EL TERROR PSICOLÓGICO EN LA COSTA DE INGLATERRA
PAÍS: Reino Unido (2019)
DIRECCIÓN: Rose Glass
AÑO Y LUGAR DE NACIMIENTO DE LA DIRECTORA: 1990, Chelmsford (Reino Unido)
INTÉRPRETES: Morfydd Clark, Jennifer Ehle, Lily Frazer, Lily Knight, Marcus Hutton, Turlough Convery, Rosie Sansom, Faith Edwards, Marcus Hutton, Noa Bodner
GUIONISTA: Rose Glass
FOTOGRAFÍA: Ben Fordesman
MÚSICA: Adam Janota Bzowski
GÉNERO: Terror
PRODUCCIÓN: Escape Plan Productions, BFI Film Fund,
Film4
DIRECCIÓN: Rose Glass
AÑO Y LUGAR DE NACIMIENTO DE LA DIRECTORA: 1990, Chelmsford (Reino Unido)
INTÉRPRETES: Morfydd Clark, Jennifer Ehle, Lily Frazer, Lily Knight, Marcus Hutton, Turlough Convery, Rosie Sansom, Faith Edwards, Marcus Hutton, Noa Bodner
GUIONISTA: Rose Glass
FOTOGRAFÍA: Ben Fordesman
MÚSICA: Adam Janota Bzowski
GÉNERO: Terror
PRODUCCIÓN: Escape Plan Productions, BFI Film Fund,
Film4
DISTRIBUIDORA EN ESPAÑA: Sony Pictures
DURACIÓN: 83 minutos
PREMIOS: 1 premio en el Festival de Londres de 2019
DURACIÓN: 83 minutos
PREMIOS: 1 premio en el Festival de Londres de 2019
SINOPSIS:
La enfermera Maud (Morfydd Clark) llega interna al hogar de Amanda (Jennifer Ehle), una famosa bailarina ahora frágil y enferma que está aislada en su enorme casa. Al principio Amanda se interesa por la joven religiosa, distrayéndola de su deteriorada salud. Maud en cambio está hechizada por su nueva paciente. Pero Maud esconde algo. Está atormentada por un violento secreto de su pasado y por mensajes que ella piensa que vienen directamente de Dios. Se convence a sí misma que ha sido enviada a Amanda para servir un propósito divino. A medida que empieza a perder el contacto con la realidad, los cuidados de Maud se convierten en una misión mortal para salvar el alma de Amanda, cueste lo que cueste.
(Fuente de la sinopsis: Sony Pictures)
(Fuente del cartel y de las imágenes: Image.net-Sony Pictures)
(Fuentes de la información de la película: Filmaffinity, Sony Pictures, IMDb, Wikipedia)
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CRÍTICA:
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Al inicio nos presentan a Maud, una joven que se traslada andando desde un piso situado en una población costera hasta una mansión situada en la zona alta de la ciudad, para comenzar a trabajar como la enfermera de Amanda, una famosa bailarina que se encuentra enferma.
A partir de ese momento, y durante la primera mitad, conocemos a esas dos mujeres de generaciones muy diferentes, en una trama que se desarrolla en el interior de esa casa y que, guardando las distancias, recuerda en algunos momentos a "El crepúsculo de los dioses (1950)", a la que incluso se cita en un par de escenas. En esa parte inicial también hay muchas referencias visuales y argumentales al cine de Dreyer o Bergman, con la religión como trasfondo que va recorriendo la película hasta los minutos finales.
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La media hora inicial es excelente y funciona muy bien como un drama de personajes, con un tono teatral, en donde se cuidan al máximo todos los detalles a nivel de guion, con la introducción poco a poco de elementos de cine de terror psicológico, y sobre todo a nivel artístico.
En la segunda mitad la película se traslada al exterior, aprovechando la belleza del escenario natural de la localidad de Scarborough, situada en la costa del mar del Norte en Yorkshire, Inglaterra, para terminar de desarrollar esos detalles de cine de género, manteniendo esa calidad técnica y visual, con un final que no sorprende pero que es coherente con lo visto anteriormente. El problema es que no soy fan del cine de terror, y por eso después de haber disfrutado tanto con esa primera parte, me dejó algo frío la segunda parte, con la que disfrutarán los fans del género, siempre que no vayan con la idea de ver una propuesta convencional de terror, ya que no hay sustos, sino que están presentes muchos elementos de terror psicológico.
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La película tiene muchos elementos positivos, y uno de ellos es la dirección de Rose Glass, que mueve la cámara con naturalidad y con una lentitud poco habitual en las propuestas de cine de terror, que igual desespera a muchos espectadores, y que recuerda a las dos películas de Ari Aster. A nivel interpretativo destacan las actuaciones de Morfydd Clark y Jennifer Ehle. La primera está magnífica en el papel de Maud, en un personaje que transmite mucho y lo hace en un papel contenido e intimista que va creciendo con el paso de los minutos. La segunda tiene un papel que es un caramelo, el de una vieja gloria venida a menos ya que sufre una enfermedad que la impide salir de casa, y que la actriz estadounidense saca adelante de manera solvente con unos grandes momentos dramáticos y mucha ironía.
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La enfermera Maud (Morfydd Clark) llega interna al hogar de Amanda (Jennifer Ehle), una famosa bailarina ahora frágil y enferma que está aislada en su enorme casa. Al principio Amanda se interesa por la joven religiosa, distrayéndola de su deteriorada salud. Maud en cambio está hechizada por su nueva paciente. Pero Maud esconde algo. Está atormentada por un violento secreto de su pasado y por mensajes que ella piensa que vienen directamente de Dios. Se convence a sí misma que ha sido enviada a Amanda para servir un propósito divino. A medida que empieza a perder el contacto con la realidad, los cuidados de Maud se convierten en una misión mortal para salvar el alma de Amanda, cueste lo que cueste.
(Fuente de la sinopsis: Sony Pictures)
(Fuente del cartel y de las imágenes: Image.net-Sony Pictures)
(Fuentes de la información de la película: Filmaffinity, Sony Pictures, IMDb, Wikipedia)
CRÍTICA:
El primer largometraje dirigida por la joven cineasta británica Rose Glass es una película muy bien trabajada que tiene dos partes bien diferenciadas, una primera en donde nos presentan una historia dramática con elementos del cine de terror y una segunda en donde se desarrolla la historia de terror psicológica.
La película tuvo su presentación en el Festival de cine de Toronto de 2019, y a posteriormente en el de Londres, y ha sido la que ha logrado más nominaciones a los premios Bifa (del cine independiente británico), con un total de 17 candidaturas. Hace unos meses se estrenó en nuestro país, ya que formó parte de la sección Noves visions de la pasada edición del Festival de Sitges.
La película tuvo su presentación en el Festival de cine de Toronto de 2019, y a posteriormente en el de Londres, y ha sido la que ha logrado más nominaciones a los premios Bifa (del cine independiente británico), con un total de 17 candidaturas. Hace unos meses se estrenó en nuestro país, ya que formó parte de la sección Noves visions de la pasada edición del Festival de Sitges.
A partir de ese momento, y durante la primera mitad, conocemos a esas dos mujeres de generaciones muy diferentes, en una trama que se desarrolla en el interior de esa casa y que, guardando las distancias, recuerda en algunos momentos a "El crepúsculo de los dioses (1950)", a la que incluso se cita en un par de escenas. En esa parte inicial también hay muchas referencias visuales y argumentales al cine de Dreyer o Bergman, con la religión como trasfondo que va recorriendo la película hasta los minutos finales.
En la segunda mitad la película se traslada al exterior, aprovechando la belleza del escenario natural de la localidad de Scarborough, situada en la costa del mar del Norte en Yorkshire, Inglaterra, para terminar de desarrollar esos detalles de cine de género, manteniendo esa calidad técnica y visual, con un final que no sorprende pero que es coherente con lo visto anteriormente. El problema es que no soy fan del cine de terror, y por eso después de haber disfrutado tanto con esa primera parte, me dejó algo frío la segunda parte, con la que disfrutarán los fans del género, siempre que no vayan con la idea de ver una propuesta convencional de terror, ya que no hay sustos, sino que están presentes muchos elementos de terror psicológico.
La película tiene muchos elementos positivos, y uno de ellos es la dirección de Rose Glass, que mueve la cámara con naturalidad y con una lentitud poco habitual en las propuestas de cine de terror, que igual desespera a muchos espectadores, y que recuerda a las dos películas de Ari Aster. A nivel interpretativo destacan las actuaciones de Morfydd Clark y Jennifer Ehle. La primera está magnífica en el papel de Maud, en un personaje que transmite mucho y lo hace en un papel contenido e intimista que va creciendo con el paso de los minutos. La segunda tiene un papel que es un caramelo, el de una vieja gloria venida a menos ya que sufre una enfermedad que la impide salir de casa, y que la actriz estadounidense saca adelante de manera solvente con unos grandes momentos dramáticos y mucha ironía.
La película destaca a nivel técnico y artístico, con una gran recreación de época y una estética que recuerda al cine de terror de la década de los 70 del siglo XX, y un diseño de vestuario que encaja con el tipo de historia que estamos viendo. La banda sonora compuesta por Adam Janota Bzowski y el sonido son perfectos para este tipo de película de terror con un trasfondo dramático, que van aumentando de intensidad en la segunda mitad cuando la trama se vuelve más oscura.
Dejo para el final lo más destacado de la película, además de las dos interpretaciones, en concreto el trabajo de Ben Fordesman en la dirección de fotografía, que juega muy bien con las luces y las sombras en las escenas de interior y en las nocturnas que se desarrollan en la playa. Un prodigio técnico que luce en esta película y que merecería estar presente en los principales premios británicos del año, tanto en los Bifa donde sí está nominada como en los Bafta.
Una película que recomiendo a los fans del cine de terror psicológico, y no tanto a los que buscan un cine de género más convencional con los típicos sustos que intentan asustar a los espectadores.
LO MEJOR: La fotografía. Las interpretaciones de Morfydd Clark y Jennifer Ehle.
LO PEOR: La deriva que toma la historia en la segunda mitad.
CRÍTICAS EN BLOGS ESPECIALIZADOS:
Ricardo Pablo López en Destino Arrakis
TRAILER: