LUCHANDO POR DEFENDER EL TERRITORIO
TÍTULO ORIGINAL: Sutemose
DIRECCIÓN: Šharūnas Bartas
FECHA Y LUGAR DE NACIMIENTO DEL DIRECTOR: 16 de agosto de 1964, Siauliai (Lituania)
INTÉRPRETES: Arvydas Dapsys, Marius Povilas Elijas Martynenko, Vita Siauciunaite, Alina Zaliukaite-Ramanauskiene, Salvijus Trepulis, Valdas Virgailis, Rytis Saladzius
GUIONISTAS: Sharunas Bartas, Ausra Giedraityte
FOTOGRAFÍA: Eitvydas Doskus
MÚSICA: Gabriele Dikciute, Jakub Rataj
GÉNERO: Drama
PRODUCCIÓN: Studio Kinema, KinoElektron, Sirena Film, Biberche, Mistrus Media, Terratreme Filmes
DISTRIBUIDORA EN ESPAÑA: Vitrine Filmes
DURACIÓN: 126 minutosSINOPSIS:
Lituania, 1948. La guerra ha terminado, pero el país está en ruinas. Untė, de 19 años, es miembro del movimiento partisano que resiste a la ocupación soviética. No combaten en igualdad de condiciones, pero esta lucha desigual determinará el futuro de toda la población. A la edad en que se descubre la vida, Untė descubre la violencia y la traición. Las líneas se desdibujan entre su ardiente pasión juvenil y la causa por la que está luchando. Se entregará en cuerpo y alma, aunque eso signifique perder la inocencia.
(Fuente de la sinopsis: Zinemaldia)
(Fuente del cartel: Filmaffinity)
(Fuentes de las imágenes: Zinemaldia, Cineuropa, Fantasía Cine, El Diario Vasco)
(Fuentes de la información de la película: Filmaffinity, Zinemaldia, IMDb, Wikipedia)
CRÍTICA:
El nuevo trabajo del cineasta lituano Sharunas Bartas, uno de
El nuevo trabajo del cineasta lituano Sharunas Bartas, uno de
los directores europeos cuya filmografía tiene sello propio, es una película filmada principalmente durante la noche (de ahí el título del proyecto), en una trama que se desarrolla durante la II Guerra Mundial en Lituania, con el país que estaba siendo sometido al régimen ruso de Stalin, y en ese escenario bélico surgen un grupo de luchadores lituanos que están dispuestos a todo para conseguir derrotar a los opresores.
La película formó parte de la sección oficial de la pasada edición del festival de cine de San Sebastián, y viene avalada con el sello Cannes de haber sido seleccionado por este festival para formar parte de su programación.
La película formó parte de la sección oficial de la pasada edición del festival de cine de San Sebastián, y viene avalada con el sello Cannes de haber sido seleccionado por este festival para formar parte de su programación.
La propuesta tiene todos los elementos característicos del cine de director, por lo tanto no es fácil de recomendar ni es apto para todo tipo de público, ya que sus historias dramáticas se desarrollan a un ritmo pausado, hay pocas escenas de acción y los personajes están enfocados de cerca para generar mayor sensación de opresión. Una película intimista, de más de dos horas (quizás se podía haber reducido algo el metraje), que va creciendo con el paso de los minutos hasta llegar a esa parte final en donde tienen lugar las pocas escenas de tiroteos y acción, teniendo en cuenta que lo que sucede se va cociendo a fuego lento.
Entre los aspectos positivos destaco la dirección de Bartas, la fotografía de Eitvydas Doskus, en donde se emplea la luz natural de las velas o los primeros rayos de sol, regalándonos unas bellas estampas visuales.
A nivel interpretativo destaca por encima del resto el joven Marius Povilas Elijas Martynenko, que interpreta a Unte, el protagonista de esta historia, que lleva el peso de la historia y transmite mucho con sus gestos y miradas en unas escenas dramáticas de gran dureza. Una trama que funciona sin necesidad de muchos diálogos ni de complicarla con giros sorprendentes, sino que juega con la naturalidad y credibilidad en el movimiento y las reacciones de los personajes, y al mismo tiempo nos permite conocer una parte de la historia, que tuvo lugar durante esos años convulsos y trágicos en Europa, en unas masacres poco conocidas, y que el cineasta quiere dar a conocer para visibilizar lo que tuvieron que sufrir sus antepasados.
Una película que no es fácil de recomendar, pero que gustará a los aficionados al cine independiente europeo, en especial al producido en los países de la extinta URSS.
Una película que no es fácil de recomendar, pero que gustará a los aficionados al cine independiente europeo, en especial al producido en los países de la extinta URSS.
LO PEOR: Se podía haber recortado algo el metraje, sobre todo en los minutos iniciales.
ENTREVISTA AL DIRECTOR:
La historia está ambientada en Lituania en 1948, ¿podría contarnos más sobre la situación política en la que se encontraba el país? Al final de la Segunda Guerra Mundial con la victoria de los Aliados, la Unión Soviética reocupó la Lituania de los nazis, y terminó su asimilación que acababa de empezar antes de la guerra. El presidente lituano escapó a Occidente, sin dejar instrucciones al ejército sobre cómo resistir. Por lo tanto, Lituania, el Estado-nación que había proclamado su soberanía en 1918, quedó oscurecida a los ojos del mundo durante décadas debido a la ocupación y anexión de la URSS. Parte del ejército lituano independiente restante se fue a los bosques salvajes, donde formaron unidades de resistencia organizada que duraron hasta 1953, a las que se unió un gran número de hombres lituanos - algunos se escondían del reclutamiento militar soviético, otros huían de ser arrestados o ser deportados a Siberia. La recuperación de la posguerra se vio exacerbada por la brutal represión de la ideología soviética. Miles de personas fueron enviadas a Siberia, asesinadas, amenazadas y encarceladas. El número total de detenidos se acerca a los 300.000; 156.000 fueron apresados y unos 40.000 fueron deportados a Siberia. Alrededor de 23.000 reclusos fueron fusilados en campos soviéticos, y según consta 28.000 prisioneros fueron asesinados en el exilio. Mientras tanto, el NKVD -el ejército soviético- y las Fuerzas Especiales estaban erradicando activamente la resistencia, destruyendo y confiscando propiedades, enviando a la gente al exilio, torturando, matando, reformando la estructura interna del país por medio de la nacionalización de todas las propiedades.
La primera razón sería ¡porque son tienen relevancia! ¿Quién ha dicho que vivimos en un mundo pacífico? Puedes encontrar la misma guerra en Ucrania está sucediendo hoy mismo. Vivimos en un mundo de guerras reales, nada de guerras frías o híbridas. Casi todos los países invierten en armas y en el mantenimiento de sus tropas. Podríamos decir que estos temas serían irrelevantes si el mundo entero estuviera desarmado y viviéramos en paz. A nivel histórico, 1939-1945 es un tiempo cercano. Y no solo una, sino dos Guerras Mundiales- separadas por un breve descanso - tuvieron lugar en la primera mitad del siglo pasado. Nadie sabe si una podría estallar una Tercera Guerra Mundial, o si pudiese haber guerras locales en un futuro próximo. Por eso creo que está directamente relacionado tanto con el presente como con la historia de la humanidad.
Cada persona tiene una perspectiva diferente. Un pequeño grupo de personas recuerdan estos momentos específicos, muchos otros recuerdan un período de ocupación que duró casi 50 años, y otros –que nacieron después del 1990- obviamente lo ven de manera diferente, porque nacieron y vivieron en un estado libre, y no experimentaron nada de eso. Y por supuesto, las personas son diferentes, sus situaciones e intereses también son diferentes. Debido a esto, creo que hay diversas perspectivas. Hay jóvenes que no se interesan en absoluto por el pasado de su país. No creo que sea posible saber, con certeza, lo que la mayoría de los lituanos piensan sobre aquellos acontecimientos.
Ante todo, tuvimos que determinar hasta dónde íbamos a entrar en detalles, teniendo en cuenta todos los aspectos: el lenguaje usado en aquellos tiempos, la escenografía, el atrezzo, vestuario, etc. Por supuesto, es una tarea que consume tiempo y dinero a la hora de crear, o recrear, la realidad histórica de ese período. Tuvimos que reconstruir todos los sets y todas las localizaciones exteriores que utilizamos, por ejemplo, cambiando algunos tejados, creando caminos de tierra, jardines, quitando o tapando postes y tendidos eléctricos. Por supuesto, algunos cambios los hicimos después en la post-producción. Todo lo que utilizamos actualmente es imposible utilizarlo como atrezzo de aquella época. Es por esto, que cada pieza fue fabricada o descubierta en “el ático". Otros elementos que aparecen en la película fueron alquilados y algunos de ellos incluso proceden de museos. Nos apoyamos también en fotografías y filmaciones que pudimos recoger, pertenecientes a la época. Tratamos de acercarnos todo lo posible a aquellos tiempos. Los decoradores de la película vinieron de nuestro país vecino, Letonia. Vestuario y SFX (efectos especiales) de la República Checa. Los VFX (efectos visuales) se hicieron en Serbia, coproductor del proyecto. Fue muy interesante y a la vez todo un desafío, trabajar con un equipo compuesto por gente procedente de ¡seis países diferentes!
La única condición que nos planteamos era simple: no usar una bombilla o lámpara como principal fuente de iluminación. Utilizamos una vela, una lámpara de queroseno o luz natural, excepto en unas pocas secuencias en la NKVD donde utilizamos luz eléctrica. Lituania en aquella época no estaba totalmente electrificada, o lo estaba relativamente poco, especialmente en aldeas lejos de las ciudades. Por eso, era necesario trabajar con fuentes de iluminación relativamente débiles. Teniendo en cuenta que la atmósfera no sólo se consigue a través de la fotografía, sino gracias a todo el conjunto - decorados, vestuario, maquillaje, etc.
En esta película, por primera vez para mí, todo el elenco estaba formado por actores. Revisamos cuidadosamente los perfiles de todos los actores lituanos, y de sus trabajos en cualquier película en la medida de lo posible. Algunos de los actores fueron confirmados rápidamente para personajes específicos, mientras que para otros hubo muchas reuniones y ensayos. Algunos de los papeles fueron interpretados por actores no profesionales, ya que encajaban mejor con lo que buscábamos para esos personajes, que eran más auténticos. Me siento muy agradecido cuando los actores me aportaban una respuesta que ni siquiera se me había ocurrido.
¿Cómo se puede retratar aquellos años sin enseñar la violencia?
Es uno de los componentes de la existencia humana en esa época. Guerra partidista, penurias, hambre, represión de la población local, deportaciones, privación de la propiedad, había violencia en cada esquina. No se trataba de una cuestión específicamente lituana. Después de la guerra, allí estaba la violencia en toda Europa del Este, incluso en los llamados países independientes como Checoslovaquia, Alemania del Este, Polonia, etc. El período que mostramos en la película son los primeros años de ocupación y los primeros años de resistencia armada. La nueva orden trajo muchas crueldades por parte de todos los bandos. La familia de Pliauga es el eje de la película. A través de los documentos históricos que leímos, descubrimos que las historias familiares se repetían a menudo, cuando las familias pasaban por el misma situación.
El personaje de Unte está buscando una identidad en medio de familias rotas, a pesar de una lucha diaria por sobrevivir. ¿Podría contarnos más sobre Unte, el impacto de crecer durante ese tiempo, y si, de alguna manera, Unte representa al propio país?
Diría que el personaje de Unte representa más bien a un observador que plantea preguntas y nos guía a través de la historia. No es totalmente consciente de toda la situación; a veces actúa inconscientemente. Esta es su evolución y su camino. Vemos a los personajes a través de la perspectiva de Unte, a través de su presencia - en casa, en el bosque, en la ciudad, con la NKVD y finalmente en la cárcel. Diría que ningún hombre, ni siquiera el más destacado, puede representar a toda una nación. Simplemente no es posible. El hombre es pequeño.
La película revela la lenta agonía de la población Lituania como víctima de consecutivas invasiones y ocupaciones. Pero, ¿usted diría que también muestra un fuerte sentido de resistencia entre su pueblo en los tiempos más extremos? ¿Cómo lograste este equilibrio?
No veo ningún problema en ello, en ser una víctima mientras se intenta resistir. La resistencia nace de la esperanza, una fuerza primordial que debe permanecer viva, en algún lugar, en los momentos más difíciles. La historia de Lituania no terminó con la muerte del último partisano. Cuando la resistencia armada organizada terminó en 1953, Lituania no fue destruida, pero sí gravemente dañada. La historia de la resistencia lituana terminó con la proclamación de la independencia en 1991.
(Fuente del texto de la entrevista: Pressbook-Zinemaldia)
Diría que el personaje de Unte representa más bien a un observador que plantea preguntas y nos guía a través de la historia. No es totalmente consciente de toda la situación; a veces actúa inconscientemente. Esta es su evolución y su camino. Vemos a los personajes a través de la perspectiva de Unte, a través de su presencia - en casa, en el bosque, en la ciudad, con la NKVD y finalmente en la cárcel. Diría que ningún hombre, ni siquiera el más destacado, puede representar a toda una nación. Simplemente no es posible. El hombre es pequeño.
No veo ningún problema en ello, en ser una víctima mientras se intenta resistir. La resistencia nace de la esperanza, una fuerza primordial que debe permanecer viva, en algún lugar, en los momentos más difíciles. La historia de Lituania no terminó con la muerte del último partisano. Cuando la resistencia armada organizada terminó en 1953, Lituania no fue destruida, pero sí gravemente dañada. La historia de la resistencia lituana terminó con la proclamación de la independencia en 1991.
(Fuente del texto de la entrevista: Pressbook-Zinemaldia)
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