PAÍSES: Francia-España (2024)
DIRECCIÓN: Javier Rebollo
FECHA Y LUGAR DE NACIMIENTO DEL DIRECTOR: 14 de septiembre de 1969, Madrid (España)
INTÉRPRETES: Félix Moati, Pilar López de Ayala, Ilies Kadri, Jan Budar, Farouk Saidi
GUIONISTA: Javier Rebollo
FOTOGRAFÍA: Santiago Racaj
GÉNERO: comedia
PRODUCCIÓN: Paraiso Production, Sideral Films, Eddie Saeta S.A, Noodles Production, Centre National du Cinéma et de l’image animée (CNC), ICAA, ICEC, Eurimages, Creative Europe – MEDIA Programme
DISTRIBUIDORA EN ESPAÑA: Sideral Cinema
DURACIÓN: 97 minutos
1901, el aventurero y operador de los hermanos Lumière Gabriel Veyre desembarca en el País de Nour con un contrato de tres meses para introducir al Venerable Sultán en los misterios del cinematógrafo. Un ensueño fantasmagórico, humorístico y aterrador pero debidamente científico sobre los pioneros del cine.
El cuarto largometraje del cineasta español Javier Rebollo, es un homenaje a los inicios del cine, que tiene un gran envoltorio estético, pero que la historia que cuenta es bastante desigual, en ese intento de contar en poco más de hora y media una etapa de la vida de Gabriel Veyre, el operador de cámara de los hermanos operador Lumière.
El cineasta no adapta la vida de Veyre, sino que se inspira en ese personaje real, para crear su propia historia a principios del siglo XX, en la llegada de este personaje de gran importancia en los inicios del séptimo arte, junto a un sultán para el que trabaja en ese lugar tan extraño creado por los técnicos de la película.
No termina de funcionar esa mezcla de géneros, ni ese tono teatral, pero la película no aburre que no es poco, y me interesa más lo que sucede cuando está presente el personaje del sultán, junto al protagonista, o algunos de sus súbditos, además de esos homenajes al mundo del cine, que están muy bien seleccionados y dosificados sin ser el centro de la historia, sino que se introducen a cuentagotas.
Uno de los problemas de la película es cuando aparece en escena el personaje femenino, en la segunda mitad, que tampoco aporta nada, salvo desviar la atención a otro tema que personalmente no me parece interesante.
La fotografía de Santiago Racaj es de gran nivel, y es el principal aspecto positivo de la película, junto al trabajo en la sala de montaje. Por contra, no me terminan de convencer las interpretaciones, sin estar mal, tanto Félix Moati que da vida a Gabriel Veyre, como Ilies Kadri que interpreta al sultán o la actriz española Pilar López de Ayala como Jeanne, la esposa del protagonista.
Una película que puede tener su público, porque se sigue con agrado, y cuenta una historia que puede interesar a los que disfrutan con esas historias de época que se desarrollan en un espacio reducido.
LO MEJOR: la fotografía.
LO PEOR: las interpretaciones.
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