RECUPERANDO LA AMISTAD
DIRECCIÓN: Heidi Hassan, Patricia Pérez Fernández
INTÉRPRETES: Heidi Hassan, Patricia Pérez Fernández
GUIONISTAS: Heidi Hassan, Patricia Pérez Fernández
FOTOGRAFÍA: Heidi Hassan, Patricia Pérez Fernández
MÚSICA: Olivier Militon, Patricia Cadaveira
GÉNERO: documental
PRODUCCIÓN: Matriuska Producciones, Perspective Films,
Producciones de la 5ta Avenida, PCT Cinéma & Télévision S.A
DISTRIBUIDORA EN ESPAÑA: Elamedia Distribución
DURACIÓN: 80 minutos
PREMIOS: 3 premios, incluyendo uno en el Festival de Málaga de 2020
SINOPSIS:
Dos cineastas y amigas de infancia enfrentan los desafíos del desarraigo mientras intentan reconstruir sus vidas lejos de Cuba. Un emocionante documental auto- etnográfico sobre la nostalgia, la amistad, las raíces y el exilio, que refleja el desasosiego de toda una generación.
Dos cineastas y amigas de infancia enfrentan los desafíos del desarraigo mientras intentan reconstruir sus vidas lejos de Cuba. Un emocionante documental auto- etnográfico sobre la nostalgia, la amistad, las raíces y el exilio, que refleja el desasosiego de toda una generación.
(fuentes de la sinopsis, el cartel y las imágenes: Suria Comunicación, Elamedia Distribución)
(fuentes de la información de la película: Filmaffinity, Elamedia Distribución, IMDb)
CRÍTICA:
La cineasta cubana afincada en Ginebra Heidi Hassan dirige su segundo largometraje, y lo hace para contar su historia personal junto a su amiga Patricia Pérez Fernández, que actualmente vive en el municipio gallego de Finisterre, y ambas codirigen este documental sobre si vida pasada, presente y futuro, en un proyecto original a nivel formal, que está narrada por las voces en off de las dos protagonistas en la lectura de las cartas que se enviaron en los últimos años.
Al mismo tiempo hay una gran cantidad de material de archivo fotográfico y videográfico, que nos permite conocer las inquietudes de las dos aspirantes a cineastas, que abandonaron su país natal para buscar un futuro mejor en Europa.
Al mismo tiempo hay una gran cantidad de material de archivo fotográfico y videográfico, que nos permite conocer las inquietudes de las dos aspirantes a cineastas, que abandonaron su país natal para buscar un futuro mejor en Europa.
Ha logrado la nominación en los premios Feroz 2021 en la categoría de largometraje documental, lo que podría repetir en la próxima edición de los premios Goya.
Me costó entrar en el largometraje, ya que su prólogo es un poco confuso, aunque es lo más original y radical a nivel formal. Pero una vez que han introducido el tema en cuestión y conoces a las dos protagonistas, el largometraje mantiene el interés en ese seguimiento paralelo del pasado más reciente de Heidi y Patricia, con esa narración de las cartas y el material que se envían, y por unos vídeos muy bien insertados para conocer mejor sus movimientos en Suiza y España respectivamente. No me convence el cierre que me parece un poco precipitado, y quizás se hubiera necesitado algo más de metraje para mostrar las inquietudes de las dos cineastas y la situación actual. Pero en conjunto el proyecto funciona bastante bien, y es una muestra más de la calidad de los documentales españoles o latinos de los últimos años, ya que son interesantes por lo que cuentan y cómo lo hacen.
LO PEOR: me costó entrar en la historia y la parte final es bastante repetitiva.
PODCAST:
DÍAS DE CINE:
NOTAS DE LAS DIRECTORAS:Nosotras hemos nacido en un país único: Cuba al final de los años 70. Como todo niño cubano de entonces, nuestra formación apuntaba a hacer de nosotras el “hombre nuevo”. Cada mañana debíamos jurar en nombre del comunismo seguir el ejemplo del Che Guevara. Una técnica de adoctrinamiento, pero también la promesa de una vida digna de ser vivida. Repentinamente ese país se derrumbó. La caída del muro de Berlín significó el regreso de Cuba a la dura realidad del mundo. Nadie estaba preparado. Mucho menos nosotros, los adolescentes a quienes nos fue prometido un futuro radiante.
A esto se le agregó la decepción de ver desaparecer todos los valores que habían sido el corazón mismo de nuestra educación. Y nuestra generación -la que debía realizar las promesas del sistema- sólo soñaba con dejar la isla. Eso fue lo que nosotras hicimos. Emigrar es un proceso doloroso independientemente del lugar de donde uno venga, pero en el caso de los cubanos toma un giro particular porque implica un desarraigo doble: el de la cultura y el de un sistema político. El desfase es perpetuo. Nosotros somos la memoria viva de un mundo que desapareció, de un mundo que hubiera podido parir otra sociedad. De ahí esta especie de nostalgia que impregna nuestra existencia. Como cuerdas que vibran en el vacío, no encontramos resonancia ni en la Cuba actual, ni en otro sitio. Y esto nos conduce inevitablemente a cuestionarnos sobre nuestra identidad, a explorar el país fósil anclado en nosotras y a través de él nuestro propio imaginario.
(Fuente del texto: Pressbook-Suria Comunicación)