TÍTULO ORIGINAL: Nakuko Wa Ineega
DIRECCIÓN: Takuma Sato
INTÉRPRETES: Taiga Nakano, Riho Yoshioka, Kanichiro, Takashi Yamanaka, Kimiko Yo, Toshirô Yanagiba
GUIONISTA: Takuma Satô
FOTOGRAFÍA: Yûta Tsukinaga
MÚSICA: Yuta Orisaka
GÉNERO: Drama
PREMIOS: 1 premio en el Festival de San Sebastián de 2020
SINOPSIS:
Un hombre desnudo y ebrio aparece en directo en una televisión japonesa en plena celebración de la festividad de Namahage, en la que hombres disfrazados de ogros irrumpen en las casas para asustar a los niños y que se porten bien todo el año. Tasuku, un joven padre, es condenado al ostracismo por avergonzar al pueblo y su tradición y huye a Tokio solo. Dos años después regresa al pueblo para intentar arreglar las cosas con su exmujer y su hija pero se encontrará con una situación muy dura.
(Fuente de la sinopsis: Zinemaldia)
(Fuente del cartel: Filmaffinity)
(Fuentes de las imágenes: Zinemaldia, Fotogramas)
(Fuentes de la información de la película: Filmaffinity, Zinemaldia, IMDb)
CRÍTICA:
El quinto largometraje dirigido por Takuma Satô, es una historia dramática familiar, que toma como referencia una tradición nipona llamada "Namahage", en donde los hombres se disfrazan de ese ser con aspecto demoníaco y vestimentas tradicionales de paja para asustar con un grito a los más pequeños y así convencerlos de que obedezcan a sus padres.
La película se presentó en la sección oficial a concurso de la pasada edición del Festival de cine de San Sebastián y su fotografía fue premiada por el jurado presidido por Luca Guadagnino.
La película tiene como punto de partida el de unos jóvenes que acaban de tener un niño, y que viven aparentemente bien, aunque en el fondo tienen unos problemas que van saliendo a la luz, hasta que llega un momento en el que "la gota que rebasó el vaso" en la paciencia de la mujer, y a partir de ese momento todo se precipita en el descenso a los infiernos del protagonista.
Una propuesta menor dentro de la cinematografía japonesa actual, si la comparamos con otros directores con más experiencia y que abordan de manera más acertada esos problemas personales que desembocan en situaciones dramáticas.
Uno de los aspectos más destacados es la actuación de Taiga Nakano, un habitual de proyectos televisivos, que cumple en los momentos más dramáticos y lo hace sin necesidad de exagerar y con un personaje que lleva el peso de todo el proyecto, y que el intérprete japonés saca adelante con solvencia.
No me parece que la dirección de fotografía de Yûta Tsukinaga sea tan destacable como para ganar el premio en el Zinemaldia, teniendo en cuenta que había otros trabajos técnicos superiores en esta categoría, como los de "In the dusk", "Akelarre" y "Wuhai".
Una película alargada en exceso, algo habitual en la cinematografía nipona, con un guion bastante mejorable y que tiene una parte central bastante repetitiva.
Una propuesta que puede tener su público y gustar a los que disfrutan con el cine asiático actual y las historias dramáticas familiares.
LO PEOR: Su excesiva duración.