EL HOMENAJE DE CHAZELLE AL CINE CLÁSICO
DIRECCIÓN: Damien Chazelle
FECHA Y LUGAR DE NACIMIENTO DEL DIRECTOR: 19 de Enero de 1985, Providence (Estados Unidos)
INTÉRPRETES: Diego Calva, Margot Robbie, Brad Pitt, Jean Smart, Katherine Waterston, Tobey Maguire, Li Jun Li, Olivia Wilde, Max Minghella, Eric Roberts, Lukas Haas, Rory Scovel
GUIONISTA: Damien Chazelle
FOTOGRAFÍA: Linus Sandgren
MÚSICA: Justin Hurwitz
GÉNERO: drama
PRODUCCIÓN: Paramount Pictures, Material Pictures, Marc Platt Productions
DISTRIBUIDORA EN ESPAÑA: Paramount Pictures
DURACIÓN: 188 minutos
PREMIOS: 27 premios, incluyendo uno en los Critics´choice 2023
Del oscarizado director, Damien Chazelle, BABYLON es una historia épica original ambientada en Los Angeles durante los años 20, protagonizada por Brad Pitt, Margot Robbie y Diego Calva, junto a un reparto coral donde destacan Jovan Adepo, Li Jun Li y Jean Smart. Una historia de ambición y excesos desmesurados que recorre la ascensión y caída de múltiples personajes durante una época de desenfrenada decadencia y depravación en los albores de Hollywood.
(fuente de la sinopsis, del cartel y de las imágenes: Paramount Pictures)
El nuevo trabajo de Damien Chazelle, el responsable de "Whiplash" y "La La Land (la ciudad de las estrellas)", es una película con mucho ritmo, y que no es sencilla por su excesivo metraje y su riesgo formal y argumental. Una cinta que tiene unas cuantas escenas potentes, algunos momentos divertidos, y que durante la primera mitad logró mantener mi interés, en ese homenaje al séptimo arte, y que refleja bastante bien las dificultades de muchos intérpretes para realizar bien su trabajo en el paso del cine mudo al sonoro.
El tercio final es menos interesante, con algunas escenas alargadas en exceso y otros que son innecesarias, pero que tiene un final magnífico que sirve como resumen de lo visto anteriormente y que recuerda en lo que nos cuenta al desenlace de "Cinema Paradiso", eso sí en el caso de "Babylon" asumiendo un mayor riesgo técnico tanto a nivel de montaje como en la dirección de fotografía y el uso de los colores.
La película se desarrolla principalmente en las décadas de los 20 y 30 del siglo pasado, terminando en la de los 50, y por el camino vamos viendo la evolución del cine, el rodaje de una película y lo que rodea a ese momento tan importante, pero también muchas fiestas, con música, alcohol, drogas y desenfreno, con la presencia de muchos aspirantes a subirse al carro de Hollywood, y que están dispuestos a hacer cualquier cosa por se incluidos en ese nuevo proyecto cinematográfico que se está fraguando entre bambalinas.
Todo se inicia con un prólogo en donde nos presentan a un joven de origen mexicano Manny Torres, en la primera de las escenas divertidas, pese a sus excesos escatológicos, y que será el punto de partida por el que este muchacho llegue, de manera casual, a una mansión de un millonario.
En ese lugar se organizan fiestas a las que acuden gente que forma parte de la industria del cine, y otros más desconocidos que quieren meter la cabeza en algún nuevo proyecto que se está fraguando, entre ellas Nellie LaRoy, una aspirante a actriz que se cuela en uno de esos eventos pese a no estar invitada, y la presencia del actor de prestigio Jack Conrad.
En ese lugar se organizan fiestas a las que acuden gente que forma parte de la industria del cine, y otros más desconocidos que quieren meter la cabeza en algún nuevo proyecto que se está fraguando, entre ellas Nellie LaRoy, una aspirante a actriz que se cuela en uno de esos eventos pese a no estar invitada, y la presencia del actor de prestigio Jack Conrad.
El protagonista masculino es el actor mexicano Diego Calva, que lo hace bien, en especial en ese tercio final en donde cambia de registro y consigue emocionar en algunas escenas dramáticas potentes (en especial en el epílogo). Es difícil no coger cariño a Manny Torres, que es una isla dentro de un conjunto de personas egoístas y ególatras.
Brad Pitt interpreta al actor Jack Conrad, un hombre rico y de gran popularidad, aunque su mejor época en el mundo del cine ya ha pasado, y que nota mucho el paso del cine mudo al sonoro. Un gran trabajo del actor estadounidense, en un personaje que le viene como anillo al dedo, y que tiene mucha ironía, y que al igual que Robbie mantiene el tipo en esa historia con tanto ritmo y excesos.
Damien Chazelle demuestra su talento a la hora de imprimir su selo visual al proyecto, y en la dirección de actores y actrices, pero en este caso el guion escrito por el propio director es bastante mejorable, con unos momentos brillantes, y otras situaciones mal planteadas.
Este tema de los cambios importantes en la industria de Hollywood con la llegada del sonido se aborda bastante bien en la segunda mitad, sin ser novedoso ya que ha sido tratado por otras películas anteriormente, y mucho mejor contado (un ejemplo "El crepúsculo de los dioses").
El otro aspecto positivo es el musical, con una banda sonora compuesta por Justin Hurwitz, el habitual del director estadounidense, que es pegadiza, y encaja perfectamente en lo que necesita una película con tanto ritmo, que alterna con algunos parones. Esta banda sonora, que ha sido premiada por los Globos de oro, con la misma estructura de "La La Land" (sin canciones), y en los momentos de pausa me recordó a la música de "El apartamento".
Este tema de los cambios importantes en la industria de Hollywood con la llegada del sonido se aborda bastante bien en la segunda mitad, sin ser novedoso ya que ha sido tratado por otras películas anteriormente, y mucho mejor contado (un ejemplo "El crepúsculo de los dioses").
El otro aspecto positivo es el musical, con una banda sonora compuesta por Justin Hurwitz, el habitual del director estadounidense, que es pegadiza, y encaja perfectamente en lo que necesita una película con tanto ritmo, que alterna con algunos parones. Esta banda sonora, que ha sido premiada por los Globos de oro, con la misma estructura de "La La Land" (sin canciones), y en los momentos de pausa me recordó a la música de "El apartamento".
En cuanto a los aspectos técnicos y artísticos, es donde el proyecto tiene más luces y sombras. No me termina de convencer la fotografía de Linus Sandgren, aunque sí me parece brillante el empleo del color en el epílogo. El montaje funciona bastante bien hasta el tercio final, con un gran trabajo de Tom Cross (otro técnico de cabecera de Chazelle), en especial en las escenas de la fiesta y el rodaje. Pero en el tercio final la película tiene escenas excesivamente alargadas, otras que se podían haber eliminado porque no aportan nada, y por contra hay algunas situaciones que se abordan de manera precipitada.
Tanto el diseño de producción, la recreación de la época y el diseño de vestuario son de gran nivel.
La película es un espectáculo visual y sonoro que no aburre, salvo el tercio final, hay un homenaje al cine que se hacía hace 100 años, y unas buenas actuaciones.
Tanto el diseño de producción, la recreación de la época y el diseño de vestuario son de gran nivel.
La película es un espectáculo visual y sonoro que no aburre, salvo el tercio final, hay un homenaje al cine que se hacía hace 100 años, y unas buenas actuaciones.
Pese a todo ello no es una película sencilla, por su riesgo formal, y generará opiniones muy diversas y extremas. En mi caso, estoy más del lado de los que la he disfrutado, pero comprendo a los que les decepcione.
LO PEOR: Hay escenas excesivamente largas y otras innecesarias en el tercio final.
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