CONSTRUYENDO UNA HISTORIA FAMILIAR
PAÍS: España (2019)
DIRECCIÓN: Nuria Giménez Lorang
AÑO Y LUGAR DE NACIMIENTO DE LA DIRECTORA: 1976, Barcelona (España)
INTÉRPRETES: Ilse G. Ringier, Frank A. Lorang
GUIONISTA: Nuria Giménez Lorang
FOTOGRAFÍA: Frank A. Lorang, Ilse G. Ringier
GÉNERO: Documental
PRODUCCIÓN: Bretzel & Tequila Film Productions, Avalon P.C, Nuria Giménez Lorang
DISTRIBUIDORA EN ESPAÑA: Avalon Distribución
DURACIÓN: 74 minutos
PREMIOS: 5 premios, incluyendo uno en el D´A 2020 y tres en el Festival de Gijón de 2019
DIRECCIÓN: Nuria Giménez Lorang
AÑO Y LUGAR DE NACIMIENTO DE LA DIRECTORA: 1976, Barcelona (España)
INTÉRPRETES: Ilse G. Ringier, Frank A. Lorang
GUIONISTA: Nuria Giménez Lorang
FOTOGRAFÍA: Frank A. Lorang, Ilse G. Ringier
GÉNERO: Documental
PRODUCCIÓN: Bretzel & Tequila Film Productions, Avalon P.C, Nuria Giménez Lorang
DISTRIBUIDORA EN ESPAÑA: Avalon Distribución
DURACIÓN: 74 minutos
PREMIOS: 5 premios, incluyendo uno en el D´A 2020 y tres en el Festival de Gijón de 2019
SINOPSIS:
Diario íntimo de una mujer de clase acomodada ilustrado por las filmaciones caseras de su marido, un rico industrial, entre los años 40 y 60 del siglo pasado. La película es también un melodrama clásico a lo Douglas Sirk o Todd Haynes, con los sentimientos a flor de piel. Un viaje en volandas a través de la vieja Europa. Un ensueño romántico.
(Fuente de la sinopsis y el cartel: Avalon Distribución)
(Fuentes de las imágenes: Avalon Distribución, Filmaffinity)
(Fuentes de la información de la película: Filmaffinity, Avalon Distribución, IMDb, Wikipedia)
CRÍTICA:
Nuria Giménez Lorang presenta uno de los trabajos más originales de los últimos años, lo que demuestra el ingenio de algunos jóvenes talentos nacionales y que, junto a "El año del descubrimiento" de Luis López Carrasco conforman dos documentales de obligado visionado, alejados del cine convencional y de una gran calidad formal.El largometraje se ha presentado en festivales de todo el mundo, entre ellos el New York Film Fest, y en nuestro país tuvo su presentación en DocumentaMadrid de 2019 y posteriormente en otros lugares como el FICX de Gijón de 2019, en donde ganó 3 premios, y el D´A de Barcelona en donde fue elegida la mejor propuesta del festival de cine de autor de Barcelona.
Centrándonos en el largometraje filmado por una joven que vive en Barcelona y que es la nieta de Ilse G. Ringier y Frank A. Lorang, que decidió filmar de manera diferente y original su primer largometraje a partir de la muerte de su abuelo en 2010, cuando encontró en su casa unas bobinas filmadas en 16mm y 8mm muy bien conservadas. A partir de ese momento surgió la idea de aprovechando ese material sacar adelante una especie de falso documental, que va engañando al espectador, en donde vemos a sus abuelos suizos, y en el prólogo inicial podemos leer que "los textos que acompañan a las imágenes son extractos del diario de Vivian Barett", y se cita muchas veces al supuesto escritor Paravadin Kanvar Kharjappali con contínuas referencias a los engaños y las mentiras.
Todo ello en un proyecto sin diálogos, y que podemos seguir la historia con unos textos que, como comentamos antes, son extractos de ese diario de una mujer de clase alta.
El proyecto nos cuenta una historia interesante, que mantiene el interés hasta el final, y lo hace con unas imágenes de archivo de la época que la directora pasó a formato digital, en donde observamos a sus antepasados en escenas durante la II guerra mundial, en sus vacaciones por todo el mundo, y con un guion que va narrando una historia que parece real y que es muy creíble, partiendo de cerca de 30 horas de película (las que se encontró Nuria en casa de su abuelo materno) y reduciendo a poco más de una hora, con una correlación entre las diferentes situaciones, que sirve como homenaje a sus parientes, y al mismo tiempo como ejemplo de lo que era la vida de unas personas de clase social alta en la Europa de mediados de mediados del siglo XX, cómo eran las carreteras y playas de Mallorca o las calles de Barcelona o París y las localidades suizas alrededor del Lago Lemán.
A ese material de archivo de calidad, hay que unir la ardua y difícil labor de montaje para añadir el sonido cuando sea necesario, y sobre todo para crear un guion muy bien trabajado en donde vemos una historia de amor, de engaños del matrimonio formado por Vivian y León, unas supuestas infidelidades, y muchos engaños, ya que la cineasta consigue engañar al espectador (o al menos lo consiguió conmigo) en un aspecto fundamental que mejor descubrir. El principal defecto del proyecto es que la parte final es un poco precipitada, y hubiera estado mejor aportar algún material adicional en esas escenas de tono tan dramático (desconozco si es que no existían o fueron eliminadas).
Un largometraje que no es sencillo, que es bastante radical a nivel formal, pero que tendrá su público, en especial los que disfrutan con el cine de autor. Si entras en la historia es probable que te quedes hipnotizado por este documental tan original y que, al igual que esa lechuza que quiere cazar al roedor, en una escena que vemos varias veces en la parte inicial, me atrapó y sorprendió en varias situaciones.
TRAILER:
Un largometraje que no es sencillo, que es bastante radical a nivel formal, pero que tendrá su público, en especial los que disfrutan con el cine de autor. Si entras en la historia es probable que te quedes hipnotizado por este documental tan original y que, al igual que esa lechuza que quiere cazar al roedor, en una escena que vemos varias veces en la parte inicial, me atrapó y sorprendió en varias situaciones.
LO MEJOR: El montaje. El guion y la originalidad del proyecto.
LO PEOR: La historia se queda corta en la parte final y tiene un final algo precipitado.
NOTAS DE LA DIRECTORA:
Esta película nace a raíz de una muerte. Me parece hermosa la idea de que la muerte, con toda la tristeza y el dolor que conlleva, también puede dar a luz a un nuevo proyecto, a una nueva vida. Mi abuelo, Frank A. Lorang (India, 1913 – Suiza, 2010), tenía medio centenar de bobinas de 8mm y 16mm con imágenes increíbles que había filmado él en los años 40, 50 y 60 del siglo pasado. A pesar de tener buena relación con él, nunca mencionó la existencia de ese material. Todos esos kilos de celuloide en los que él había atrapado pedazos de vida, infinitas historias, y momentos fascinantes pasaron 40 años en la oscuridad de su sótano. Casi un año después de que hubiese fallecido, acompañé a mi madre a Zurich, donde él había vivido gran parte de su vida, y allí encontramos las latas, perfectamente apiladas, ordenadas y etiquetadas. Yo me sentí como un pirata que encuentra el tesoro. Sin saber ni lo que contenían ni en qué estado estaban, sentí gran entusiasmo y una curiosidad casi dolorosa por saber lo que escondían. Así que las cargamos en el coche y nos las llevamos hasta Barcelona, donde vivimos. El cine digital es muy ligero, pero el analógico pesa lo suyo. Y más si vives, como yo vivía entonces, en un sexto piso sin ascensor. Subí todas las bobinas y luego las fui volviendo a bajar para llevarlas a digitalizar en lotes de dos o tres. Siempre que iba a recogerlas, volvía casi corriendo a mi casa para ver el resultado.
A medida que fui descubriendo las maravillas que allí había, tenía cada vez más claro que iba a hacer algo con ellas. Intuía que en algún lugar de ese material se ocultaba una historia de varias capas, aunque desconocía qué forma final iban a adoptar. Pensé que el mejor modo de descubrirlo era dejarme llevar por las imágenes y disfrutar de la gran oportunidad que se me brindaba al poder trabajarlas con total libertad. Como por arte de magia, dar una nueva vida al material que filmó mi abuelo, hizo que muchas otras cosas y personas extraordinarias cobrasen vida también. Y por ese regalo impagable, a él, a mi abuela y a mi madre les estoy eternamente agradecida.
(Fuente del exto: Pressbook-Avalon Distribución)