Hervé Pierre, Wladimir Yordanoff, Didier Sandre, Melvil Poupaud, Eric Ruf, Mathieu Amalric, Laurent Stocker, Vincent Pérez, Michel Vuillermoz, Vincent Grass, Denis Podalydès, Damien Bonnard, Raphaël Caraty, Clément Jacqmin, Pierre Léon Luneau, Michèle Clément, Yohan Renier, Romain Lehnhoff
GUIONISTA: Roman Polanski
BASADA EN: La novela homónima escrita por Robert Harris y publicada en 2013
FOTOGRAFÍA: Pawel Edelman
MÚSICA: Alexandre Desplat
GÉNERO: Drama
PRODUCCIÓN: Gaumont, Légende Films, Canal+, Eliseo Cinema, France 2, France 3. RAI Cinema
DISTRIBUIDORA EN ESPAÑA: Caramel Films
DURACIÓN: 126 minutos
PREMIOS:4 premios en el Festival de Venecia de 2019
SINOPSIS:
El capitán Alfred Dreyfus, un joven oficial judío, es degradado por espiar para Alemania y condenado a cadena perpetua en la isla del Diablo, en la Guayana Francesa. Entre los testigos que hacen posible esta humillación se encuentra el coronel Georges Picquart, encargado de liderar la unidad de contrainteligencia que descubrió al espía.
Pero cuando Picquart se entera de que se siguen pasando secretos militares a los alemanes, se adentrará en un peligroso laberinto de mentiras y corrupción, poniendo en peligro su honor y su vida.
(Fuente de la sinopsis, el cartel y las imágenes: Caramel Films)
(Fuentes de la información de las películas: Filmaffinity, Caramel Films, IMDb)
CRÍTICA:
LO PEOR: La primera parte, me resulta algo enrevesada.
CRÍTICAS EN BLOGS ESPECIALIZADOS:
José Antonio Alarcón en Séptimo Escenario
Sonia Barroso en Faces on the Box
PODCAST:
ENTREVISTA AL DIRECTOR:
Roman Polanski, ¿por qué ha querido hacer una película sobre el Caso Dreyfus, un punto de inflexión simbólico en la historia de Francia y de Europa?
Las grandes historias suelen convertirse en grandes películas, y el Caso Dreyfus es una historia excepcional. La historia de un hombre acusado injustamente siempre es fascinante, pero además es un tema muy actual si tenemos en cuenta el recrudecimiento del antisemitismo.
¿Cuál es el origen de la película?
Cuando era muy joven, vi la película norteamericana "La vida de Émile Zola" y la escena en la que degradan al Capitán Dreyfus me impactó muchísimo. Ya entonces me dije que algún día haría una película sobre esa aterradora historia.
Tuvo que superar bastantes dificultades para hacer la película. El primero fue en qué idioma hacerla ya que los primeros productores con los que habló del proyecto querían que fuera en inglés.
Cuando propuse el proyecto hace siete años a mis amigos y socios de ese momento, les entusiasmó la idea, pero pensaron que era imprescindible hacer la película en inglés para obtener financiación de los distribuidores internacionales, sobre todo en Estados Unidos.
Es cierto que las películas norteamericanas ambientadas en Francia se hacen siempre en inglés. De hecho, La vida de Émile Zola es un buen ejemplo. Era más fácil vender las películas en los mercados internacionales. Incluso Stanley Kubrick hizo en inglés Senderos de gloria, su película sobre la Primera Guerra Mundial.
Pero la verdad es que yo no veía a todos esos generales franceses hablando en inglés. El público actual es más sofisticado y está más dispuesto a ver películas y series de televisión en su idioma original con subtítulos.
Al final, Alain Goldman se ofreció a producir la película en francés.
Así es. El año pasado, en enero de 2018, Alain Goldman se ofreció a producir la película en francés. ¡Me puse contentísimo! Además, fue el principio de una gran aventura. Empezamos a rodar en Noviembre. ¡Y aquí estamos!
¿Cómo desarrolló el proyecto?
Robert Harris y yo acabábamos de terminar El escritor. Robert estaba muy entusiasmado con la idea, así que nos pusimos manos a la obra de inmediato. Al principio, parecía evidente que debíamos contar la historia desde la perspectiva de Dreyfus, pero no tardamos en darnos cuenta de que no iba a funcionar: toda la acción, con sus numerosos personajes y giros, tuvo lugar en París, mientras que nuestro protagonista estaba atrapado en la "Isla del Diablo”. La única historia que podríamos haber contado sería la historia de su sufrimiento.
Le dimos muchas vueltas y al final, después de más de un año de trabajo, Robert encontró la solución a nuestro dilema: era mejor dejar a Dreyfus en su roca y contar la historia desde el punto de vista del Coronel Picquart, uno de los personajes principales de la historia. Pero teníamos que ganarnos la vida, así que decidimos aplazar el proyecto mientras yo hacía otra película y Robert escribía una novela sobre el Caso Dreyfus.
Trabajó en el tema durante un año y su libro El Oficial y el Espía (el título francés, D:, es un poco desconcertante), basado en una investigación histórica exhaustiva, se convirtió enseguida en un best-seller. Mientras tanto, yo terminé de rodar La Venus de las pieles y cuando recuperamos nuestra historia, ya sabíamos cómo queríamos contarla.
¿Cómo eligieron el casting?
Jean Dujardin nos parecía perfecto para el papel de Picquart. Se parece a Picquart, tiene la misma edad y es un gran actor. Una película de esta envergadura necesita una estrella y Jean Dujardin lo es. ¡De hecho, ha ganado un Oscar! Así que era una elección natural y sólo nos faltaba saber si le interesaba el proyecto. Y descubrimos que estaba deseando hacerlo.
Así que para narrar la historia eligió al Coronel Picquart como protagonista. En ese momento, este hombre soltero, con una amante (que interpreta Emmanuelle Seigner) casada con un alto funcionario, es un outsider social y un "antisemita natural", como era la gente a finales del siglo XIX. Sin embargo, es él quien salva involuntariamente al Capitán Dreyfus.
Picquart es un personaje fascinante y complejo. No es un antisemita activo. No le gustan los judíos, pero es más por tradición que por creencia. Es oficial de contra-inteligencia y cuando descubre que Dreyfus es inocente se toma muy en serio el caso y decide desenmascarar la verdad.
Cuando se lo cuenta a sus oficiales al mando, le ordenan que se calle: ¡el ejército no comete nunca ese tipo de errores! A pesar del fiasco de 1870, el ejército, al igual que la Iglesia, es una institución intocable. No importa si los soldados sienten remordimientos o se enfrentan a un dilema moral: el ejército está por encima de la verdad y la justicia.
¿Qué lleva a Picquart a contradecir la versión oficial? ¿La pureza de sus principios morales o la obediencia a la ética militar?
En la película hay una conversación memorable entre Picquart y el Comandante Henry, su principal oponente. Henry le dice: “Me ordena matar a un hombre, y lo hago. Me dice que fue un error, lo siento, pero no es culpa mía. Así es el Ejército”. A lo que Picquart responde: “Puede que sea su ejército, Comandante, pero no es el mío”.
Esta conversación refleja una realidad que sigue vigente en la actualidad. Los soldados están obligados a matar por su país. Pero si se comete un delito, no están obligados a encubrirlo.
El Coronel Picquart está en una situación parecida a la de Dreyfus: está encarcelado y la extrema derecha ha sacado a la luz su caso y le acusan de traición.
Porque eligió obedecer a su conciencia y a la necesidad de conocer la verdad en lugar de obedecer al espíritu militar. La historia empieza con una duda cuando descubre similitudes entre el escrito de Esterhazy y el escrito en la nota que se recuperó en la embajada alemana, el famoso "bordereau" (memorándum explicatorio o lista). Y después, la duda lleva gradualmente a una investigación. Picquart sigue adelante a pesar de que le dijeron que lo dejara y termina descubriendo más pruebas de la culpabilidad de Esterhazy. A medida que va descubriendo más cosas, más horrorizado se siente ante la magnitud de su error.
Se dice que el padre del filósofo Emmanuel Levinas (1906-1995), un librero lituano, le aconsejó que se mudara a Francia, argumentando que "una persona de bien no debe dudar en irse a vivir a un país que se despedaza por el honor de un pequeño capitán judío”.
¡Es cierto, en ese momento había anti-Dreyfusards pero también había Dreyfusards! Y al final Dreyfus fue declarado inocente. Así que Francia sale del asunto relativamente bien, a pesar de que el caso se resolvió 12 años después y estuvo a punto de sumir al país en una guerra civil.
Otra dificultad de la película es explicar el Caso Dreyfus a jóvenes que no están familiarizados con él.
Para empezar, cuando me preguntaron sobre mis proyectos y dije que estaba trabajando en el Caso Dreyfus, a todos les pareció genial. Pero enseguida me di cuenta de que mucha gente desconocía lo que había sucedido realmente. Es uno de esos acontecimientos históricos que todos creen saber, pero lo cierto es que desconocen su envergadura.
A este respecto, la película es muy educativa porque permite a todos, incluidos aquellos que no saben nada del caso, comprender el dilema político y filosófico al que se enfrenta Picquart. Es casi una investigación policial. ¡Yo diría que es casi un thriller! La historia se cuenta de manera totalmente subjetiva. El público acompaña a Picquart en cada paso de la investigación. Pero los acontecimientos clave sí son auténticos, al igual que muchas de las palabras que se pronuncian porque están registradas en los documentos de la época.
Lo que también me llamó la atención en la película es el lamentable estado del servicio de contra-inteligencia francés en ese momento. Por ejemplo, la Unidad de Estadísticas donde los informantes juegan a las cartas y beben alcohol, donde el portero está medio dormido, la vigilancia deja mucho que desear y los recursos técnicos son una calamidad. Al público actual le sorprenderá mucho este panorama. El estado de la tecnología resulta chocante si lo comparamos con lo que sabemos hoy sobre la contra-inteligencia.
Eso también es auténtico, pero está claro que en esos tiempos parecía moderno. ¡Era la época de los primeros coches, los primeros teléfonos y las cámaras Kodak! En ese aspecto, la investigación realizada por Robert Harris para su libro también ha sido extremadamente valiosa. Por otro lado, esa confianza ciega en la tecnología hizo que algunos investigadores, como el famoso experto Bertillon, cometieran errores fundamentales y se negaran a cambiar de opinión a posteriori.
Una de las pruebas, que culpa primero a Dreyfus y luego lo exonera, es la existencia del 'bordereau'.
Es una carta rota, que se sustrajo de la papelera de la oficina del agregado militar en la embajada alemana. En esa carta, un oficial francés se ofrecía a proporcionar a los alemanes información sobre secretos militares, incluido el cañón de 120 mm. El ejército francés era muy sensible a ese tipo de filtración ya que mantenía en secreto un nuevo modelo, el cañón de 75 mm. Se trataba de un cañón sin retroceso diseñado para absorber el impacto del proyectil, lo que representaba un avance significativo.
Por una parte, están la hostilidad de la opinión pública, la del Comandante Henry que quiere quitarle el puesto a Picquart y la del personal militar y, por la otra están los que quieren ayudar a Dreyfus, como Émile Zola y Clémenceau.
Fue Zola quien sacó a la luz el caso en su famoso J'accuse ("Yo acuso"), una carta que envió al Presidente de la República Francesa y que se publicó en el periódico L'Aurore. Sin esa carta, quién sabe cómo habría terminado el caso. Clémenceau también desempeñó un papel muy importante. Siete años después del final del caso, cuando él mismo era primer ministro, nombró a Picquart Ministro de la Guerra.
Zola pagó un precio muy alto al comprometerse con el caso y fue sentenciado a un año de prisión y a una multa de 3.000 francos franceses. Murió asfixiado por el humo de su chimenea; algunos dicen que los anti-Dreyfusards lo asesinaron. En cualquier caso, el periódico antisemita de Edouard Drumont, La Libre Parole, celebró la noticia de su muerte.
En su película, también vemos algunos carteles que dicen "Muerte a los judíos”. El antisemitismo no ha desaparecido, ha cambiado de rostro. Se ha convertido en un asunto para extremistas de izquierda, para enemigos de Israel y para islamistas radicales. ¿Cree que podría producirse otro caso Dreyfus hoy en día o le parece impensable?
Con la tecnología actual sería imposible condenar a una persona basándose en un análisis de escritura defectuoso. Y desde luego no en el ejército, ya que la mentalidad del ejército ha cambiado. Ya no es "intocable”. Hoy se nos permite criticarlo todo, incluido el ejército, mientras que en aquella época su poder era ilimitado. Pero es posible que se produzca un caso parecido. Tenemos todos los ingredientes para que suceda: acusaciones falsas, procedimientos judiciales pésimos, jueces corruptos y, sobre todo, "redes sociales" que condenan sin un juicio justo o sin derecho de apelación.
¿Esta película ha sido una especie de catarsis para usted?
No, yo no trabajo así. Mi trabajo no es una terapia. Pero reconozco que estoy familiarizado con muchos de los mecanismos del aparato de persecución que aparecen en la película, y es cierto que me han servido de inspiración.
¿La persecución que sufre empezó con Sharon Tate?
La manera en que la gente me ve, mi "imagen", comenzó a tomar forma con la muerte de Sharon Tate. Cuando sucedió y a pesar de que yo estaba atravesando una época horrible, la prensa se apoderó de la tragedia. No supo qué hacer con ella e informó de la manera más despreciable. Entre otras cosas, afirmaron que yo era uno de las personas responsables de su asesinato porque había tenido lugar durante una ceremonia satánica. ¡Según ellos, mi película La semilla del diablo demostraba que yo estaba confabulado con el diablo! La investigación duró varios meses hasta que la policía acabó encontrando a los verdaderos asesinos, Charles Manson y su "familia”. Pero todo eso sigue persiguiéndome. Todo y nada. Es como una bola de nieve que cada temporada se hace más grande. Historias absurdas de mujeres que no he visto en mi vida y que me acusan de cosas que supuestamente ocurrieron hace más de medio siglo.
¿No desea contraatacar?
¿Para qué? Es como luchar contra molinos de viento.
TRAILER:
CRÍTICA:
Recién estrenado el año 2020 nos llega una nueva película del maestro Roman Polanski, el cual pertenece a ese grupo de directores veteranos como Martin Scorsese,Woody Allen y Clint Eastwood, que cada vez que estrenan una película te da la sensación de que puede ser la última. Con el estreno de “El oficial y el espía” Roman se corona como uno de los mejores directores del mundo, ha tenido casi siempre una trayectoria incuestionable, su vida ha estado marcada desde hace muchos años y cada estreno suyo ha sido muy polémico. Sus películas no son nada cómodas, pero nos ha regalado una de las filmografías mas perturbadoras y oscuras de la historia del cine.
Sus películas van desde el joven Polanski más revolucionario hasta el autor más clásico. Eso sí, sus obras siempre han tenido escenas angustiantes con toques psicológicos e inclusos satánicos. Entre sus anteriores trabajos caben destacar entre otros “ Chinatown”, “ El pianista”, “El escritor”, “ Tess” y “Un dios Salvaje”. Su última película estuvo presente en el Festival de cine de Venecia, dentro de la Sección oficial, donde obtuvo el Gran Premio del Jurado y el Premio Fipresci.
La historia nos lleva a finales del siglo XIX, concretamente al año 1894, donde el capitán Alfred Dreyfus es acusado de traición y de enviar información a los alemanes. La plaga mayor del ejército se unió para masacrar y degradar a la víctima, encima fue sentenciado a cadena perpetua y tuvo que cumplir la condena en una cárcel completamente aislado en la Isla del Diablo. El joven capitán era judío y esa sentencia despreciable fue alabada por gran parte de masa social.
Pero realmente el director no se centra en Dreyfus, sino en el coronel Georges Picquart que empezó una investigación en busca de la verdad. Desde el principio se dio cuenta que toda la plaga mayor del ejército estaba unida para condenar a un pobre inocente. Polanski nos cuenta todo con un estilo narrativo impecable, en ningún momento apela por el sentimentalismo ni por el bien quedar con el espectador. Nos presenta a Picquart como un auténtico profesional, un hombre que no tenia ninguna conexión con los altos mandos, su único objetivo era dar a conocer la verdad, aunque para ello se jugará su puesto de trabajo e incluso su vida. Todas estas cuestiones fueron denunciadas también por Émile Zola en su famoso alegato Yo Acuso.
El mayor problema que presenta la cinta es su parte inicial, cuesta mucho entrar en ella, sobre todo por la cantidad de personajes que nos presenta en su primera parte, pero a partir de los primeros veinte minutos todo cambia y es espectador empieza a entrar en la historia. La puesta escena y la ambientación son dos aspectos fundamentales en el desarrollo de la película. El director no pretende conmover al espectador sino llegar al lado más oculto de nuestro cerebro, por eso para mí es una película que con el paso de los días te va dejando sensación de satisfacción y vas viendo los pequeños detalles que nos han querido contar. En mi opinión en esta ocasión la banda sonora de Alexandre Desplat pasa casi desapercibida. Cabe destacar también el elenco completo de todos sus actores. Lo dicho quitando la primera parte me ha parecido una película bastante recomendable.
Puntuación: 7/10
LO MEJOR: La sensación que provoca en el espectador cuando pasan unos días y piensas en ella.Sus películas van desde el joven Polanski más revolucionario hasta el autor más clásico. Eso sí, sus obras siempre han tenido escenas angustiantes con toques psicológicos e inclusos satánicos. Entre sus anteriores trabajos caben destacar entre otros “ Chinatown”, “ El pianista”, “El escritor”, “ Tess” y “Un dios Salvaje”. Su última película estuvo presente en el Festival de cine de Venecia, dentro de la Sección oficial, donde obtuvo el Gran Premio del Jurado y el Premio Fipresci.
La historia nos lleva a finales del siglo XIX, concretamente al año 1894, donde el capitán Alfred Dreyfus es acusado de traición y de enviar información a los alemanes. La plaga mayor del ejército se unió para masacrar y degradar a la víctima, encima fue sentenciado a cadena perpetua y tuvo que cumplir la condena en una cárcel completamente aislado en la Isla del Diablo. El joven capitán era judío y esa sentencia despreciable fue alabada por gran parte de masa social.
El mayor problema que presenta la cinta es su parte inicial, cuesta mucho entrar en ella, sobre todo por la cantidad de personajes que nos presenta en su primera parte, pero a partir de los primeros veinte minutos todo cambia y es espectador empieza a entrar en la historia. La puesta escena y la ambientación son dos aspectos fundamentales en el desarrollo de la película. El director no pretende conmover al espectador sino llegar al lado más oculto de nuestro cerebro, por eso para mí es una película que con el paso de los días te va dejando sensación de satisfacción y vas viendo los pequeños detalles que nos han querido contar. En mi opinión en esta ocasión la banda sonora de Alexandre Desplat pasa casi desapercibida. Cabe destacar también el elenco completo de todos sus actores. Lo dicho quitando la primera parte me ha parecido una película bastante recomendable.
Puntuación: 7/10
LO PEOR: La primera parte, me resulta algo enrevesada.
(Crítica escrita por Christopher Laso)
CRÍTICAS EN BLOGS ESPECIALIZADOS:
José Antonio Alarcón en Séptimo Escenario
Sonia Barroso en Faces on the Box
PODCAST:
ENTREVISTA AL DIRECTOR:
Roman Polanski, ¿por qué ha querido hacer una película sobre el Caso Dreyfus, un punto de inflexión simbólico en la historia de Francia y de Europa?
Las grandes historias suelen convertirse en grandes películas, y el Caso Dreyfus es una historia excepcional. La historia de un hombre acusado injustamente siempre es fascinante, pero además es un tema muy actual si tenemos en cuenta el recrudecimiento del antisemitismo.
¿Cuál es el origen de la película?
Cuando era muy joven, vi la película norteamericana "La vida de Émile Zola" y la escena en la que degradan al Capitán Dreyfus me impactó muchísimo. Ya entonces me dije que algún día haría una película sobre esa aterradora historia.
Tuvo que superar bastantes dificultades para hacer la película. El primero fue en qué idioma hacerla ya que los primeros productores con los que habló del proyecto querían que fuera en inglés.
Cuando propuse el proyecto hace siete años a mis amigos y socios de ese momento, les entusiasmó la idea, pero pensaron que era imprescindible hacer la película en inglés para obtener financiación de los distribuidores internacionales, sobre todo en Estados Unidos.
Es cierto que las películas norteamericanas ambientadas en Francia se hacen siempre en inglés. De hecho, La vida de Émile Zola es un buen ejemplo. Era más fácil vender las películas en los mercados internacionales. Incluso Stanley Kubrick hizo en inglés Senderos de gloria, su película sobre la Primera Guerra Mundial.
Pero la verdad es que yo no veía a todos esos generales franceses hablando en inglés. El público actual es más sofisticado y está más dispuesto a ver películas y series de televisión en su idioma original con subtítulos.
Al final, Alain Goldman se ofreció a producir la película en francés.
Así es. El año pasado, en enero de 2018, Alain Goldman se ofreció a producir la película en francés. ¡Me puse contentísimo! Además, fue el principio de una gran aventura. Empezamos a rodar en Noviembre. ¡Y aquí estamos!
¿Cómo desarrolló el proyecto?
Robert Harris y yo acabábamos de terminar El escritor. Robert estaba muy entusiasmado con la idea, así que nos pusimos manos a la obra de inmediato. Al principio, parecía evidente que debíamos contar la historia desde la perspectiva de Dreyfus, pero no tardamos en darnos cuenta de que no iba a funcionar: toda la acción, con sus numerosos personajes y giros, tuvo lugar en París, mientras que nuestro protagonista estaba atrapado en la "Isla del Diablo”. La única historia que podríamos haber contado sería la historia de su sufrimiento.
Le dimos muchas vueltas y al final, después de más de un año de trabajo, Robert encontró la solución a nuestro dilema: era mejor dejar a Dreyfus en su roca y contar la historia desde el punto de vista del Coronel Picquart, uno de los personajes principales de la historia. Pero teníamos que ganarnos la vida, así que decidimos aplazar el proyecto mientras yo hacía otra película y Robert escribía una novela sobre el Caso Dreyfus.
Trabajó en el tema durante un año y su libro El Oficial y el Espía (el título francés, D:, es un poco desconcertante), basado en una investigación histórica exhaustiva, se convirtió enseguida en un best-seller. Mientras tanto, yo terminé de rodar La Venus de las pieles y cuando recuperamos nuestra historia, ya sabíamos cómo queríamos contarla.
¿Cómo eligieron el casting?
Jean Dujardin nos parecía perfecto para el papel de Picquart. Se parece a Picquart, tiene la misma edad y es un gran actor. Una película de esta envergadura necesita una estrella y Jean Dujardin lo es. ¡De hecho, ha ganado un Oscar! Así que era una elección natural y sólo nos faltaba saber si le interesaba el proyecto. Y descubrimos que estaba deseando hacerlo.
Así que para narrar la historia eligió al Coronel Picquart como protagonista. En ese momento, este hombre soltero, con una amante (que interpreta Emmanuelle Seigner) casada con un alto funcionario, es un outsider social y un "antisemita natural", como era la gente a finales del siglo XIX. Sin embargo, es él quien salva involuntariamente al Capitán Dreyfus.
Picquart es un personaje fascinante y complejo. No es un antisemita activo. No le gustan los judíos, pero es más por tradición que por creencia. Es oficial de contra-inteligencia y cuando descubre que Dreyfus es inocente se toma muy en serio el caso y decide desenmascarar la verdad.
Cuando se lo cuenta a sus oficiales al mando, le ordenan que se calle: ¡el ejército no comete nunca ese tipo de errores! A pesar del fiasco de 1870, el ejército, al igual que la Iglesia, es una institución intocable. No importa si los soldados sienten remordimientos o se enfrentan a un dilema moral: el ejército está por encima de la verdad y la justicia.
¿Qué lleva a Picquart a contradecir la versión oficial? ¿La pureza de sus principios morales o la obediencia a la ética militar?
En la película hay una conversación memorable entre Picquart y el Comandante Henry, su principal oponente. Henry le dice: “Me ordena matar a un hombre, y lo hago. Me dice que fue un error, lo siento, pero no es culpa mía. Así es el Ejército”. A lo que Picquart responde: “Puede que sea su ejército, Comandante, pero no es el mío”.
Esta conversación refleja una realidad que sigue vigente en la actualidad. Los soldados están obligados a matar por su país. Pero si se comete un delito, no están obligados a encubrirlo.
El Coronel Picquart está en una situación parecida a la de Dreyfus: está encarcelado y la extrema derecha ha sacado a la luz su caso y le acusan de traición.
Porque eligió obedecer a su conciencia y a la necesidad de conocer la verdad en lugar de obedecer al espíritu militar. La historia empieza con una duda cuando descubre similitudes entre el escrito de Esterhazy y el escrito en la nota que se recuperó en la embajada alemana, el famoso "bordereau" (memorándum explicatorio o lista). Y después, la duda lleva gradualmente a una investigación. Picquart sigue adelante a pesar de que le dijeron que lo dejara y termina descubriendo más pruebas de la culpabilidad de Esterhazy. A medida que va descubriendo más cosas, más horrorizado se siente ante la magnitud de su error.
Se dice que el padre del filósofo Emmanuel Levinas (1906-1995), un librero lituano, le aconsejó que se mudara a Francia, argumentando que "una persona de bien no debe dudar en irse a vivir a un país que se despedaza por el honor de un pequeño capitán judío”.
¡Es cierto, en ese momento había anti-Dreyfusards pero también había Dreyfusards! Y al final Dreyfus fue declarado inocente. Así que Francia sale del asunto relativamente bien, a pesar de que el caso se resolvió 12 años después y estuvo a punto de sumir al país en una guerra civil.
Otra dificultad de la película es explicar el Caso Dreyfus a jóvenes que no están familiarizados con él.
Para empezar, cuando me preguntaron sobre mis proyectos y dije que estaba trabajando en el Caso Dreyfus, a todos les pareció genial. Pero enseguida me di cuenta de que mucha gente desconocía lo que había sucedido realmente. Es uno de esos acontecimientos históricos que todos creen saber, pero lo cierto es que desconocen su envergadura.
A este respecto, la película es muy educativa porque permite a todos, incluidos aquellos que no saben nada del caso, comprender el dilema político y filosófico al que se enfrenta Picquart. Es casi una investigación policial. ¡Yo diría que es casi un thriller! La historia se cuenta de manera totalmente subjetiva. El público acompaña a Picquart en cada paso de la investigación. Pero los acontecimientos clave sí son auténticos, al igual que muchas de las palabras que se pronuncian porque están registradas en los documentos de la época.
Lo que también me llamó la atención en la película es el lamentable estado del servicio de contra-inteligencia francés en ese momento. Por ejemplo, la Unidad de Estadísticas donde los informantes juegan a las cartas y beben alcohol, donde el portero está medio dormido, la vigilancia deja mucho que desear y los recursos técnicos son una calamidad. Al público actual le sorprenderá mucho este panorama. El estado de la tecnología resulta chocante si lo comparamos con lo que sabemos hoy sobre la contra-inteligencia.
Eso también es auténtico, pero está claro que en esos tiempos parecía moderno. ¡Era la época de los primeros coches, los primeros teléfonos y las cámaras Kodak! En ese aspecto, la investigación realizada por Robert Harris para su libro también ha sido extremadamente valiosa. Por otro lado, esa confianza ciega en la tecnología hizo que algunos investigadores, como el famoso experto Bertillon, cometieran errores fundamentales y se negaran a cambiar de opinión a posteriori.
Una de las pruebas, que culpa primero a Dreyfus y luego lo exonera, es la existencia del 'bordereau'.
Es una carta rota, que se sustrajo de la papelera de la oficina del agregado militar en la embajada alemana. En esa carta, un oficial francés se ofrecía a proporcionar a los alemanes información sobre secretos militares, incluido el cañón de 120 mm. El ejército francés era muy sensible a ese tipo de filtración ya que mantenía en secreto un nuevo modelo, el cañón de 75 mm. Se trataba de un cañón sin retroceso diseñado para absorber el impacto del proyectil, lo que representaba un avance significativo.
Por una parte, están la hostilidad de la opinión pública, la del Comandante Henry que quiere quitarle el puesto a Picquart y la del personal militar y, por la otra están los que quieren ayudar a Dreyfus, como Émile Zola y Clémenceau.
Fue Zola quien sacó a la luz el caso en su famoso J'accuse ("Yo acuso"), una carta que envió al Presidente de la República Francesa y que se publicó en el periódico L'Aurore. Sin esa carta, quién sabe cómo habría terminado el caso. Clémenceau también desempeñó un papel muy importante. Siete años después del final del caso, cuando él mismo era primer ministro, nombró a Picquart Ministro de la Guerra.
Zola pagó un precio muy alto al comprometerse con el caso y fue sentenciado a un año de prisión y a una multa de 3.000 francos franceses. Murió asfixiado por el humo de su chimenea; algunos dicen que los anti-Dreyfusards lo asesinaron. En cualquier caso, el periódico antisemita de Edouard Drumont, La Libre Parole, celebró la noticia de su muerte.
En su película, también vemos algunos carteles que dicen "Muerte a los judíos”. El antisemitismo no ha desaparecido, ha cambiado de rostro. Se ha convertido en un asunto para extremistas de izquierda, para enemigos de Israel y para islamistas radicales. ¿Cree que podría producirse otro caso Dreyfus hoy en día o le parece impensable?
Con la tecnología actual sería imposible condenar a una persona basándose en un análisis de escritura defectuoso. Y desde luego no en el ejército, ya que la mentalidad del ejército ha cambiado. Ya no es "intocable”. Hoy se nos permite criticarlo todo, incluido el ejército, mientras que en aquella época su poder era ilimitado. Pero es posible que se produzca un caso parecido. Tenemos todos los ingredientes para que suceda: acusaciones falsas, procedimientos judiciales pésimos, jueces corruptos y, sobre todo, "redes sociales" que condenan sin un juicio justo o sin derecho de apelación.
¿Esta película ha sido una especie de catarsis para usted?
No, yo no trabajo así. Mi trabajo no es una terapia. Pero reconozco que estoy familiarizado con muchos de los mecanismos del aparato de persecución que aparecen en la película, y es cierto que me han servido de inspiración.
¿La persecución que sufre empezó con Sharon Tate?
La manera en que la gente me ve, mi "imagen", comenzó a tomar forma con la muerte de Sharon Tate. Cuando sucedió y a pesar de que yo estaba atravesando una época horrible, la prensa se apoderó de la tragedia. No supo qué hacer con ella e informó de la manera más despreciable. Entre otras cosas, afirmaron que yo era uno de las personas responsables de su asesinato porque había tenido lugar durante una ceremonia satánica. ¡Según ellos, mi película La semilla del diablo demostraba que yo estaba confabulado con el diablo! La investigación duró varios meses hasta que la policía acabó encontrando a los verdaderos asesinos, Charles Manson y su "familia”. Pero todo eso sigue persiguiéndome. Todo y nada. Es como una bola de nieve que cada temporada se hace más grande. Historias absurdas de mujeres que no he visto en mi vida y que me acusan de cosas que supuestamente ocurrieron hace más de medio siglo.
¿No desea contraatacar?
¿Para qué? Es como luchar contra molinos de viento.
TRAILER:
(CRÍTICA DE CHRISTOPHER LASO)