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LA CARGA ( 2018 )

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CONDUCIENDO EN TERRITORIO BÉLICO


PAÍSES: Serbia-Francia-Croacia-Irán-Qatar ( 2018 )
TÍTULO ORIGINAL: Teret
DIRECCIÓN: Ognjen Glavonic
FECHA Y LUGAR DE NACIMIENTO DEL DIRECTOR: 1985, Pancebo ( Serbia )
INTÉRPRETES: Leon Lucev, Pavle Cemerikic, Tamara Krcunovic, Ivan Lucev, Igor Bencina
GUIONISTA: Ognjen Glavonic
FOTOGRAFÍA: Tatjana Krstevski
GÉNERO: Drama
PRODUCCIÓN: Cinémadefacto, Kinorama, Non-Aligned Films, Three Gardens Film, Dart Film & Video
DISTRIBUIDORA EN ESPAÑA: La Aventura Audiovisual
DURACIÓN: 98 minutos
PREMIOS:12 Premios, incluyendo uno en el Festival de Sarajevo de 2018



SINOPSIS:
Vlada trabaja como conductor de un camión durante el bombardeo de Serbia por parte de las fuerzas de la OTAN en 1999. Su último encargo consiste en transportar una misteriosa carga desde Kosovo hasta Belgrado, a través de un territorio desconocido para él, inhóspito y peligroso, en un país devastado por la guerra.
 ( Fuente sinopsis y cartel: La Aventura Audiovisual )
 ( Fuentes imágenes: La Aventura Audiovisual, DeCine21, El comercio )
 ( Fuentes información de la película: Filmaffinity, La Aventura Audiovisual, IMDb )


CRÍTICA:
El primer largometraje de ficción dirigido en solitario por Ognjen Glavonic es una película que la podemos englobar dentro del cine de autor que se produce en el centro y Este de Europa, aunque en esta ocasión tiene parte de apoyo económico asiático, pero tanto la localización de la película como la estética son puramente de esa región del viejo continente, y que se presentó hace un año en el pasado festival de Cannes, ya que formó parte de la Quincena de realizadores, y desde ese momento en otros festivales europeos en donde recibió bastantes premios. En nuestro país se estrenó en la 56ª edición del Ficx, ya que formó parte de la pasada edición del festival de Gijón, y hace unas semanas en el D´A ( festival de cine de autor de Barcelona ).


La propuesta se desarrolla en Serbia en 1999, en pleno conflicto bélico, y está protagonizado por Vlada, un conductor que trabaja para la OTAN, y que tiene que llevar un camión con una carga desde Kosovo hasta Belgrado, y que en los dos tercios iniciales sigue a ese personaje que realiza su trabajo de manera minuciosa, que intuimos tiene problemas personales y familiares, y también van surgiendo las complicaciones derivadas de su complejo trabajo, teniendo en cuenta los controles oficiales, cortes de carretera y el escenario bélico en el que nos encontramos.
La película recuerda por la época en la que se desarrolla y por el ritmo narrativo a " Cold Novemnber ", estrenada hace unos meses, y que me parece superior a " La carga " porque su guion es más interesante y refleja mejor como afecta el conflicto a los ciudadanos ( en esa ocasión en una gran ciudad y no en las carreteras del país ). 
Si se mantiene el interés hasta el final es por la interpretación de Leon Lucev, que lo hace bastante bien en el papel de Vlada, y porque las escenas que se desarrollan en el interior del camión están muy bien filmadas, y no tanto las nocturnas que se desarrollan en exteriores. 


La dirección de Ognjen Glavonic es correcta, y tiene sus mejores momentos, además de en dos situaciones que se desarrollan en el interior del vehículo, en el prólogo y en la escena final en donde hay un plano en movimiento lento que está bastante bien filmado.
Pero el problema es que el guion es bastante plano y las situaciones repetitivas en el intento de mostrar la realidad de la manera más minuciosa posible, y quedan en el aire los diferentes enigmas planteados, pero todo mejora en los 15-20 minutos finales en donde de golpe se resuelven esas dudas y se termina de comprender la sobriedad de ese hombre que tiene que ganarse la vida en un trabajo en el que no está a gusto. Merece la pena llegar hasta el final porque hay una conversación del padre con su hijo Iván que está muy bien insertada en la historia, y que cuenta más que la hora y media anterior.
Película que recomiendo a los aficionados al cine de autor europeo, a los que buscan propuestas en donde se da más importancia al aspecto visual que a la historia, y que retrata de manera bastante decente lo sucedido en las carreteras en esa región en conflicto.


LO MEJOR: Los minutos finales en los que comprendes las inquietudes del protagonista.
LO PEOR: Es demasiado esquemática y no termina de explicar el pasado y presente de los personajes.

CRÍTICAS EN BLOGS ESPECIALIZADOS:

Pedro de Frutos en El Ónfalos

Pedro de Frutos en Coveralia

Miguel Martín en Nos hacemos un cine en Orión




ENTREVISTA AL DIRECTOR:
Con su enfoque en la misteriosa parte trasera del camión, La carga me recordó a " El salario del miedo ", de Henri-georges Clouzot.
También me gustó su remake estadounidense, Sorcerer, dirigida por William Friedkin. Tal vez me influyó de alguna manera, porque tan pronto como empecé a trabajar en esta película, que fue hace casi 8 años, la gente siempre lo ha mencionado. Pero, sobre La carga, yo no quería que la audiencia supiera qué hay en el camión de este personaje. Algunos espectadores creen que está transportando armas, otros que anda relacionado con algún negocio turbio. Quería que se lo estuvieran preguntando durante el máximo tiempo posible. 

Aunque a menudo puedes escuchar explosiones de fondo, Vlada, interpretado por Leon Lučev, no parece muy preocupado. ¿ Por qué es tan indiferente ?
Eso está basado en mi memoria. Tenía 14 años cuando comenzó el bombardeo y después de una semana, se convirtió en nuestra realidad cotidiana. Sólo tienes miedo hasta que te das cuenta de que no hay nada que puedas hacer. Aunque todo el país fue bombardeado por la OTAN, en Kosovo las fuerzas estatales serbias combatían a los separatistas albaneses y mataban a civiles a una escala horrible.
Quería que la gente tuviera esta sensación de una guerra en el fondo y un peligro abrumador que se avecina en algún lugar cercano, siempre a la vuelta de la esquina.

A lo largo de toda la película, rara vez salimos del interior del camión. ¿ Hay alguna razón para eso ?
Excepto por las historias cortas, no quería dejar a Vlada. La cámara nunca está fuera, siempre está en la cabina, con él. Este camión es como una coraza: lo protege del resto del mundo, pero al mismo tiempo se queda solo con sus pensamientos. Es difícil entender lo que realmente sucede si no se tiene una perspectiva externa. No quería hacer una película de acción. No quería tener cientos de tomas y ángulos de cámara diferentes: era más importante pasar ese tiempo con él y el sonido del camión, ver lo que ve y sentir lo que él siente. Esta película está definida por dos palabras: aislamiento y ocupación. Cuando sale de la cabina del camión, entra en un territorio que está ocupado por la guerra: las bombas, los disparos, el ruido, pero también el miedo y la paranoia, que ya ha despertado en la gente. Por eso Vlada siempre vuelve a ese camión. Su largo viaje está salpicado de pequeños encuentros. Quería mostrar cómo se veía mi país en ese momento. Sin explicar demasiado el contexto ni empujar hacia ningún drama ni sobreinformación. Quería mostrar un viaje interior metafísico de mi personaje, pero también una sociedad en un momento muy específico de su decadencia. Es una historia donde descubre no solo lo que hay en el camión, sino también algunas verdades sobre sí mismo como ser humano. Durante su viaje se encuentra con numerosos personajes, pero yo estaba especialmente interesado en los niños. Casi todas estas historias están dirigidas a la generación más joven, y casi siempre sin una resolución clara. Tal vez sea porque yo también era un niño en ese momento, y sentí que no había salida.

Al mostrar edificios abandonados o monumentos olvidados dedicados a las víctimas de la Segunda Guerra Mundial, sigue refiriéndose al pasado de su país. ¿ Por qué era tan importante ?
Porque La carga es principalmente una película sobre lo que una generación deja a la otra. En la película hablo sobre la generación anterior, sobre lo que heredaron de sus padres, pero sobre todo sobre lo que nos han dejado a nosotros, sus hijos. La generación de mis padres se crió en las historias sobre la lucha antifascista, por lo que necesitaba estas referencias: las postales, fotos antiguas y monumentos de la revolución. Le recuerdan a Vlada sobre su infancia, sobre Yugoslavia y sobre su padre. Por otro lado, mi generación heredó las historias de las que nuestros padres no querían hablar, historias que nunca se contaron. Sobre los puentes que quemaron, la sangre que derramaron y la responsabilidad que nunca tomaron por ello. Así que tal vez quise decir que pronto, los jóvenes finalmente podrán hablar sobre cosas que sus padres no pudieron. 

Usted mencionó que ha estado trabajando en la película durante casi 8 años. ¿ por qué tomó tanto tiempo ?
Escribir fue fácil, la financiación fue el problema. El guion se terminó en 2012, pero en mi país (y en toda la región en realidad), las personas rara vez cuentan historias como estas. Te topas con demasiados obstáculos. Aunque yo estoy hablando de algo que es cierto y que realmente ha sucedido, me rechazaron cualquier ayuda. En última instancia, tenía que encontrar el dinero en otro lugar, a pesar de que la película obviamente tenía que rodarse en Serbia, con el equipo y los actores serbios. Por eso llevó tanto tiempo. Me documenté tanto sobre este crimen que, en 2015, decidí hacer un documental al respecto. Depth Two fue más sobre el contexto, la organización y el silencio que lo rodea. Puedes escuchar a los testigos hablar de ello y ver los lugares donde tuvieron lugar estas historias. Se mostró en la Berlinale y, al final, me ayudó a terminar esta película. Incluso terminamos recibiendo un pequeño apoyo del Serbian Film Center para La carga.

¿ Qué es lo que más te sorprendió de ese crimen ? 
No puedes ser emocional cuando estás haciendo este tipo de película, porque cuando eres emocional, terminas tomando partido o censurándote. Tratas de explicar demasiado, y yo no quería explicar. Tal vez lo que me sorprendió es que en mi país, incluso hoy, casi nadie cree que esto haya sucedido realmente. Y mucha gente no ha oído hablar de ello hasta el día de hoy, yo mismo lo descubrí 10 años después de que sucediera. Además, este crimen fue meticulosamente organizado. Fue cometido por la policía, los militares y los civiles: era una empresa enorme y mucha gente lo hizo por algún tipo de beneficio personal, un piso en la ciudad o una gran cantidad de dinero. Por supuesto, también había quienes temían decir que no o se involucraban sin saber en qué se estaban metiendo. Al igual que Vlada.

¿ Por qué decidiste elegir a Leon Lučev ? 
No teme a los temas controvertidos, como lo demuestra su reciente película The Miner.
Escogí a Leon después de verlo retratar personajes muy diferentes en varias películas destacadas. Empezamos a trabajar en la película tres años antes de que comenzáramos a rodar, y la experiencia que aportó no solo a su propio personaje y a la película en sí, sino también a la filmación real, me aportaron a mí,  un joven director distraído, una gran sensación de seguridad. Gracias a él, comencé a confiar en que todo saldría bien al final.
 ( Fuente del texto: Pressbook La Aventura Audiovisual-Entrevista de Marta Balaga )


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