PAÍS: España (2022)
DIRECCIÓN: Alauda Ruiz de Azúa
AÑO Y LUGAR DE NACIMIENTO DE LA DIRECTORA: 1978, Baracaldo (España)
INTÉRPRETES: Laia Costa, Susi Sánchez, Ramón Barea, Mikel Bustamante, Amber Williams, Lorena López, José Ramón Soroiz, Leire Ucha, Elena Sáenz, Asier Valdestilla García, Nerea Arriola, Juana Lor Saras, Justi Larrinaga, Isidoro Fernández
GUIONISTA: Alauda Ruiz de Azúa
FOTOGRAFÍA: Jon D. Domínguez
MÚSICA: Aránzazu Calleja
GÉNERO: drama
PRODUCCIÓN: Encanta Films, Sayaka Producciones, BuenaPinta Media, RTVE, EITB, Orange, ICAA, Gobierno Vasco, Comunidad de Madrid, Crea SGR
DISTRIBUIDORA EN ESPAÑA: BTeam Pictures
AGENCIA DE COMUNICACIÓN: MadAvenue
DURACIÓN: 104 minutos
PREMIOS: 8 premios en el Festival de Málaga de 2022
Amaia (Laia Costa) acaba de ser madre y se da cuenta de que no sabe muy bien cómo serlo. Al ausentarse su pareja por trabajo unas semanas, decide volver a casa de sus padres, en un bonito pueblo costero del País Vasco y así compartir la responsabilidad de cuidar a su bebé. Lo que no sabe Amaia es que, aunque ahora sea madre, no dejará de ser hija.
CRÍTICA:
El Festival de Málaga suele marcar el termómetro del estado del cine español de primavera y verano, y sirve como escenario de presentación de alguna pequeña joya española del cine independiente, que no siempre es tenida en cuenta por los académicos de nuestro cine. Un ejemplo es la Biznaga de oro de este año, la ópera prima en la dirección de largometrajes de Alauda Ruiz de Azúa, una cineasta con una trayectoria en el cortometraje, que se presentó en la sección Panorama de la Berlinale, y que es uno de los dramas españoles más potentes de los últimos años, con un guion muy bien trabajado y un reparto, en especial las dos actrices, ambas premiadas ex aequo en el festival de la Costa del Sol, que emociona y refleja la realidad de muchas familias que se tienen que enfrentar por primera vez a la maternidad.
El punto de partida es el de una pareja, Amaia y Javi, que viven y trabajan en Madrid, y que acaban de tener una niña, lo que provoca un cambio en sus vidas, por las dificultades para congeniar la vida personal y la profesional y para repartirse las tareas del hogar.
Pero la película no sería igual sin la presencia de Laia Costa y Susi Sánchez que están magníficas en los papeles de Amaia y Begoña, dos mujeres con personalidad, y que logran emocionar en un par de situaciones. La protagonista de "Victoria (2015)" está inmensa en un personaje con una gran carga dramática, y lo hace sin estar exagerada y con una gran naturalidad. Lo mismo podríamos decir de la veterana actriz, en un duelo interpretativo de alturas. Ambas soportan el peso de la película, y pese a que todavía falta mucho cine español por estrenarse en 2022, y que igual no se acuerdan de ellas cuando tengan que nominar, ambas deberían ser candidatas a los Premios Goya.
Koldo y Javi no tienen la fuerza y la personalidad de Amaia y Begoña, y esta película refleja muy bien ese contraste de caracteres entre unas mujeres de armas tomar y unos hombres más comedidos y silenciosos.
Una película que recomiendo, ya que es asequible por la temática y por transmitir mucho sin tener un ritmo pausado.
Ojalá funcione en su estreno en los cines españoles, porque lo merece por su calidad, en un ejemplo más de que el cine español actual tiene buenas películas (también hay malas como en todas las cinematografías).
LO MEJOR: Las interpretaciones de Laia Costa y Susi Sánchez. El guion.
LO PEOR: Algún asunto que se introduce en la parte final.
Fui madre de un niño hace cinco años. Mi maternidad cambió muchas cosas en mi vida, entre ellas, la forma en que veía a mis padres. Yo me había convertido en madre y ellos en abuelos. Más que un evento idílico, la maternidad me pareció un meteorito que arrasó con todo y provocó que las relaciones familiares no volvieran a ser las mismas. Mi familia se había convertido en otra. Uno de esos cambios vitales que no tienen marcha atrás.
Cuando nos convertimos en padres, tenemos la sensación de convertirnos en adultos. Y, sin embargo, a menudo, basta una frase o una mirada de nuestra madre para volver a sentirnos como críos. He escrito y dirigido esta película pensando que somos hijos de ida y vuelta. He llevado a Amaia, mi protagonista, a vivir la vida de su madre a su edad. Se da la paradoja de que Amaia llega a entenderla como madre pero sigue necesitándola como hija.
(fuente del texto: pressbook-BTeam Pictures)