LOS RIESGOS DEL TSUNAMI
PAÍS: España ( 2017 )
DIRECCIÓN: Fernando Arroyo
INTÉRPRETES: María Belón, Emilio Carreño, Gregorio Pascual Santamaría, Elisa Buforn, Gregorio Gomez Pina, Jorge Macías, Begoña Pérez, José M.Martínez Solares
GUIONISTA: Fernando Arroyo,
FOTOGRAFÍA: Antonio Galisteo
MÚSICA: Pablo Cervantes
GÉNERO: Documental
PRODUCCIÓN: Twizé Films, Canal Sur Radio y Televisión
DISTRIBUIDORA EN ESPAÑA: Mosaico filmes
DURACIÓN: 67 minutos
MÚSICA: Pablo Cervantes
GÉNERO: Documental
PRODUCCIÓN: Twizé Films, Canal Sur Radio y Televisión
DISTRIBUIDORA EN ESPAÑA: Mosaico filmes
DURACIÓN: 67 minutos
SINOPSIS:
“ La Gran Ola ” muestra una verdad que a todos da miedo escuchar. Pero no debemos mirar a otro lado. Si lo que plantea la comunidad científica ocurre estaremos ante una de las mayores catástrofes de la historia: un tsunami con olas de entre 5 y 15 metros que en apenas un cuarto de hora llegaría a las costas ibéricas. Y no es una fantasía, como podrán comprobar.
( Fuente sinopsis, cartel e imágenes: Mosaico Filmes )
( Fuentes información de la película: Filmaffinity, IMDb )
CRÍTICA:
Sobre todo nos quieren dar a entender que a pesar del riesgo real que existe en España y Portugal de sufrir un gran Tsunami, éste sigue siendo un tema muy desconocido por la población.
Uno de los aspectos fundamentales que nos muestra el documental son las imágenes aéreas preciosas de todos los pueblos costeros de la zona de Huelva, Cádiz y el Sur de Portugal. La dirección de fotografía es llevada a cabo por Antonio Galisteo de una manera espectacular.
El documental también cuenta con el testimonio de María Belón, que vivió en sus propias carnes los efectos del Tsunami y cuya historia inspiró la película " Lo imposible ".
Puntuación: 6/10
LO MEJOR: El mensaje que lanza.
LO PEOR: Que la historia que nos cuenta pase desapercibida por los políticos.
LO PEOR: Que la historia que nos cuenta pase desapercibida por los políticos.
( Crítica escrita por Christopher Laso )
NOTA DEL DIRECTOR:
Mostramos una realidad de la que hasta ahora nadie ha querido hablar, si exceptuamos algunos científicos o instituciones como el IERD. ¿ Qué pasará cuando se repitan los tsunamis que en el pasado han asolado las costas de España y Portugal ? Aquí, al igual que en el Índico antes del 2004 no se quiere hablar de este tema, probablemente porque piensan que se espantaría al turismo y a la población. Esa es la principal similitud con el caso de María: no se hace nada aunque se conoce el riesgo.
El tsunami, si fuese como el de 1755, se produciría después de un gran terremoto a unos cientos de kilómetros del cabo de San Vicente. Este terremoto ya generaría enormes problemas en toda España y Portugal. Pero en la costas desde Lisboa hasta el Cabo de Trafalgar penetraría kilómetros allí donde no hubiera obstáculos en tan solo veinte minutos. La altura de la ola dependería de las características de la costa y de otros factores. Según los datos que tenemos de estudios publicados, afectaría a cientos de miles de personas y generaría pérdidas económicas elevadisimas. Hay que pensar que durante días amplias zonas no se podrían evacuar, no habría luz eléctrica ni comunicaciones, ni agua potable ni alcantarillado… Habría que evacuar a ciudades completas como Cádiz. Sus hospitales quedarían totalmente colapsados.
¿ Esta realidad dantesca se puede evitar ? SÍ, haciendo lo correcto. Mejorando los recursos de que disponen los magníficos profesionales de este país en el IGN y IEO para que tengamos el mejor sistema de detección posible, pues el actual no permite confirmar la llegada de una ola hasta que llegue a tierra. Dar más medios a Protección Civil en las costas, adiestrar a sus voluntarios, establecer un sistema de alerta eficaz que permita que la gente sepa, en el acto, que va a venir un tsunami. Esto ya se hace mediante sms en Chile y Japón, por ejemplo. Pero sobre todo lo que hay que hacer es concienciar a la gente de que esto es una realidad, de que el hecho de que no haya ocurrido en el pasado reciente es una casualidad. Y sobre todo educar a los más pequeños.
Los que de verdad tenemos que hacer algo somos nosotros. Todos los ciudadanos de las zonas costeras debemos exigir a los gobernantes locales que tomen medidas, que dejen de mirar a otro lado. Y, por cierto, una correcta gestión de estos eventos no perjudica en absoluto al turismo; os invito a visitar Lagos para que veáis playas llenas de turistas con carteles de evacuación de tsunamis. Ahora van a instalar torres. Si se quiere, se podrían evitar muchas víctimas.
En el 2011 murieron 23.000 personas en Japón. Sin preparación hubieran sido más de 300.000. Gracias a que sabían lo que tenían que hacer se salvaron 277.000 personas. Ese es el dato. Ese es el regalo que nos ofrece la previsión. Eso es lo que pretende “ La Gran Ola ”.
El tsunami, si fuese como el de 1755, se produciría después de un gran terremoto a unos cientos de kilómetros del cabo de San Vicente. Este terremoto ya generaría enormes problemas en toda España y Portugal. Pero en la costas desde Lisboa hasta el Cabo de Trafalgar penetraría kilómetros allí donde no hubiera obstáculos en tan solo veinte minutos. La altura de la ola dependería de las características de la costa y de otros factores. Según los datos que tenemos de estudios publicados, afectaría a cientos de miles de personas y generaría pérdidas económicas elevadisimas. Hay que pensar que durante días amplias zonas no se podrían evacuar, no habría luz eléctrica ni comunicaciones, ni agua potable ni alcantarillado… Habría que evacuar a ciudades completas como Cádiz. Sus hospitales quedarían totalmente colapsados.
¿ Esta realidad dantesca se puede evitar ? SÍ, haciendo lo correcto. Mejorando los recursos de que disponen los magníficos profesionales de este país en el IGN y IEO para que tengamos el mejor sistema de detección posible, pues el actual no permite confirmar la llegada de una ola hasta que llegue a tierra. Dar más medios a Protección Civil en las costas, adiestrar a sus voluntarios, establecer un sistema de alerta eficaz que permita que la gente sepa, en el acto, que va a venir un tsunami. Esto ya se hace mediante sms en Chile y Japón, por ejemplo. Pero sobre todo lo que hay que hacer es concienciar a la gente de que esto es una realidad, de que el hecho de que no haya ocurrido en el pasado reciente es una casualidad. Y sobre todo educar a los más pequeños.
Los que de verdad tenemos que hacer algo somos nosotros. Todos los ciudadanos de las zonas costeras debemos exigir a los gobernantes locales que tomen medidas, que dejen de mirar a otro lado. Y, por cierto, una correcta gestión de estos eventos no perjudica en absoluto al turismo; os invito a visitar Lagos para que veáis playas llenas de turistas con carteles de evacuación de tsunamis. Ahora van a instalar torres. Si se quiere, se podrían evitar muchas víctimas.
En el 2011 murieron 23.000 personas en Japón. Sin preparación hubieran sido más de 300.000. Gracias a que sabían lo que tenían que hacer se salvaron 277.000 personas. Ese es el dato. Ese es el regalo que nos ofrece la previsión. Eso es lo que pretende “ La Gran Ola ”.
( Fuente: Mosaico Filmes )
TRAILER:
( CRÍTICA DE CHRISTOPHER LASO )