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ENTRE AMIGOS ( 2015 )

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LA MAREJADA EN UNAS VACACIONES DE VERANO


PRODUCCIÓN: FRANCIA ( 2015 )
DIRECCIÓN:Olivier Baroux
INTÉRPRETES:Daniel Auteuil, Gérard Jugnot, François Berléand, Zabou Breitman, Mélanie Doutey, Isabelle Gélinas, Jean-Philippe Ricci, Justine Bruneau
GÉNERO: Comedia
DISTRIBUIDORA: Festival Films
DURACIÓN: 90 minutos

SINOPSIS:
Richard, Gilles y Philippe son amigos de toda la vida. Un verano, alquilan un magnífico yate junto a sus novias y se embarcan en un viaje de placer hacia Córcega. Pero la convivencia a bordo no siempre es fácil. Especialmente porque cada pareja tiene sus propios problemas y el temporal en alta mar no facilitará precisamente las cosas. Entre risas y confesiones, las quejas y los celos salen a la superficie. Cada uno deberá revisar su propia vida y sus relaciones con los demás. ¿Sobrevivirá la amistas a la tormenta?
 ( FUENTE: FESTIVAL FILMS ) 
 ( FUENTE CARTEL: FESTIVAL FILMS )

CRÍTICA:
El actor y director Olivier Baroux nos presenta su séptimo largometraje, una comedia con un reparto coral encabezado por Daniel Auteuil. Una reunión de amigos que se desarrolla en el interior de un barco rumbo a Córcega, que comienza de manera alegre y según pasan los minutos se transforma en unas conversaciones en donde se echan en cara aspectos del pasado y presente.
Los diálogos podían haber tenido más profundidad o ionía, pero que cae en los tópicos de muchas comedias actuales, en donde el cine europeo está cayendo en los mismos errores que algunas películas rodadas en Hollywood.
 


El reparto está bien y no es el problema de la película, en donde destaca la solvencia de Auteuil ( Richard ) y la vis cómica de Gérard Jugnot ( Gilles ). Este último es el que consigue divertir de manera natural y sin necesidad de exageraciones. Jean-Philippe Ricci ( Battistu ) y Justine Bruneau ( Cathalina ) son las sorpresas más agradables en el papel del capitán de barco y la cocinera, que aportan juventud y un toque diferente que anima la historia en los momentos de mayor parón.
En la segunda mitad, cuando se han desatado todas las tormentas personales coincide con la mala climatología y el mar está mas embravecido llevando el barco va a la deriva. Este segundo conflicto tampoco aporta nada nuevo si lo comparamos con otras cintas de aventuras, pero al menos intenta dar un giro y cuenta con una buena factura técnica teniendo en cuenta su bajo presupuesto.

 

Los efectos visuales y sobre todo el sonido y la banda sonora de Martin Rappeneau son destacables, y en el caso del hijo de Jean-Paul su música esta presente en dos películas francesas que llegan el mismo día a los cines españoles, " Entre amigos " y " Grandes familias ( 2015 ) ".
Tiene algún buen gag visual, pero los diálogos carecen de la profundidad cómica y termina siendo una película francesa menor, agradable e ideal para los espectadores menos exigentes.

SPOILERS:
Me quedo con la presentación inicial de los personajes en el puerto y cuando conocen a Battistu y Cathalina, el reparto de habitaciones y la primera cena, luego entra en un parón y se anima en la escena en el mar cuando parece que se acerca un tiburón y las escenas del naufragio. 
Al final plantean el próximo reencuentro y vuelven a discutir sobre las fechas, aunque coinciden en que mejor en tierra firme en una isla.


LO MEJOR: La actuación de Daniel Auteuil.
LO PEOR:Tiene pocas situaciones cómicas.


CRÍTICAS EN BLOGS Y MEDIOS ESPECIALIZADOS:

Javier Cortijo en Cinemanía  2,5 / 5 

Elisabet Pereira en Críticas en 8mm  6 / 10

Pablo Parrilla en Cine en Serio  3 / 5

Isabelle Régnier en Le Monde  1 / 5

Nota IMDb:

Entre amis (2015) on IMDb

Nota Filmaffinity: 5,2 / 10


ENTREVISTA AL DIRECTOR:

Entre amigos es tu séptima película como director. ¿Cómo surgió la idea?
La idea de hacer esta película viene de Richard Grandpierre, que es, al mismo tiempo, el productor y el autor original del filme. Hacía ya tiempo que tenía ganas de volver a reunir en la gran pantalla a Daniel Auteuil y a Gérard Jugnot, al que conoce desde hace mucho, para que ambos colaborasen con François Berléand. Richard escribió el guion con Eric Besnard, con quien yo ya había trabajado en Quiero ser italiano. Así que al final no tuve más remedio que subirme al carro. Al principio, se barajó la posibilidad de que Richard dirigiese la película. Yo lo estuve animando durante mucho tiempo diciéndole que se trataba de una oportunidad muy bonita, pero, al final, tuvo la honradez de reconocer que no se atrevía a hacerlo porque el proyecto se le hacía demasiado pesado. Así fue como Richard me concedió el maravilloso regalo de dirigir Entre amigos.


¿Qué era lo que tanto te atraía? 
Lo hice porque el tema me llamaba mucho la atención. A lo largo de mi vida, he tenido la suerte de hacer varios viajes de este tipo en barcos pequeños del estilo, como uno inolvidable que hice con Kad en las Granadinas. Igual que le pasa a Gérard Jugnot en la película, en aquella época decidí dejar de fumar… ¡y aquello salió fatal! Desde que empecé a leer el guion supe que podría contar todo aquello añadiéndole además la promiscuidad en un barco, el problema de tener que quedarse en el mar durante días, el mal tiempo, la gente enferma a bordo o los que, como le pasa a Isabelle Gélinas en la película, prefieren estar fuera todo el tiempo haga el tiempo que haga. Todo se magnifica en un contexto como este. Durante los dos primeros días todo es maravilloso pero cuando nos damos cuenta de que todavía quedan seis días más, ¡puede llegar a ser una auténtica pesadilla! Más allá de la historia, tengo que decir que el aspecto técnico también me fascinaba. No siempre se tiene la oportunidad de poner en escena una tormenta...


Ese es otro de los aspectos más llamativos de Entre amigos; la parte espectacular de la que hablaremos más tarde y el espacio cerrado de estilo vodevil en el que se encuentran los personajes... No cabe duda de que esos dos elementos me gustaban mucho, pero también me interesaba el poder hablar de la nostalgia. Tengo 51 años, una edad en la que se empieza a rememorar muchas cosas. Yo tengo viejos amigos como los de la película, ¡los típicos amigos de hace 30 años!, así que quería tratar el tema del tiempo que no se detiene y la razón o el modo por el que siguen siendo amigos a pesar de todo. También fue muy interesante imaginar cómo reaccionaría el grupo de amigos si uno de ellos se divorciase y les presentase a su nueva mujer, ¡mucho más joven que él! ¿Cómo podrían aceptar a una intrusa?

Por otro lado, está la metáfora de la tormenta; a veces, la amistad necesita un buen temporal para que sea duradera...  
Es algo evidente, a pesar de que en este caso hayamos ido un poco más lejos. Por suerte, ¡las peleas entre los amigos no suelen ser tan gordas! Hay una escena bastante violenta que se desarrolla en torno a Richard, interpretado por Daniel Auteuil, en la que los personajes ajustan cuentas de manera muy intensa. 

Supongo que el hecho de trabajar con actores experimentados también es una ventaja, ¿no?
Sí, y todos han aportado muchísimo a la película. Zabou Breitman, por ejemplo, ha tenido un papel muy importante para que no odiemos del todo a su personaje. Ha sido ella la que nos ha ayudado a dar con los matices precisos. Todos lo han hecho. Al principio, hicieron un gran trabajo en equipo, cosa que no siempre ocurre en todas las películas. Algunos actores prefieren dejarse llevar por el guión. En este caso, se plantearon muchas preguntas que ayudaron mucho en el desarrollo de la película.

Sin querer desvelar muchos detalles, háblanos del secreto de la producción de Entre amigos. ¿Cómo has encontrado la sintonía entre lo que ocurre en el mar de verdad y lo que se lleva a cabo en el estudio?
Antes del rodaje, visionamos y revisionamos bastantes películas, sobre todo la de Cuando todo está perdido de Robert Redford. ¡Y rápidamente nos dimos cuenta de que teníamos que hacer algo muy distinto a aquello! Así que decidimos tener un barco de verdad y una réplica un poco más pequeña que un velero en el estudio, sobre una plataforma que simulaba el balanceo. Además de en las escenas de tormenta, la maqueta fue muy útil para las secuencias más tranquilas que tenían problemas de iluminación. Cuando se rueda en un barco de verdad, entre la salida del puerto, la instalación del equipo, los cambios de escenas y de planos, y demás solo te quedan cuatro horas enteras al día para grabar. Y no es que no se pueda hacer, pero tardaríamos cuatro meses y eso era inviable con el presupuesto que teníamos. Por tanto, la maqueta del estudio fue fantástica aunque muy complicada técnicamente; tanto que, luego, hubo que añadir imágenes sintéticas del mar. Esto era algo que me preocupaba bastante, aunque me tranquilicé rápido al ver las proezas de Alain Carsoux de La compagnie des images que, justo antes de Entre amigos, acababa de firmar para hacer los efectos especiales de En solitario. En realidad, la parte de la comedia de la película es la más importante. La tecnología simplemente nos ayudó, durante siete semanas de trabajo, a hacer las cosas más espectaculares. En cuanto a las escenas del principio, como las de la llegada y la salida del puerto, se rodaron en Marsella en un velero de verdad durante tres semanas.

Me gustaría destacar brevemente la iluminación de la película, que está muy cuidada y conserva a la perfección la ilusión entre lo que es «real» y lo que es «falso». 
La iluminación tiene el sello de Régis Blondeau, un gran director de fotografía que ha trabajado mucho para lograr una perfecta continuidad lumínica entre planos. Como por ejemplo, en la escena de la cena, que tiene planos en el barco de verdad y planos en el estudio.


Hablando del barco de verdad, ¿tus actores lo han pasado muy mal en el rodaje en mar abierto? 
No, para nada. ¡Lo más difícil era el rodaje en el estudio! Se congelaron de frío cuando tuvieron que estar durante días recibiendo litros y litros de agua a 16 ºC... Para rodar la tormenta, ¡se lanzaban 1000 litros por cada ola! Así que fue sumamente molesto y, a pesar de eso, se adaptaron de manera extraordinaria y se divirtieron con todos los problemas que tuvo el rodaje. Y es que, además del agua y de los distintos tipos de máquinas que se usaban para bombearla, también estaban los ventiladores y el ruido infernal que hacían en plató.



Como director, entre tener que lidiar con los aspectos técnicos y no olvidar nunca el texto ni la escena, ¿qué ha sido lo más difícil? 
La película la rodamos en dos partes. Por un lado, la comedia y, por otro, la tormenta. Esas escenas de acción estaban prácticamente coreografiadas. Los actores sabían exactamente lo que tenían que hacer y esto nos permitió «olvidarnos» un poco de aquello para concentrarnos en el aspecto técnico.


¿Estás de acuerdo si te digo que Entre amigos es, sin lugar a dudas, tu trabajo mejor conseguido en cuanto a la dirección?
Bueno, te lo agradezco mucho, pero creo que se debe sobre todo a la historia. No es la clase de película en la que basta con ponerlo todo en escena, y yo tenía muchas ganas de rodar buenos planos de aquel magnífico barco y otros más complejos de la tormenta. Además, tuve la suerte de contar con todo el material necesario para darle cierta amplitud a la película. Creo que el hecho de tener solo un decorado, el barco, me obligó a ser más creativo.



Antes hablabas de Cuando todo está perdido para referirte a películas en el mar. ¿Viste alguna más antes del rodaje?
Sí, en concreto la de Master and commander de Peter Weir, que utilizaba una técnica diferente con una cisterna sobre una plataforma. El Cómo se hizo es apasionante. También vi Calma total de Phillip Noyce, que fue rodada al completo en mar abierto en un velero. En cuanto a documentación escrita, leí varios relatos de desventuras en travesías, como el terrorífico rodaje de Tiburón de Spielberg.



Hablemos ahora de los personajes uno por uno, empezando por Richard, interpretado por Daniel Auteuil. 
Para empezar, el hecho de mencionar que haya podido trabajar con Daniel Auteuil ya me ha hecho sentir un escalofrío. Tuve la oportunidad de cruzármelo en el rodaje de La hija del pocero, en la que hacía de Kad, donde me dijo que le gustaba mi trabajo. Nos volvimos a ver otra vez en su casa y volvió a decírmelo, lo cual me gustó mucho. Daniel es un gran actor de comedia. Empezó por ahí antes de tener la suerte de cruzarse en el camino de Claude Berri y de convertirse en Ugolin, algo que cambió por completo su carrera. Es una persona generosa, buena, simpática y creativa. Además, forma parte de una generación de actores que yo no conocía como director y es maravilloso trabajar con gente que tiene ese recorrido. Por poner un ejemplo, ni siquiera tuve que dirigir a Daniel en la escena en la que estalla. Lo hizo solito, sumido en una especie de locura. Richard, su personaje, es un tío que ha tenido éxito, que tiene mucho dinero y que ha invitado a sus amigos y a su nueva mujer a unas vacaciones. Lo único es que se ha divorciado justo ese mismo año y para no volver a la casa de siempre donde está su exmujer, alquila un barco. Él es un buen amigo de los de verdad, pero tener dinero supone un problema para sus amigos. Es difícil contentar a alguien cuando eres rico. Tienes que hacerlo con discreción, sin hablar de ello y corriendo el riesgo de que te lo reprochen. En un momento dado les dice: «Estáis celosos».


Gilles, interpretado por Gérard Jugnot…
Sin duda, es el más sencillo de los tres. Cuando le preguntan cuánto necesitaría para no tener que trabajar más, responde que «un millón», mientras que los demás están entre tres y cinco millones. Su único verdadero problema es dejar de fumar. En realidad, tiene otro problema más íntimo y grave que se descubre hacia el final de la historia. Un momento de su vida muy doloroso en el que sus amigos no estaban. Cuando lo cuenta, no lo hace a modo de reproche, sino como una simple confesión. Yo conocía un poco a Gérard, que nos había invitado una vez a Kad y a mí a un espectáculo de la Gala de la Unión de Artistas en el Cirque d'Hiver. Me encontré con una persona sencilla, bastante tímida a la que, al parecer, yo le gustaba mucho. Me dijo que sí a la película muy rápido porque creo que él también estaba entusiasmado con la idea de reencontrarse con su viejo amigo Auteuil en el cine.


François Berléand como Philippe...  
A él lo conocía un poco mejor porque habíamos hecho juntos algunos sketches para su compañía en televisión. Lo había visto varias veces en el teatro, cuyo trabajo me pareció impresionante. También te digo que no ha sido el más fácil de dirigir en el rodaje. François tiene un humor bastante brusco y hemos tenido una especie de relación amor-odio durante seis semanas. Me encantaba nuestra forma de comunicarnos a base de: «Lo que tú digas, campeón» o «Que te acuestes, no tienes ni idea». Mientras que yo le respondía: «Muévete un poco, ¡abuelete!». Interpreta el papel de Philippe, un hombre a punto de resquebrajarse, especialmente con su temible mujer que gana mucho más que él. Para él es un verdadero sufrimiento porque sigue estancado en el modelo rancio en el que el hombre es el que trae el pan a casa. Cuando empiezan el viaje, está claro que es una pareja que está al final del camino...


Pasemos a las mujeres y empecemos por Mélanie Doutey en el papel de Daphné... 
Hice mi primera película con Mélanie, Ce soir je dors chez toi, y es una actriz a la que adoro y que puede interpretar cualquier papel. Encontrarse con actrices así no es lo más habitual. Cuando le propuse hacer Entre amigos me pidió leerlo y, luego, trabajamos juntos su personaje. Ella, al igual que yo, no quería caer en el tópico de la «jovencita atolondrada que se ha casado con un tío forrado». Así que buscamos y encontramos esos pequeños matices que le han dado más profundidad a Daphné, como el ser oftalmóloga. Mélanie tiene 35 años ahora mismo, ya no puede, ni tampoco quiere, interpretar a más crías. Por poner un ejemplo, le hicimos un corte de pelo Bob que la hizo parecer más mujer. Luego también estaba el aspecto cómico y digamos que, sin desvelar tampoco mucho, Daphné no es que tenga mucha suerte a bordo del barco.



Zabou Breitman hace de Astrid...  
Con Kad... Bueno, con ella hay una historia especial. Hace años, nos pidieron presentar el Festival de Cine de Comedia del Alpe d’Huez. Como podrás imaginarte, hicimos el payaso en el escenario y, cuando todo terminó Zabou vino a regañarnos como si fuese el colegio. Cuando me sugirieron su nombre para la película esperaba que no se acordase de aquello y, por suerte, ¡así fue! Ni siquiera hemos hablado nunca de ello. Sobre el escenario descubrí a una actriz extraordinaria, así como a una directora que enseguida me brindó todo su apoyo y su total colaboración. Y tanto Zabou me ayudó, siempre aportando ideas y críticas constructivas como decía hace un rato. ¡Toda una suerte! Aparte, tenía que interpretar un papel delicado, él de Astrid, que es una mujer muy rica que trabaja en publicidad, que ha aceptado a duras penas hacer este viaje y que, además, es la mejor amiga de la exmujer de Richard. Está claro que, de entrada, ¡va a odiar a Daphné! En fin, es un personaje que se vuelve insoportable al cabo de un cuarto de hora pero que también esconde un problema real. Todavía quiere a su marido pero no se atreve a reconocerlo.



Y al fin llegamos a Isabelle Gélinas, que hace el papel de Carole. 
Es una actriz a la que sigo desde hace mucho y en la que ya había pensado para otras películas. Una chica maravillosa, encantadora, que confía y se deja llevar por un director. Cuando hubo que meterse en el mar a 11 ºC, ¡fue la primera que se metió en el agua! El personaje de Carole es muy cercano a Gilles, su marido. A bordo, es toda una profesional del mar, lo que supone un descubrimiento para ella porque nunca antes había estado en un barco. Además, es la única que aprecia de verdad el viaje, que no deja de dar las gracias y de decir la suerte que tiene de vivir ese momento. Carole es superactiva y nada sin parar felizmente, lo cual pone de los nervios a Astrid.


Cuéntanos algo sobre Battistu, el comandante del velero. ¡Menudo personaje! 
Al principio, era un patrón de barco yugoslavo, pero aquello no funcionó. La travesía tiene lugar en Córcega, así que su origen se impuso por sí solo. Como conozco muy bien aquella isla, no quería caer en el típico tío muy ligado a sus raíces. Quería un papel más profundo y me acordé de Jean-Philippe Ricci, al que había visto en Un profeta y en Mafiosa, y entonces lo tuve claro. Pero todavía faltaba que él aceptase interpretar un papel de comedia o, más bien, que se viese capaz de hacerlo. Hicimos algunos ensayos y salió redondo, desde el minuto uno. Jean-Philippe tiene un físico y una altura impresionantes, pero desde el momento en que se metió en el registro de la comedia, funcionó a la perfección como solía suceder con aquellos actores que venían de mundos más sombríos. Por otro lado, a pesar de que temía encontrarse con Daniel, François y los demás, todos lo aceptaron rápidamente, como una cooptación. Battistu es un personaje que tiene una autoridad natural y que, sin embargo, es dulce y le gusta tocar la guitarra por las noches en un puente. Es un chico afable que está un poco cansado de llevar continuamente a turistas al mismo sitio cada semana.



¿Y cómo viviste tú este rodaje, tan difícil técnicamente, sobre todo teniendo que dirigir a un grupo de seis actores?
Sinceramente, al principio fue impactante, sobre todo al ver a todos esos grandes actores en mi propia película. Y eso también me permitió observarlos y fijarme en cómo funcionaban. A partir del tercer día, cogí las riendas de manera muy natural y tranquila. El día en el que me canse de trabajar con personas como Jugnot, Auteuil o Berléand, dejaré de dedicarme a esto.



La música de la película también es importante, pues lleva el sello de Martin Rappeneau.
Eso es. Se inspiró en el trabajo de Vladimir Cosma, partiendo de algo un poco más del estilo de la vieja escuela bastante nostálgico y que representaba muy bien el tema de la película, la amistad en el transcurso del tiempo. Le hice leer el guion y trabajó a partir del primer montaje. Ya había colaborado antes con Martin en Les Tuche y es un compositor que ha adquirido mucha amplitud y seguridad. Acaba de componer la música de Grandes familias, la nueva película de su padre, Jean-Paul.


Como ya hemos dicho al principio, Entre amigos ha sido tu séptima película en muy pocos años. ¿Tienes ganas de más o de tomarte un descanso? 
Pues ya estoy con otra película, la continuación de Les Tuche que rodaré en Estados Unidos este verano, pero efectivamente, después sí que me tomaré un respiro. ¡Pero un buen respiro! Es decir, dos años para poder hacer otras cosas quizá algo más personales.
 ( FUENTE: FESTIVAL FILMS )

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