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UNOS DÍAS PARA RECORDAR ( 2014 )

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EL VETERANO JEAN BECKER DIRIGE UNA COMEDIA QUE SE DESARROLLA EN UN HOSPITAL, Y PROTAGONIZADA POR GÉRARD LANVIV

PRODUCCIÓN: FRANCIA ( 2014 )
DIRECCIÓN: Jean Becker
INTÉRPRETES: Gérard Lanvin, Fred Testot, Jean-Pierre Darroussin, Swann Arlaud, Daniel Guichard, Anne-Sophie Lapix, Claudia Tagbo, Philippe Rebbot, Mona Jabeur
GÉNERO: Comedia
DISTRIBUIDORA: A Contracorriente Films
DURACIÓN: 81 minutos

SINOPSIS:

Después de caerse al río Sena, Pierre debe pasar cuatro semanas de convalecencia forzosa en el hospital. Allí no para de recibir, a todas horas, las visitas de amigos, familiares, otros pacientes y personal médico.... Atrapado en su cama con tiempo para reflexionar, se da cuenta que su convalecencia le brindará la oportunidad de empezar una nueva vida.
 ( FUENTE: A CONTRACORRIENTE FILMS )
 ( FUENTE CARTEL: A CONTRACORRIENTE FILMS )
 
CRÍTICA:
Jean Becker, el hijo del gran director clásico Jacques Becker sigue trabajando a sus 81 años, y aunque nunca ha llegado al talento de su padre al menos tuvo unas películas decentes a lo largo de su carrera. Pero lleva unos años bastante perdido, y aunque siempre se ha hecho un cine bastante cercano a los espectadores, en otra época ha sabido mezclar calidad y fácil acceso al público. En este caso ha realizado una propuesta bastante clásico, con algunas ideas destacadas, pero que no consigue hacer reír teniendo en cuenta que es una comedia. Nos volvemos a encontrar otra película francesa más, cuya historia se desarrolla en un hospital, al igual que "Hipócrates ( 2014 )".



Con un magnífico comienzo, de un plano secuencia que recorre las orillas del Sena, hasta que se produce la caída de Pierre Laurent ( Gérard Lanvin ) al río. A partir de aquí casi todo sucede en el interior del hospital, con un guión muy teatral, en donde el gran protagonista es Lanvin y en por esa habitación van circulando diferentes personajes. El gran problema no es el guión, sino la mala elección del actor que encabeza el reparto. Gérard Lanvin no tiene carisma y no funciona en una historia cómica, y hay otros intérpretes que están mucho mejor, y que en algún caso aparecen muy poco tiempo. Su personaje también es aburrido, y da se puede sacar poco jugo a su vida y la relación con el resto de gente, y este sí es un problema del guión. 


Las apariciones de Claudia Tagbo ( la enfermera Myriam ), y de la niña que quiere coger prestado el ordenador de Pierre para poderse conectar al facebook, son mucho más empáticas con los espectadores, y en el caso de la primera hay una buena actuación. La historia es sencilla, con pocos giros, y algunas sorpresas no esperadas, y que va de menos a más, terminando de manera aceptable. Pese a no tener situaciones cómicas tampoco es aburrida, y en su última hora consigue mantener la atención por esos personajes que van entrando y saliendo de la habitación. 
Amable y que afortunadamente no busca un giro hacia el drama, y que la historia del gato y del chapero que le ha salvado de la muerte ahogado, son unos alicientes para que aprobemos esta cinta tan sencilla y que tampoco pretende nada más, a diferencia de su anterior película "Mi encuentro con Marilou ( 2012 )", que gustó a parte de la crítica, y en donde sí que había un giro que estropeaba la historia inicial.

 
Recomendable a los aficionados al cine francés, y sobre todo a los que quieran ver una película amable y sencilla, y en donde hay varias situaciones que les pueden hacer sonreír. En los títulos de crédito finales hay un homenaje al cine clásico, con unos títulos que recuerdan al cine romántico francés.

SPOILERS:
Las escenas más divertidas son los masajes que le dan al protagonista, y cuando Pierre se acuerda de lo sucedido y que la causa es que se le había escapado su gato, y el vehículo al evitar atropellar al animal arrolla al protagonista, que cae al Sena. Ese visionado de lo sucedido es divertida. 
En la parte final entra en juego el chapero, al que el protagonista termina dando un trabajo en su casa, para ayudarle cuando salga del hospital. Cuando llega a casa el protagonista se encuentra con el gato que ha vuelto, y se encuentra en la puerta de su casa.
La niña que necesita el ordenador aparece con un bebé, y nos enteramos que el niño es suyo, y es una chica muy alegre y que se toma la vida con filosofía. Este personaje también me gusta.


LO MEJOR: Las apariciones de Claudia Tagbo. El plano secuencia inicial recorriendo el Sena.
LO PEOR: Tiene pocas situaciones cómicas. La actuación de Gérard Lanvin.

CRÍTICAS EN BLOGS Y MEDIOS ESPECIALIZADOS:

Guillemette Odicino en Télérama  1,5 / 5

Nota IMDb:

Get Well Soon (2014) on IMDb

Nota Filmaffinity: 5,8 / 10

ENTREVISTA DEL DIRECTOR:

¿Qué es lo que le atrajo de la novela de Marie-Sabine Roger, de la que ya había adaptado “Mis tardes con Marguerite”, hasta el punto de querer llevarla a la pantalla?

Marie-Sabine tiene el don de crear personajes de enorme humanidad. Lo que me gustaba, esta vez, era su manera de tratar el mundo hospitalario en clave de comedia, con ligereza y no con esa tristeza que produce la enfermedad. Pero quizá, "Unos días para recordar" ha sido un poco más difícil de adaptar que “Mis tardes con Margueritte”. Lo hemos conseguido alejándonos, probablemente, un poco del texto, pero hemos tratado de mantener ese tono de comedia de esta obra que se desarrolla en un ambiente cerrado aunque incluye también algunos flash-back. Como rayos de luz que ayudan a entender la vida del personaje protagonista.


¿Cómo ha sido el trabajo de adaptación del libro? ¿Qué elementos ha reforzado o aligerado?
Ya había mucho material existente, aunque sólo sea porque, en la novela, Marie-Sabine había optado por narrar la historia y describirla con una voz en off. Le pedí que escribiera diálogos y que visualizara las escenas, que le diera vida a todo para hacerlo cinematográfico. Luego, Jean Loup Dabadie, con ese talento natural que posee, aportó ese tono crujiente y gráfico a los diálogos.

¿De qué trata la historia?
Trata de un hombre que está en el hospital contra su voluntad porque un coche le ha atropellado y le ha tirado al Sena, accidente del que no recuerda nada. Poco a poco, se van sucediendo ciertos encuentros que le van a cambiar la vida. En primer lugar, los miembros del personal - auxiliares, médicos, enfermeras, - luego las visitas y, por último, los personajes variopintos que pueblan el hospital. Lo que más me gustó fue, precisamente, esta pluralidad de personajes que gravitan alrededor del papel de Pierre que Gérard Lanvin interpreta con fuerza y maestría. Es, al mismo tiempo, la víctima y un personaje muy divertido. 

¿Por qué se le ocurrió ofrecerle el papel a Gérard Lanvin? ¿No podríamos pensar que es un papel escrito para él, que se le parece?
Quería un actor viril, fuerte, al que no le cuelan ni una. Y, al mismo tiempo, quería que se descubriera rápidamente en su interior una cierta fragilidad. Un cascarrabias con un buen corazón escondido en el fondo de su ser, que fuera capaz de evolucionar gracias al contacto con los demás, que fuera dejando brotar sus emociones. Por este motivo elegí a Gérard para el papel de Pierre, porque, como lo conozco desde hace mucho, sé que es así en la vida real. Estuvimos a punto de trabajar juntos en “La fortuna de vivir” hace unos quince años. 
 
¿Y durante estos quince años, nunca ha perdido la esperanza de trabajar con él?
No, claro, sobre todo teniendo en cuenta que nuestra amistad se remonta más allá, porque Gérard tuvo la amabilidad de venir a ayudarnos a dar las réplicas en los ensayos de “Verano asesino”, hace treinta años.  Siempre he querido trabajar con él, he seguido de cerca su carrera. Estaba esperando el papel ideal para ofrecérselo. Si se hubiera negado me hubiera quedado un poco descolocado.

¿Y esta primera colaboración ha estado a la altura de lo esperado?
Realmente me ha encantado ver al actor, que me ha embobado y engatusado, pero también ver la percepción que tenía del personaje, al que ha ido nutriendo con sus propias reflexiones y al que ha dado una gran profundidad. Ha añadido detalles que yo no me había ni imaginado, tanto en el registro de la comedia - muy presente en la película -, como en el drama. Aparece en la película como casi nunca le hemos visto. Fuerte y frágil a la vez, ¡fantástico!

¿En qué se parecen ustedes dos, cinematográfica y personalmente?
Lo que nos gusta en las películas son las relaciones humanas. Gérard, en la vida real, es una persona honesta, y yo también creo que lo soy en las decisiones que tomo. No trato de sorprender a nadie sino de contar historias a la gente. Somos cuentacuentos, hedonistas. Como decía Jean Cosmos: nos encanta la buena vida.

¿La relación que le une con Gérard Lanvin es la misma que le unía a Jean Paul Belmondo o a Jacques Villeret?
Sí, y podría meter en el mismo saco a Albert Dupontel, Jean Pierre Darroussin, Daniel Auteuil … Son relaciones que se fundan en la amistad. No concibo la confección de una película si no es así. Esta relación puede ser más o menos profunda, pero necesito de esa amistad, de esa confianza, para avanzar.
Tenemos las mismas aspiraciones, las mismas ganas de trabajar cuando toca y de reírnos también cuando toca, de pasar juntos veladas memorables. Puedo considerarlos mis amigos.



¿El personaje interpretado por Gérard Lanvin tiene, al principio, un pequeño problema con los jóvenes, las mujeres y los homosexuales? ¿Podemos pensar que es un poco retrógrado?
Yo no diría retrógrado. Es un tipo normal. Todos tenemos, creo, bloqueos, todos podemos ser víctimas de ideas preconcebidas. El posicionamiento con respecto a la homosexualidad, por ejemplo, ha empezado a cambiar hace muy poco. El de mi personaje protagonista también se va modificando a lo largo de la película. Al principio, se defiende y luego se enfada consigo mismo, y es así como va abriéndose a los demás.

A este personaje, que tiene sesenta años bien cumplidos, la vida le ha dado muchos golpes. ¿La idea de que podemos cambiar a cualquier edad, independientemente de lo que hayamos vivido, también le parecía un tema atractivo?

Sí, por razones personales. Seguramente se acuerda de esa hermosa película de Claude Berri “El viejo y el niño”. Uno de mis abuelos era exactamente como el personaje interpretador por Michel Simon: antibolchevique, homófobo, racista, antisemita. Poco a poco, porque le quería mucho, conseguí que fuera cambiando de opinión. Nunca me lo dijo, pero se dio cuenta de que estaba equivocado.


¿Qué es lo que le gustaba de Claudia Tagbo y de Fred Testot, que interpretan a una enfermera y a un inspector de policía? ¿Cómo dio con ellos?
Había visto a Claudia en sus one woman shows y me hacía mucha gracia. No le pedí que hiciera un número cómico en la película, sino que interpretara a un personaje muy amable, agradable y sensible. Es una magnífica actriz. En cuanto a Fred, sigo su carrera desde hace mucho tiempo. Los sketches del SAV en Canal+, que hacía con Omar Sy, siempre me divirtieron mucho. Es un poco como Claudia, empleado aquí un poco a contrapelo - en un papel que no se ajusta a su físico ni a su carácter -, pero creo que le va muy bien.

¿Por qué  Anne Sophie Lapix, una periodista? ¿Y el cantante Daniel Guichard?
Siempre es divertido e interesante trabajar con tipos de fuerte personalidad, como son ambos. Y aquí, lo que ha primado es la idea del papel contra natura, a contrapelo, improbable, en todo caso, en un empleo distinto al que tienen en su vida real. Anne-Sophie siempre se encuentra muy cómoda, es increíblemente cinegénica. En cuanto a Daniel, es un animal de escena, no podía estar mal.

¿Por qué eligió a Jean Pierre Darroussin para el personaje del Hermano, tan poco parecido al personaje protagonista? 
Jean Pierre, con el que ya había trabajado en “Conversaciones con mi jardinero”, es un actor que me encanta y que tiene tantas facetas… divertido, amable, tierno. Las tres escenas en las que nos ha hecho el honor de aparecer son muy importantes en la película. Mi padre solía decir: no hay papeles protagonistas y secundarios, sólo hay personajes de los que te acuerdas o de los que no te acuerdas. Lo que Jean Pierre aporta a la película ilustra perfectamente estas palabras. En este hospital, que sirve de telón de fondo a la película, esas personas a las que llamamos "las eminencias"– esos intelectuales en el ámbito académico - no salen muy bien paradas…

No dudo de su nivel de estudios y de sus competencias, son profesionales super preparados, que salvan vidas. Pero quería hablar de ciertas actitudes. Me las he visto, dos o tres veces, con gente que, permítame la expresión, se lo tiene muy creído. Por tanto, sí, tenía una pequeña cuenta que ajustar con ellos. Sin acritud.


¿Qué mensaje quería transmitir con la película?
Que siempre hay que desconfiar de los prejuicios. La gente a la que vamos conociendo, muy distinta toda ella, pueden irnos transformando profundamente. 
 ( FUENTE: A CONTRACORRIENTE FILMS )
 

TRAILER:




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